Jonás Trueba: «Si quieres hacer cine, no dejas de hacerlo porque haya una crisis»

Jonás Trueba y sus actores

El director, en el centro, rodeado de sus actores.

Con una única copia bajo el brazo y haciendo bolos como si fuera un músico o un actor de teatro. Así afronta el director Jonás Trueba la distribución de su nueva película, Los ilusos, una cinta rodada en 16 milímetros y que hace un retrato joven y ajustado a la realidad del presente del mundo del cine.

MILUCA MARTÍN (Texto y fotos)

Jonás Trueba demuestra con su última película que es posible hacer cine sin dinero, sin guion, sin decorados, pero con mucha pasión e ilusión. La ilusión de esos ilusos, nombre con el que bautiza a la película, pero no en el sentido peyorativo de la palabra sino como algo positivo, soñador e impregnado del ilusionismo de que está hecho el cine. Y todos, actores, director y equipo técnico la derrocharon a raudales para sacar adelante el proyecto. Se rodó en 16 mm, “porque me dejaron una cámara de ese formato”, y en blanco y negro, porque “teníamos trozos de películas sobrantes de otras producciones, prestadas o caducadas». «El cine es un arte posibilista, no lo hice porque quisiera reivindicar un tipo de cine, como por ejemplo el francés o checo de los años sesenta, sino porque trabajar en blanco y negro es más fácil cuando no tienes iluminación”. Y así, con la colaboración entusiasta de un grupo de actores jóvenes, la mayoría procedentes del teatro, fueron rodando “a ratos” durante 23 días a lo largo de siete meses, embarcados en una aventura incierta. “Los actores (Francesco Carril, Aura Garrido, Mikele Urroz, Vito Sanz, Isabelle Stoffeel y Luis Miguel Madrid) se han involucrado en esto muy a ciegas porque no les di un guion ni un personaje. Se han puesto en pelotas, como íbamos todos, muy ligeros”, explica Trueba. “Les decía: vamos a rodar que pasas por la calle; otras veces sin decir que estaba rodando o con algo escrito pero que se alargaba en el tiempo”.

Se rodó en casas particulares, en la calle, en bares y tiendas del centro de Madrid. Pero, a pesar de las escaseces, el director asegura que es un lujo poder trabajar “como y con quien quieres». «Esta película no es ejemplo de nada y menos del cine low cost”, calificativo que no le gusta, “Desde que el cine es cine, siempre se han realizado películas así, como ésta, a ratos libres, con poco dinero, como puedes. Mi película es solo una más de las que se están haciendo en España. Si quieres hacer cine, no vas a dejar de hacerlo porque haya una crisis o no haya ayudas. Yo la hubiera sacado adelante igual, con crisis que sin ella”. En contraposición a su anterior largometraje más “convencional”, Todas las canciones hablan de mí, cree que Los ilusos es una reacción a eso, aunque las dos películas “dialogan” en cierta manera. Aquí no hay guion ni elaboración, se ha hecho sobre la marcha. “Empezamos rodando sin saber exactamente hacia dónde íbamos. Sin desarrollar una idea. Rodamos a ratos libres y en el montaje me di cuenta de que tenía una película que empezó siendo una cosa y acabó siendo otra, porque por el camino pasaron muchas cosas. No es una película que muestra el cine dentro del cine, sino lo que no se ve casi nunca, la vida cotidiana de las personas que se dedican al cine. Me gustaba enseñar ese mundo, pero no de la manera que se muestra habitualmente, con el glamour de los rodajes, sino el intersticio del cine donde la mayor parte del tiempo no estamos rodando sino divagando. Son más bien situaciones, estados de ánimo, momentos ligeros, casi banales”.

