El Greco y los Globos de Oro

La Anunciación de El Greco. ©Museo Thyssen

La Anunciación de El Greco. ©Museo Thyssen

La entrega de los Globos de Oro ha coincidido con el comienzo de la conmemoración de los 400 años del fallecimiento de El Greco, considerado uno de los primeros cineastas de la historia, por su manera de plantear los lienzos en planos y secuencias. Feliz acontecimiento en la relatividad del tiempo.

Lunes 13 de enero de 2014. En las portadas de más de un medio de comunicación y en las redes sociales nos encontramos a los ganadores de los Globos de Oro y cuatro cuadros de El Greco. La casualidad puede pasar desapercibida. El  Thyssen-Bornemisza y los premios de la crítica internacional quieren mostrarnos quiénes somos y de dónde venimos. Más allá del tiempo. Más allá de fronteras. Lo logran con creces. El Greco y el cine están mucho más unidos de lo que se piensa. Es más, el pintor fue uno de los primeros cineastas de la historia. Pasado y presente en múltiples perspectivas.

Cómo va nuestra fe hacia las cosas

ya no vistas afuera con los ojos,

aunque dentro las ven tan claras nuestras almas;

las cosas mismas que sostienen tu vida,

como la tierra aquella, sus encinas, sus rocas,

que estás ahí mirando quietamente.

‘Retrato de poeta’, Luis Cernuda

Esos cuatro lienzos forman parte de la gran conmemoración de los 400 años del fallecimiento del pintor. Pertenecen a la colección permanente del Thyssen-Bornemisza. Ya pueden verse y la entrada es libre. Han sido restaurados para la ocasión. A partir de marzo, se reunirán con otras tantas obras llegadas de los más lejanos rincones del mundo en Toledo para mostrarnos de forma espectacular al pintor. Se trata de un acontecimiento realmente único. Después, será difícil volver a disfrutar de tanto a nuestro alcance.

Los Globos de Oro este año han venido con agradables sorpresas como el reconocimiento a Amy Poehler, la protagonista de la divertidísima sátira del poder Parks and recreation, serie que en España no emite ninguna cadena de televisión aunque ya va por su sexta temporada. Jared Leto vuelve al cine después de seis años de ausencia dedicándose a su grupo 30 seconds to mars. La distancia y el regreso le han sentado muy bien. Su compañero de reparto Matthew McConaughey también recibe una estatuilla. No sorprende, la labor de ambos es realmente extraordinaria. No son los únicos. Finalmente se reconoce a Amy Adams. Jennifer Lawrence lleva una gran racha. Alfonso Cuarón, 12 años de esclavitud y La gran estafa americana también celebran haber sido reconocidos. Leonardo di Caprio y El lobo de Wall Street vienen a contarnos desde el pasado lo que es nuestro presente de usura y muchos más vacíos. La incomparable Cate Blanchetten su interpretación de las mujeres que se hunden en la estafa, la locura y la venganza por culpa de sus esposos, no tiene igual. La gran belleza gana en el apartado de mejor película extranjera. Todos han comenzado su carrera hacia los Oscar. Y lo mejor es que provocarán que hablemos más de cine. La mayoría de las películas ganadoras nos invitan a hurgar en el pasado, incluso La gran belleza con su mirada que trasciende los límites del presente. El aquí y ahora no nos basta. Y aquí es donde viene la conexión: esos cuatro lienzos de El Greco nos muestran, con incisiva modernidad, el secreto del tiempo.

Ninguno de los ganadores de los Globos de Oro puede imaginar secuencias planas. Ninguna de las historias que cuentan y representan tampoco lo son. Dallas buyers club logra huir de la típica película biográfica. Da un testimonio excelente sobre tiempos no tan lejanos en que los afectados por el virus del sida (en realidad uno de los cuatro retrovirus que se sabe que existen en el universo) no soñaba un tratamiento, ni se sabía que cualquier cuerpo podía ser víctima de la enfermedad más allá de su condición sexual o uso de sustancias. La situación que se retrata en esa película muestra lo que hoy en día sucede con muchas enfermedades aún poco conocidas. La actitud de los médicos, las farmacéuticas y la sociedad es exactamente la misma. Aún hay demasiados que se creen dueños de la verdad, demasiados indiferentes y demasiados intereses farmacéuticos. Aún no se ha aprendido la lección del sida en lo que a tratamiento de enfermos y cuidados paliativos se refiere. Esta película muestra una de las grandes lecciones del tiempo. Pero, sobre todo, señala a quien le da la vuelta a su destino para sobrevivir y seguir viviendo. La gran estafa americana cumple con el mismo objetivo. Hasta casi el final de la película nadie puede imaginarse cómo escapar al peor presagio. Ambas cintas son una celebración de la creatividad y el asombro. 12 años de esclavitud también muestra cómo desafiar el camino, pero desde otra perspectiva. Cada una de esas películas es un máster en supervivienvia. El Greco sabía mucho de eso. Su visión no podía ser plana. Por eso se enriqueció de la manera tan amplia con que alcanzó volar hasta pintar con la mirada puesta más allá de nosotros mismos.

