‘Día Sin Coches’: consejos para usar la bici y el ‘coche compartido’

Día sin coches. Foto: PIxabay.

Día sin coches. Foto: PIxabay.

Día sin coches. Foto: PIxabay.

Día sin coches. Foto: PIxabay.

Hoy se celebra el ‘Día sin Coches’ dentro de la Semana Europea de la Movilidad. En ‘El Asombrario’ nos detenemos en dos opciones que nos dan vida y energía extra (a nosotros, a nuestras saturadas ciudades y al planeta): la bicicleta y el ‘coche compartido’ a través de plataformas como ‘car2go’.

Durante muchos años hemos creído que el vehículo privado es un símbolo de libertad y de independencia, cuando no de estatus social. Pero los tiempos están cambiando, que diría Dylan. Aunque ese cambio es lento, si tenemos en cuenta la situación de emergencia climática en la que vivimos, poco a poco se abre la idea de que quizás lo idóneo, lo moderno, no sea moverse con el coche último modelo (o de segunda mano para quien solo pueda aspirar a él), sino hacerlo de una manera sostenible. Las razones de este cambio de percepción son claras: el calentamiento global, las muertes asociadas a la contaminación atmosférica (436.000 cada año en Europa, según la Agencia Europea de Medio Ambiente), los costes económicos (más de un 3,5% del PIB de España, según el Banco Mundial, y sin contar con los daños ocasionados a los ecosistemas), la vida paralizada en un atasco. Nos las recuerdan todos los años por estas fechas las autoridades europeas en la Semana de la Movilidad Sostenible, aunque no parece que estas mismas autoridades terminen de creérselo del todo.

En este sentido, el medio de transporte sostenible que más ha crecido y crece en Europa es la bicicleta. Una nota de la agencia Europa Press informa de que, según el Eurobarómetro de 2014, la media europea del uso de la bicicleta como medio de transporte en su movilidad diaria era ese año de un 8%. España estaba aún lejos de esa media, con un 3%, y la distancia se agranda si lo comparamos con Holanda (un 36%), Dinamarca (23%), Hungría (22%), Suecia (17%) o Bélgica (13%). La buena noticia para nuestro país es que también ha sido el que más creció ese año en el uso de la bicicleta, un 8%, frente al 6% de Suiza o el 4% de Estados Unidos, según un informe de Eco Counter publicado por el portal www.lainformacion.com. Dentro de España también hay diferencias notables. Sevilla y Barcelona están a la cabeza de las ciudades en las que mejor se circula en bicicleta y otras, como Madrid, se encuentran en el pelotón de cola. En la capital, la escasez de carriles bici para desplazarse y la inseguridad de los que hay (comparten la calzada con los coches) son uno de los grandes obstáculos para que los ciudadanos opten por la bicicleta.

¿Pero por qué la bicicleta? Aparte de que es de lejos el transporte más sostenible (si exceptuamos caminar), montar en bici es uno de los placeres más sencillos de la vida. “La bicicleta nos hace sonreír, nos mantiene en forma y nos ayuda a producir cambios positivos. Fortalece y libera porque uno solo depende de sí mismo. Da autonomía, pues lo único necesario para ir de un lugar a otro eres tú mismo. No necesitas billetes ni horarios, ni llenar el depósito de gasolina ni comprobar el aceite. No precisas ropa especial, vocabulario o conocimientos técnicos avanzados. Necesitas simplemente una bicicleta. Está demostrado que los usuarios de bicicleta habituales viven más tiempo, gozan de buena salud, su presión arterial es mejor y son menos propensos al sobrepeso que los conductores de coches. Las mujeres que usan la bicicleta media hora al día o más corren menos riesgo de padecer cáncer de mama, y los adolescentes tienen casi un 50% menos de probabilidades que los adultos de sufrir sobrepeso”, asegura Anna Brones, autora del libro No sin mi bicicleta (Geoplaneta). Una guía divertida y muy completa que acaba de publicarse, llena de consejos prácticos, donde uno puede encontrar todo lo que quiere saber sobre el uso de la bici: cómo circular, cómo arreglar un pinchazo, qué ropa es la más cómoda para viajar o qué bici comprar. En el capítulo dedicado al desplazamiento al trabajo, Brones, autora del blog nosinmibici.com, da las siguientes pistas sobre el equipo básico que deberíamos llevar (no todo es necesario y depende de las situaciones particulares, obviamente): toalla y jabón, desodorante, toallitas para bebé (vienen bien cuando tenemos que arreglar un pinchazo), una muda de ropa interior y calcetines (por si nos alcanza una lluvia inesperada), peine y un tentempié.