Y continúa con esa idea: “El único mantra que yo tenía era vernos a nosotros mismos como personajes, la posibilidad de que todos hiciéramos ese ejercicio, incluido yo. Siempre mezclaba mucho lo que había delante y detrás de la cámara. Me gusta esa idea de intentar contar el cine más allá de lo que es la ficción, que no me interesa tanto como el hecho de que el cine es la vida, que están todo el rato interrelacionándose y se confunden”. Su idea no era la de retratar una generación ni hacer una película realista; en esta cinta atravesada por la literatura los personajes son gente que busca tablas de salvación en el propio cine y en los libros. “Me hace gracia que en este país el hecho de que salga un personaje joven leyendo un libro en una película parezca un acto subversivo. Es malo que eso sea un suceso extraño”. A pesar de no haber querido hacer un retrato generacional, el director comparte con otros compañeros de profesión de su edad -31 años- unas inquietudes y una manera de entender el séptimo arte. “Creo que estamos en un momento del cine en España que para mí es el mejor que ha habido nunca. Hay una gran cantidad de cineastas distintos haciendo cosas diferentes, ojalá yo sea uno de ellos. Somos bastante desacomplejados e intentamos hacer lo que queremos”.

Pero a pesar del buen momento que reina actualmente según él, cree que únicamente se toman en serio las películas que cumplen una serie de patrones y convenciones, no solo en el formato de rodaje sino también en el de venta y distribución. “Me apetecía zarandear, en la medida de mis posibilidades, ciertas convenciones que están muy instalada,s no solo entre los que hacen cine sino también en los espectadores. Quería hacer una película que cuestionara eso, sin temática clara, sin principio ni fin. Y llevarlo hasta el final”. Por eso quizás en esta atípica producción  también la exhibición va a ser diferente y poco habitual. La idea es ir con la única copia de la película que existe debajo del brazo del director, llevándola de un sitio a otro. “Como si fuera un bolo, más parecido a lo que se hace en el teatro o la música”.

Los ilusos, después de ser exhibida durante el mes de abril en la Cineteca (El Matadero de Madrid), viajará a otras ciudades y festivales como Barcelona, Girona, Zaragoza, Buenos Aires y México. Con esta nueva forma de exhibir, Trueba explica su propia teoría: “Si se concentran los espectadores en uno o dos días, te ajustas más a la realidad. Me parece que a veces el cine se sobredimensiona mucho. Se pierde el sentido de la realidad. Creo que, al final, el proceso no va a estar tan lejos de películas que tienen 10 o 20 copias, que las estrenas un viernes y a la semana siguiente ya se han ido el 80% de las copias. Con mi anterior película vi cómo funcionaba la otra forma de exhibición. Tuvimos una distribuidora que hizo 25 copias, pero en parte era un proceso un  poco frustrante, porque es como si al darles la película te deshicieras de ella. Eso me dio qué pensar”.

Pero la película no termina en la pantalla. Alrededor de ella se han generado otras historias que trascienden lo meramente cinematográfico. “Me gusta pensar que la película es algo que nos ha servido a todos como de espoleta de un proceso creativo que luego cada uno ha hecho suyo a su manera”. Desde el dosier de prensa, realizado a mano por una de las chicas de producción, a la exposición de fotografía del foquista Manel Aguado Coll, quien ha retratado al equipo en las localizaciones de la película, más como un homenaje que como un making off. Uno de los actores ha dado rienda suelta a su creatividad escribiendo un libro de poemas y el propio Jonás Trueba ha publicado una novela sobre sus ilusos. Más la actuación de Abel Hernández, ex componente de Migala, en su actual reencarnación como El hijo, que queda recogida casi como un videoclip en mitad de la película.

Pero no contento con tratar de romper todas las convenciones en cuanto a realización y exhibición, Trueba se plantea que la vida de la película no acabe aquí: “Una de las ideas que tengo es poder seguir rodando esta película. Me gustaría que estuviera siempre en marcha, siempre abierta. ¿Por qué no podemos rodar dentro de unos meses diez minutos más, o media hora dentro de dos años?”.

Los ilusos se proyecta los días 16, 20, 21, 23, 27 y 28 de abril. Cineteca. Matadero. Plaza de Legazpi, 8. Madrid.

La exposición Retratos ilusos de Manuel Aguado Coll se podrá ver hasta el 28 de abril en el hall de la Cineteca.

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Comentarios

  • Artur

    Por Artur, el 18 abril 2013

    Cjaro que sí, jo, jolín, Jo-nás.
    Si te lo paga papá, pues a hacer cine en horario de trabajo.
    Y si es copiando la idea original, mejor.
    No se iba a llamar Los inútiles, tu peli? Ah, ya.

