Fira Mediterrània, el universo de los espectáculos con raíz

© David Ignaszewski

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La feria cultural que se celebra en Manresa (Barcelona) desde hace 16 otoños se ha hecho con un hueco de prestigio a partir de una programación con sentido y unas cuentas saneadas. Allí fuimos y esto es lo que hemos visto, con el maestro de la música antigua, Jordi Savall, como invitado especial, y muchas buenas propuestas que ligan tradición y vanguardia.

La elección del concierto inaugural de la 16 edición de la Fira Mediterrània de Manresa (Barcelona) fue toda una confirmación de intenciones. Jordi Savall y el grupo Hespérion XXI lo titularon Mare Nostrum. Espacio de diálogo y diversidad, y durante casi una hora y media los músicos (de Israel, Turquía, Bulgaria, Marruecos, Grecia y España) transitaron por todo lo que de bello y unificador ha tenido y tiene el Mediterráneo. Se trata de “un dialogo de las músicas cristianas, sefardíes, otomanas y arábigo-andaluzas del entorno del Mediterráneo”, según explica Savall, director musical del espectáculo.

Y así, con un carrusel de bellas canciones, arrancó uno de los encuentros profesionales, de los llamados espectáculos con raíz, más importantes de España. Con raíz, porque la oferta de esta feria es tan potente que aglutina propuestas de música, teatro y danza de alta calidad que mezclan con auténtica audacia vanguardia, tradición y folclore. En total han sido 113 espectáculos de todas las disciplinas artísticas con más de 230 representaciones, 36 estrenos y 10 coproducciones con otras ferias y festivales, todo en cuatro días y en una ciudad de 78.000 habitantes. Todo un reto.

Savall y Hespérion XXI llenaron el Teatro Kursaal de Manresa de temas cantados por Lior Elmaleh (Israel) y Gürsoy Dinçer (Turquía) en un fabuloso paseo por la música tradicional mediterránea demostrando que, finalmente, los distintos modos de aproximarse a las partituras no difieren tanto unas de otras, unidas por un mar que siempre se ha caracterizado por imprimir carácter y extender lazos, redes -ahora con más sentido que nunca esta palabra-. “Es evidente que todas las orillas de nuestro mar hablan el mismo idioma”, afirmó el director.

Dos días más tarde, el genio de la viola de gamba nacido en Igualada (Barcelona) demostró por qué había sido elegido como artista invitado en esta edición de la feria: ofreció otro magnífico concierto apuntando en una dirección diametralmente opuesta. Un espectáculo basado en las raíces celtas en el que Savall estuvo acompañado por Andrew Lawrence-King al arpa y Frank McGuire a la percusión, y en el que los tres músicos se pasearon por la belleza y la emoción de las melodías irlandesas y escocesas de los siglos XVII al XIX.

En otro rincón de la ciudad, en el Sielu, una pequeña y versátil sala de conciertos, Mor Karbasi, artista nacida en Jerusalén y que tras pasar por Londres ha recalado en Sevilla, ofreció un concierto de una hora en el que quedó patente cómo en esta Fira Mediterrània lo ancestral y la vanguardia se dan la mano. Su potente presencia va acompañada de guitarrista, bajo y percusionista, y su recital se basa en las canciones tradicionales sefardíes, pero visita, de paso, los ritmos africanos que tan de moda están actualmente en las guitarras eléctricas de algunos grupos del indie estadounidense, hace su correspondiente parada en el flamenco y hasta adereza su guiso musical con alguna que otra aproximación al pop. Kiko Veneno, que realizó un recorrido por sus grandes éxitos, también subió al escenario a una orquesta de cuerda, Cordes del Món, para que su propuesta habitual junto a su banda del Retumbe sonara diferente.

Otro gran ejemplo de llevar lo tradicional a otra dimensión llegó de la mano de la compañía vasca de danza Kukai Dantza. En el patio del Kursaal interpretaron dos piezas, Sorbatza y Gelajauziak, esta última en colaboración con el coreógrafo Cesc Gelabert, en las que los pasos tradicionales vascos se mezclan con la danza contemporánea en una interesantísima propuesta. El francés Thomas Chaussebourg tomó la Plaza Mayor de Manresa, frente al Ayuntamiento, en pleno entramado medieval que guarda, por ejemplo, un opresivo callejón del siglo XII, Carrer del Balç, para presentar una coreografía pensada para un bailarín y un caballo con música de Alain Bashung. Un espectáculo clasificado por la fira en la sección de circo, pero que va mucho más allá en un diálogo de amistad y poesía entre el hombre y el animal que genera imágenes de una belleza incontestable, inquietante…, inclasificable.

David Ibáñez, director artístico de la Fira, ha querido destacar también en el balance el poderío de las voces de mujeres del Mediterráneo: aparte de Mor Karbasi, estuvieron en Manresa Aziza Brahim, cantante y percusionista sahariana; Franca Masu, con su fado-tango-morna-bolero-jazz; Rocío Márquez, una de las nuevas revelaciones del flamenco… Habrá que seguirlas de cerca.

Mientras el público disfruta de los escenarios y las propuestas de calle, el éxito de la apuesta de la Fira se muestra también por su capacidad para generar sinergias entre diferentes agentes y festivales o ferias de espectáculos en el ámbito de la producción. El espacio dedicado a este intercambio profesional se ha trasladado a la Llotja (La Lonja), que con un nuevo diseño más creativo y agradable, con materiales reciclados, ha fomentado un mejor punto de encuentro y de relación, de mayor proximidad entre compradores y vendedores. En esta línea, los formatos de presentación a través de los Network Meetings (presentaciones breves de proyectos y servicios) y los Speed Datings (encuentros rápidos entre artistas y programadores) han revalidado su éxito; en esta edición se han programado 195 de estos encuentros, más del doble que en 2012. Los profesionales inscritos han pasado de 154 a 189 en un año, números que en plena crisis son de aplaudir; así como los 161 patrocinadores y colaboradores del evento (en 2008 eran solo 21), que han permitido mantener el presupuesto en torno al millón de euros, a pesar del importante recorte por la parte pública. Jordi Bertran, director gerente de la Fira, da unos datos más que son de agradecer en los tiempos que corren para el público en general: la mitad de los espectáculos son gratuitos; el resto ofrecen precios populares de entre 2 y 25 euros (con una media de desembolso que no llega a 7 euros por espectáculo); la venta de entradas ha superado las 16.000, un 8% más que el año pasado. A ver si en la comarca barcelonesa del Bages sí hay auténticos brotes verdes, nacidos de la cultura.

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Comentarios

  • Javi

    Por Javi, el 12 noviembre 2013

    Voto a Jordi Savall como Ministro de Cultura. A perpetuidad.

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