Tu seguridad es lo primero

Nos movamos con nuestra propia bicicleta o usemos el servicio de alquiler que hay en las principales ciudades de España (Bicing en Barcelona, BiciMad en Madrid, Sevici en Sevilla), uno de los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta cuando circulemos por la vía pública es la seguridad. El libro de Brones dedica un capítulo al respecto, pero cualquier interesado en unirse al mundo de las dos ruedas tiene a su disposición decenas de webs de asociaciones, instituciones o entidades privadas o particulares en las que se detallan las principales recomendaciones para evitar accidentes y atropellos. Las que señalo aquí las he sacado a partir de tres portales muy útiles: www.pedalibre.org, www.conbici.org y www.ecomovilidad.net.

– Evita las calles concurridas.

– Enciende las luces, tanto de día como de noche.

– Ocupa el carril completo cuando sea necesario.

– Diseña tu itinerario ciclista. No todos los días son iguales. Haz primero el itinerario durante el fin de semana, cuando todo el mundo está más relajado. Cuando ya te sientas más seguro, prueba el recorrido durante la semana.

– Si te sientes inseguro en algún momento, por ejemplo en rotondas o cruces difíciles, baja de la bicicleta y ve por la acera como cualquier peatón.

– Mejora tus habilidades.

– Ten previsto el aparcamiento.

– Habla con los expertos.

– Conoce tus derechos y obligaciones.

– No circules por la acera. Importante, algo que en Madrid a menudo no se respeta.

– Recuerda que no estás en una carrera.

– Señaliza tus maniobras.

– Respeta las normas.

– Si te pitan… sonríe.

– La música y las llamadas, mejor en casa.

– El timbre no es un adorno.

– Asegura bien la bici.

– Disfruta.

Otra buena idea: el ‘coche compartido’

Si la bici no te convence o no te sientes seguro, o si por alguna razón no quieres/puedes usar el transporte público y necesitas un coche, lo mejor es que optes por el car-sharing, un término equívoco que viene del inglés y que significa coche compartido, aunque en realidad no lo es. Se trata más bien de empresas que prestan un servicio de alquiler de coches por horas. Aunque la oferta es amplia, encontramos al menos dos modalidades. En algunas, como Bluemove (www.bluemove.es) o Respiro (www.respiro.es), el usuario ha de tomar y dejar el coche en el mismo sitio. Por lo general, son vehículos de gasolina, de distintos tamaños, y pueden usarse dentro y fuera de la ciudad. La diferencia con el sistema tradicional de alquiler de coches es que se paga por horas y el combustible ya está incluido en el precio. La otra modalidad es el de alquiler por horas que proporcionan empresas como emov (www.emov.es) o car2Go (www.car2go.com). El servicio es más parecido al de las bicicletas municipales. El usuario puede usar cualquiera de los coches disponibles, todos eléctricos, y dejarlo en el punto de destino, siempre dentro de la ciudad y no en todos los barrios.

En todos los casos, el carsharing es un servicio en expansión por la creciente demanda. La empresa car2Go, de Daimler, por ejemplo, está presente en 26 ciudades de todo el mundo y opera en Madrid (la única ciudad española y una de las tres cuya flota es exclusivamente eléctrica) desde noviembre de 2015. En su primer año de implantación en Madrid, explica Orazio Corva, location manager de car2go Madrid, se evitó la emisión de 774,2 toneladas de CO2 a la atmósfera (de noviembre de 2015 a noviembre de 2016), pues utilizan únicamente electricidad verde, de origen renovable, certificada para recargar sus vehículos. Por todo esto, car2Go recibió el galardón al Mayor Impacto Ciudadano en los Premios que convoca anualmente Ecovidrio, en su edición de 2016.

Este aspecto, el de la procedencia de la electricidad, es más importante de lo que parece. No se trata de desplazar la contaminación de la ciudad al campo, sino de reducirla drásticamente. Transporte público, bicis, coches compartidos, caminar. Siempre que puedas manejar otras opciones, piénsalo bien antes de moverte y coger el vehículo.

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