  • Isabel

    Por Isabel, el 02 junio 2013

    Artur, me sorprende el comentario que has escrito, lleno de lo que en mi opinión es rabia e indignación. ¿Puede saberse qué es lo que le ha pagado su padre? ¡Pero si ha hecho una película para la que no tenía ni un céntimo que gastar en publicidad! Los ilusos ni siquiera puede verse en cines convencionales, yo me enteré de que existía por Facebook, la ha hecho con amigos, con una cámara prestada y restos de película que sobraba…

    Si no te ha gustado la peli, creo que harías un favor a los que lean tu comentario dando argumentos concretos, no descargando tu rabia sin explicar por qué piensas así.

    A mí personalmente -la vi el Valencia el viernes 31 de mayo- me ha encantado la peli, Jonás habló después en el coloquio de una manera CERO pretenciosa, y en conjunto fue una experiencia preciosa.

    • Artur

      Por Artur, el 12 junio 2013

      Isa, utilizas dos veces la palabra «rabia» y una la an de moda «indignación». Pero no te has enterado mucho del asunto.
      Tranquila, Jonás si lo ha pillado.
      El asunto es el siguiente.
      Un colega tiene un blog de Lavapiés.
      Cuelga un post llamado «Los inútiles».
      Homenaje a la peli del mismo título, Federico Fellini.
      Los zombis audivisuales de Madrid / La Latina lo han debido rastrear bien.
      El tema del cine está lleno de roba-ideas.
      Hay uno que se llama F. Franco y se le da bastante bien.
      Amiguete de Jonás.
      El post de mi amigo trata exactamente de eso: chicos que van al callejón de la Filmoteca, que hablan de cine y no hacen nada, etc.
      Lo escribió hace tres años.
      Lo voy a adjuntar para que te hagas tu propia idea.
      Un saludo y más poesía y menos rabia.
      La imaginación no es tan libre como se piensa.

      • Daniel Gascó

        Por Daniel Gascó, el 13 junio 2013

        La verdad es que no había caído. Nunca se me ocurrió conectar «Los ilusos» con «I vitelloni». Y sí, tienen algún punto de contacto. Hay en ellas una escena homosexual, por ejemplo. Pero si en el film de Fellini surge la homosexualidad por sorpresa, de manera un tanto gris, como una amenaza, en el film de Jonás aparece en un marco de amistad e intimidad entre dos amigos que hablan, uno de ellos bastante ebrio, hasta muy avanzada la noche. Aquí es un gag muy bien resuelto, que adquiere densidad, peso, a base de ser redundante. «I vitelloni» nos mostraba una pandilla de amigos que se aburrían en una ciudad provinciana. Era un film de inacción, la falta verdadera de sueños, la ociosidad. ¿Es esta la única que se ha visto inspirada? Pues no, rotundamente. Cualquiera que tenga un poco de vista y conozca ambas, sabe bien que «Calle mayor» arranca muy influenciada por el film de Fellini, derivando luego en uno de los mejores trabajos de Bardem, adquiriendo otra densidad dramática. En todos ellos, la ociosidad, el encuentro con la vida en tiempos de ocio, café, cine, conversación, flirteo, etc. funciona de forma distinta.

        Con toda humildad, diría que si «Los ilusos» llama nuestra atención es por su curioso equilibrio entre documental y ficción. Cómo se cuelan claramente, desde los primeros minutos, fragmentos de un rodaje en ese momento en que nadie rueda, cuando la cámara debería estar apagada. Lo más impactante es cómo hilvana instantes impropios de una película con una ficción no muy distinta a «Todas las canciones hablan de mí». Y no me refiero a las claquetas, a las marcas evidentes de rodaje, si no a instantáneas de la vida, elementos que Jonás ha encontrado en el tiempo que urdía la película. Creo que se trata de una película conscientemente sonámbula, que retrata la ilusión en tiempos de sueño, pero también de vigilia. Coloca la cámara allí donde no debe, donde casi nadie lo hace, para extraer imágenes de su vida, de los suyos, y dejar que otros comprueben de qué manera encajan dentro de este curioso reloj de cuco.

