Informe 2013 de Reporteros Sin Fronteras: El año de los secuestros

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Fotografía de Niclas Hammarstrom, periodista secuestrado y posteriormente liberado en Siria y ganador del premio Luis Valtueña de Médicos sin Fronteras.

Si no hubiera periodistas, habría más muertos. Más corrupción, más abusos y más silencio. En un mundo cada vez más conectado, la información ocupa un lugar muy importante en la escala de intereses. Y eso lo saben los poderes. Así lo demuestra, un año más, el ‘Informe 2013 de Reporteros Sin Fronteras sobre la Libertad de Información en el Mundo’, presentado recientemente en Madrid y que da cifras trágicas: 75 profesionales asesinados y 87 secuestrados el año pasado. Los periodistas alertaron del peligro de la ‘Ley Mordaza’ española que prepara el Ministerio de Interior.

El informe revela datos sombríos sobre el estado de la profesión en el mundo. Es cierto que el número de periodistas asesinados ha descendido a 75 respecto a 2012 (90). Pero la cifra más demoledora la encontramos en el número de secuestros, que se  dobla: “87 periodistas fueron raptados, especialmente en Libia (14) y Siria (49)”, ha subrayado Malén Áznarez, presidenta de la sección española de Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Allí, en Siria, continúan los tres periodistas españoles que fueron secuestrados por grupos islamistas radicales en septiembre. Marc Marginedas, Javier Espinosa y Ricardo G. Vilanova estuvieron presentes en la presentación del informe con un cartel que gritaba por su liberación. “Estos periodistas representan el compromiso, la honestidad y el vigor tan raros en nuestra profesión”, dijo Malén. Además, recordó que el secretario general de RSF, Christophe Deloire, exigió en el Parlamento Europeo que el secuestro a los periodistas fuese reconocido como “crimen de guerra” por el Tribunal Penal Internacional.

Como lugares más peligrosos para ejercer el periodismo, encabezan la lista Somalia, Pakistán e Irak, que, junto a Siria, arroja el mismo trágico número de periodistas asesinados (10). También destaca la presencia de Filipinas por los sucesivos “asesinatos de motocicleta”, en los que se aprovecha este común medio de transporte para pasar desapercibido.

Entre las cifras que proporciona el informe sorprende: la posición de Brasil, un país emergente a la cabeza de Latinoamérica, que ha desbancado a México en el número de periodistas asesinados (5); y la de China, que, a pesar de ser una de las potencias mundiales, ocupa el puesto 173 de 179 en la clasificación mundial de libertad de prensa

En cuanto a la situación en España, la presidenta de RSF aseguró que hay una sensación de retroceso en la libertad informativa. Así lo demuestra el cierre de Canal Nou, el primero de una radiotelevisión pública. Pepa Bueno, presente en la rueda de prensa, destacó “lo inútil y lo caro que resulta entregar la independencia informativa al poder cuando entiende la información de una manera tan perversa”. Asimismo se criticó la Ley de Trasparencia aprobada, que consideran “muy alejada de las leyes europeas” y el anteproyecto de Ley de Seguridad (“Ley Mordaza”), que supondría una amenaza para los fotoperiodistas que documentan la represión en las manifestaciones.

Número sobre número, nunca llegaríamos a darnos cuenta de lo que estos datos significan si no nos acercásemos a la realidad que viven esos informadores. Así, tras la cascada de datos fríos se dejó paso a las voces humanas. “El silencio obligado hoy en México ensordece”, condenó Verónica Basurto, periodista de investigación mexicana, exiliada por las constantes amenazas que recibió mientras realizaba, junto a su colega francesa del canal France 24, Laurence Cuvillier, un documental sobre la corrupción y casos de secuestro en su país. “Los periodistas estamos frente al paredón, esperando al fusilamiento”, aseguró Verónica. Las amenazas de muerte “me obligaron a callarme por la fuerza como han callado a otros periodistas mexicanos; un periodista no se calla por convicción, porque es contra natura”.

Cinco detenciones y una condena a tres años de cárcel le costó a Maikel Nabil informar sobre los abusos que cometió el Ejército de Mubarak en las revueltas de 2011. Este bloguero y activista egipcio fue puesto en libertad después de diez meses (enero de 2012), a raíz de una huelga de hambre que duró 100 días y gracias a una gran campaña internacional a favor de su liberación. Maikel denuncia el hecho de que expresarse libremente en Egipto sea ilegal. “Criticar al Parlamento, al presidente o a los jueces son delitos según el Código Penal”, una estructura que, al estar tan asentada, se considera normal por los ciudadanos.

La presentación del informe se cerró con la intervención de William Echikson, director de Comunicación de Google para Europa, Oriente Medio y África, en la que advirtió que no son solo los países más “dictatoriales” como Turquía, Rusia o China los que intentan poner obstáculos a la información en la Red, sino que también reciben presiones de países como Francia o Estados Unidos. “Lo que quieren es poner fronteras a Internet como si fueran fronteras nacionales”.

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