Eisenstein, cineasta y maestro de cine en sus orígenes, se dedicó toda su vida a lo que plantea la película La gran belleza. Gracias a ello contamos con su libro El sentido del cine. Una de las primeras observaciones que realiza es para obligarnos a mirar la obra de El Greco y su manera de observar. El Greco nos empuja a mirar en muchas direcciones y a encontrar intersecciones donde otros las dejan pasar. Para mostrarnos la realidad, lo primero que hace es alterar las proporciones, hace evidente lo que muchos no quieren ver. Los planos se superponen. Fija diferentes detalles desde puntos exteriores y también muestra lo interior. Está la ciudad. Están las calles. Salta hacia adelante. Salta hacia atrás. A un lado. Y a otro. Cambia de dirección. Y hay más. En El sentido del cine (Siglo XXI, 1974) Eisenstein declara que incluye a El Greco entre los precursores del montaje fílmico. En toda historia bien contada que se precie hay siempre múltiples perspectivas. Cuando se trata de una película, eso afecta a la iluminación, la actuación, la escenografía; en definitiva, determinan toda la imagen y el texto. Pero antes estuvo en la pintura del maestro afincado en Toledo.

El máster en superviviencia se perfecciona en las manos y los dedos de los cuadros de El Greco. Y también cuando nos detenemos a observar esos cuatro lienzos. Pueden verse en línea aquí. Empieza de forma prolija. El cumplimiento de los deberes de los cánones se rebela pocos años más tarde. Luego se serena. Hay una espera y una plegaria. Hay una pausa impuesta. Nace una manera de ascender que implica trascenderse. El autor se conoce a sí mismo. Y al final, un resultado único e indivisible de los años anteriores. El pintor se encuentra y se define. Esos cuatro trabajos son mojones en un recorrido vital que existió entonces y sigue latiendo ahora. Estamos frente a algo muy actual.

A veces leemos sobre una obra de restauración como si no nos afectara en lo más mínimo. La que ha llevado a cabo el Museo Thyssen-Bornemisza acaba de ampliar nuestra mirada para iluminar sobre todas esas perspectivas que mencionamos. Anunciación, la primera de esas obras, por ejemplo, ha sido esencial para mostrarnos esa faceta de montador de cine de El Greco. La composición arquitectónica de la obra y la distribución de los personajes han perdido su timidez, pero aún no se trazan firmes. Ese era El Greco mientras vivía y pintaba en Italia. Veinte años más tarde está en Toledo. Es entonces cuando crece, ya sabe quién es, qué quiere. La composición, figuras y pinceladas vuelan y ascienden. Las figuras se alargan y desdibujan con toques impresionistas. Su estilo es inconfundible. Esos cuatro cuadros cuentan una historia vital universal que tiene mucho que decirnos hoy. El montador de películas se ha vuelto director. En los medios aparece acompañado, casualidades del destino, de los Globos de Oro. Diferentes tiempos, diferentes artes y nosotros como testigos privilegiados ante las puertas del futuro. ¿Pero cómo seguir?

La Inmaculada de El Greco. ©Museo Thyssen

La Inmaculada de El Greco. ©Museo Thyssen

En los nidos de antaño
no hay pájaros, amigo. Ahí perdona y comprende;
tan caídos estamos que ni la fe nos queda.

‘Retrato de poeta’, Luis Cernuda

Cernuda es el nexo de unión  en esta ocasión. A mediados del siglo pasado, Cernuda se encuentra en Boston. Y allí ve otro cuadro de El Greco. Es el retrato de fray Hortensio Félix Paravicino. Fue también poeta. Pero se le recuerda por la obra de El Greco y el poema de Cernuda. El retrato es de 1609. El estilo, un punto de inflexión entre los cuatro cuadros mencionados hasta ahora. Los versos datan de 1950, son parte del volumen Con las horas contadas. El cuadro y Cernuda, ambos exiliados. Poeta y cuadro dialogan. Es lo que Carl Gustav Jung llama imaginación activa, lo que muchos reconocen como soñar despiertos. Ambas actitudes son la base del asombro y la creatividad, el facto desencadenante. Retrato de poeta está dedicado al pintor y escritor murciano Ramón Gaya (1910-2005), exiliado también. Mirar, ampliar perspectivas, dialogar con lo que vemos, trascender el tiempo y dedicarlo con generosidad.

… Tú viviste tu día,
y en él, con otra vida que el pintor te infunde,
existe hoy. Yo ¿estoy viendo el mío?
¿Yo? El instrumento dulce y animado,
un eco aquí de las tristezas nuestras.

‘Retrato de poeta’, Luis Cernuda

Feliz Greco, grandes exposiciones, maravillosas visiones.

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Comentarios

  • Sira Gadea

    Por Sira Gadea, el 15 enero 2014

    No entiendo muy bien esa asociación del cine con El Greco y menos aún que lo considere «uno de los primeros cineastas» como no sea para encajar sin «ajustar» ni uno de sus puntos, la conmemoración del pintor con la entrega de unos premios cinematográficos. Pero no tiene ni pies ni cabeza. Entre otras cosas los lienzos planteados en planos y secuencias son tan antiguos como el Arte.

    • Sira Gadea

      Por Sira Gadea, el 15 enero 2014

      Un detalle: mejor que hablar de lienzos prefiero decir «pinturas».

  • Sardiflor

    Por Sardiflor, el 16 enero 2014

    Hola, Sira,

    Gracias por tomarte tu tiempo para dejar tu comentario 🙂
    La afirmación no es mía, aparece en el libro de Einsenstein que cito y cuyo criterio sigo. No son solamente los diferentes planos sino el movimiento que se acompaña. Intento explicarme un poco mejor. tal como lo ve el cineasta ruso y que he podido comprobarlo por mi cuenta, es como si en un cuadro de El Greco ya estuviera el germen del cubismo, a grosso modo y simplemente para ilustrar mi respuesta con respecto a lo que mencionas.
    Un abrazo de mares!

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