        Luego está el fenómeno resultante, que no deja de ser interesante. Mientras la mayoría de películas esperan pacientemente en una sala de cine, a veces de forma un tanto desesperada, a que llegue su público. Y ser contemplada. Jonás le ha dado a su película una carácter huidizo, esquivo, siguiendo unas reglas alternativas a un sistema quebradizo, bombardeado encima de la subida del IVA. Primero que nada que circule una sola copia. En segundo lugar, que viaje por distintos puntos del mapa en sesiones contadas. Si no vas, te la pierdes. Así que muevete, que esta película escapa. Esa ha sido su mejor publicidad, y así ha ido llenando salas. Aparte de su evidente calidad. Con el precioso añadido de llegar del brazo de su director, quien regala presentaciones, coloquios y no cesa de dialogar con cada conjunto de espectadores. Con esto quiero decir que, al margen de homenajes, inspiraciones, saqueos argumentales y demás, no hay que negarle que al resultado final que sea un producto genuino. ¿Ha copiado acaso la figura de Javier Rebollo en su film? ¿Figuraba en algún otro guión no rodado? En efecto, Javier Rebollo se presta al juego, se deja copiar. Es él con su eterno maletín. Él y su evidente vis cómica, sensiblemente chaplinesca. La respuesta claramente es negativa, pertenece por derecho a este film, como tantas otras cosas que, saqueadas o no, son eco o consecuencia directa de muchos elementos que ya figuraban en su primer largometraje. Un saludo, y perdonad la extensión.

  • Isa

    Por Isa, el 13 junio 2013

    Pues tienes razón, no me había enterado de por qué estabas tan molesto porque no lo habías explicado en tu primer post.

    Realmente no puedo opinar mucho al respecto porque no he leído el blog de tu amigo, pero bueno, como poder, es posible que Jonás Trueba o algún conocido suyo hubiera visto lo que escribió él, y se hubiera inspirado en ello para hacer Los ilusos. El título es parecido a Los inútiles -que no he visto, pero también trata de un grupo de jóvenes.

    De todas formas, ¿habéis visto la peli de Los ilusos? ¿Hay alguna escena o anécdota igual o muy parecida a algo que cuente tu amigo en su blog?

    Si no hay en la película algo igual o sospechosamente parecido, creo que es bastante arriesgado y precipitado acusar a Jonás Trueba de haberse copiado. Acusarle de eso porque la historia también trata de jóvenes que hacen cine, van a la Filmoteca, etc, creo que no es argumento suficiente -repito que no he leído el blog que mencionas, así que puede que me equivoque.

    Además, ¿crees que es totalmente imposible que Jonás se haya inspirado en SU PROPIA VIDA para escribir la historia? Es que tu amigo no es el único que va a la Filmoteca, habla de cine y no hace nada, y por lo poco que sé del director, su vida y su día a día son más o menos como la del protagonista y los otros personajes de Los ilusos.

    La originalidad de la película es en mi opinión cómo se cuenta, los diálogos espontáneos, los actores… Pero la historia en sí, que durante la segunda mitad es prácticamente la típica «chico conoce a chica», pues no tiene nada de particular, y podríamos decir que la ha copiado de infinidad de pelis o novelas. Durante la primera mitad, casi que no tiene ni argumento, y se trata de planos de caras de chicas, el concierto de El hijo, amigos que beben en una casa o un bar.. ¿Crees que eso también lo ha copiado de algún sitio? Podría ser. No tengo ni idea.

  • Peppe

    Por Peppe, el 14 junio 2013

    No he leido el blog de tu amigo, Artur.

    • Artur

      Por Artur, el 19 junio 2013

      El post del colega. Noviembre de 2009.
      Está bien el debate, no tengo nada contra Jonás.
      Creo que tiene bastante talento. Por supuesto, excelentes contactos.
      Puede ser un lastre, quedar envuelto en un cierto ambiente cultureta.
      Ví la peli en un pase de la Cineteca. Sinceridad? Me irritó.
      La secuencia de la canción del Hijo, no viene a cuento pa nada. Y me gusta Migala / El hijo. La improvisación de la barra del bar de los dos colegas, artificiosa y recargada para cualquiera que conozca el tema. Sale Javier Rebollo? No sabes cuanto me alegro. Mi padre grababa en 8 y super8 y salíamos todos, mis tios, mis abuelos, un frutal que pasaba por allí..
      El epílogo de los nenes con el VHS, conceptual a tope.
      Y si algo se nota, es que la parte más free-cinema godardiana de Lavapiés, te puede gustar o no, pero el autor «no lo ha vivido en sus carnes». Believe me.
      Por lo demás, Jonás puede hacer la peli que le dé la gana, presentarla como mejor le apetezca, con concierto de Manos de Topo o sin él. Low cinema, Cine verité, Cine Ojo o Dream Cinema (mira,me lo acabo de inventar, pero hay que decirlo más). Está en su derecho, faltaria más. Yo seguiré viendo sus pelis y comentaré lo que me parezca. Qué quieres. Fellini, es ya otro asunto. Será una inspiración siempre. Amargord. No? Yo tambiem quiero una mujer..!!

      > LOS INÚTILES

      Silencio.

      Los inútiles fueron un grupo de gente que se reunía a cualquier hora de la tarde o de la noche en la acera de la calle Santa Isabel, frente a la Filmo, o en el callejón, junto a la charcuteria, a hacer tiempo y fumar, hablar de cine y esperar el programa de películas, a decir que películas habian visto y cuales habia que ver, a decir Godard, a decir Truffaut –Trufó-, y era más que nada eso, estar ahí, y luego por ahí, casi seguro en la calle Moratín, en el Berenjenas …o, cuando aun en Lavapiés había baretos españoles -tipo bar pepe o bar juan- en el bar Eugenio, antiguo fontanero y chapucillas a domicilio, que había estado en el trullo por un tema, y que ahora servia gazpacho frío a casi cualquier hora, con música de los chunguitos, y era una especie de santo padre, un padre que pasaba costo.

      Costo, gazpacho y los chunguitos, que más quieres.

      Silencio.

      Los problemas, creo, empezaron cuando empecé a filmarlos, con una cámara digital plana, al grito de «¡Así se inventó el cine!». En el piso, en el Eugenio, en el supermercado, entrando o saliendo de la habitación. Claro que yo era ellos, pero ellos eran ellos, y nadie hablaba claro. Los problemas no eran Godard, ni los libros de Deleuze, ni las novelas de ciencia ficción. Los problemas eran los portazos, la cocina sucia, las fiestas de cumpleaños que no eran fiestas de cumpleaños. Pero luego todo se arreglaba subiendo la cuesta, «¿Te vienes?», en el F.M., esperando el inicio del pase, o que llegara Miren, que sabias llegaba tarde pero terminaba viniendo. No, los silencios de Juanma nunca fueron problemas, porque se sabía que estaba pensando algo, cosas que podían salir a flote en el Batiscafo, una noche cualquiera, sin venir a cuento, cuando él podia decir, «A los niños hay que regalarles pistolas y juguetes bélicos, es una gilipollez…», y luego estar callado otros tres días o una semana. No, los silencios de Juanma nunca fueron un problema para Los inútiles.

      Silencio

  • F. Franco - montaje

    Por F. Franco - montaje, el 19 junio 2013

    Me he sentido aludido. Las ideas no se registran, son libres. Claro que conozco a mucha gente del mundillo. Sé que algunos piensan que soy un trepa. Yo, me lo curro. ¿Que vamos a La Latina? Claro, como todos. ¿Que los de la ECAM somos unos zombis de las imágenes, unos caminantes del audiovisual? No es fácil seguir tu propio camino. Sé que alguna gente me relaciona con el asunto del Goya a Los Moddlin, mejor corto documental, este año. Son cosas que pasan. Algunos no deberían publicar sus ideas en blogs o cedérselas a terceras personas en una conversación. Se exponen a que sirvan de «inspiración». Y si luego tiene éxito el asunto, mal asunto.

  • Rebeca

    Por Rebeca, el 01 julio 2013

    Franco, me siento identificada con tu comentario. En Madrid, los zombis del audiovisual se mueven más bien por La Latina. No sé por qué Jónas Meknes Trueba se empeñó en situar las cosas en Lavapiés. Será que queda más «indi» y tal.

  • Zacarías de la Rosa

    Por Zacarías de la Rosa, el 21 marzo 2014

    Mola mucho el término «Dream Cinema».
    Lo voy a empezar a usar Artur. Y espero no olvidarme que te lo he oído a ti por primera vez. No sé si alguien lo habrá usado antes. Había oído «Dream Pop»…

    Por lo demás, curiosa polémica… Noto mucha mar de fondo, bastante revuelta…

    Un profesor de guión que tuve, Jose Luis Alonso de Santos, decía algo así: «las ideas no son de nadie en concreto, son de quien las usa, son de todos… Así que nadie puede robar lo que no es de nadie».

    Y si no, piensen en esto:
    Inicio de película: «¡Buenos días!»
    Corten. Esa frase no se puede decir. Esa frase es mía. La he dicho yo antes.

    Pues eso.
    ¡A gozar de la vida!

  • Artur

    Por Artur, el 21 marzo 2014

    De la Rosa, interesante comentario. Muy sutil lo de «buenos días». Claro que también tuve a Alonso de Espantos como profesor de teatro. Decía que todos terminariamos en un manicomio. El, mientras tanto, se dedicaba a perseguir lolitas en la escuela de teatro. Parece que seguia tu consejo, gocen de la existencia.
    También se comentaba que el robo estaba bien, siempre que fuera seguido de asesinato. Es decir, que mejorara el robo. Cosa que no ocurre aqui. Al final, se nota cuando una historia se ha vivido o no. En el segundo caso, resulta un producto altamente pretencioso y vacío. Es lo que tiene.
    Mar de fondo sí que hay. Madrid centro está colonizado por unos walking dead del audiovisual, ansiosos ambiciosos, que van tironeando lo que pillan, por las redes o fuera de ellas. Es un tema de falta de ideas. Es que les da más placer!

    • Zacarías de la Rosa

      Por Zacarías de la Rosa, el 26 marzo 2014

      Artur,
      Me siento lejos de Madrid y de todo lo que cuentas de los «walking dead del audiovisual»…

      Por otro lado, sigo pensando mucho en «Dream Cinema».
      No entiendo cómo no se ha usado antes, o por lo menos yo no me he enterado. Apenas encuentro referencias en la red. Tan sólo una productora en Estados Unidos que se llama justamente así.
      ¿Qué pelis catalogarías con ese término?¿Cómo lo definirías?

      • Artur

        Por Artur, el 26 marzo 2014

        De la Rosa,
        yo también estoy muy lejos de Madrid y de los zombis, me he tenido que ir a vivir a un establo, en el campo.
        Si piensas que me vas a poner a currar..!
        Jaja, buen intento.
        Hala, Jonás & Franco, a seguir pirateando cosillas por ahi. Y haciendo pelis densas, que son las que dan de cenar (gratis) en festivales pajilleros.

    • Zacarías de la Rosa

      Por Zacarías de la Rosa, el 06 junio 2014

      Hola de nuevo Artur,
      estos días acabo de usar el término «Dream Cinema» para referirme a la última película que acabo de estrenar. Me parece que la define perfectamente. Lo hice en el coloquio que hubo después de la proyección. Mencioné cómo había llegado hasta ese término gracias a tus comentarios.
      Así que gracias de nuevo…

      Mi largometraje se titula 11211 -el barrio de avenidas que se bifurcan- y firmo la película como Zac73dragon
      https://vimeo.com/20109187
      Saludos

  • Artur

    Por Artur, el 06 junio 2014

    Zacarias,

    muy bueno, me gusta! Encima, en Brooklyn.
    Más no se puede pedir.
    El coloquio qué era, en una Asociación Cultural de Barrio? Me interesa.
    Tenemos que hacer algo.
    Un saludo.
    Artur Cinema.

    • Zacarías de la Rosa

      Por Zacarías de la Rosa, el 06 junio 2014

      el coloquio era en el marco del LPA Film Festival, en el Teatro Guiniguada, sede de la Filmoteca Canaria.
      Mi película competía en la sección LPA Film Canarias. El jurado me ha otorgado La Mención Especial.
      Me tomo en serio lo del término Dream Cinema. De verdad, me parece muy sugerente.
      Si te interesa, aquí tienes mi correo:
      zac73dragon@gmail.com

      • Artur

        Por Artur, el 06 junio 2014

        Muy bien! Enhorabuena!

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