Juan Diego Botto: «La actitud gremialista de los políticos con los escraches es vergonzosa»

Juan Diego Botto

Entrevista con dibujo

JUAN DIEGO BOTTO, actor 

RAFA RUIZ / Fotografía: MANUEL CUÉLLAR

Es un hombre de 37 años que pone el corazón en todo lo que hace, en la vida y en el trabajo. También en el dibujo de esta entrevista, que le pedimos que nos haga sin pensárselo dos veces. «Es un corazón… Con muchas curvas… Con ojos… Femenino. Una corazonada… Atravesado por una flecha; es un corazón enamorado».

«No dibujo mucho, no se me da bien. A mi hija sobre todo le leo muchos, muchos cuentos; ahora los más demandados son los de superhéroes, los ‘hits’ de mi hija son Hulk y Supermán».

Necesitamos superhéroes…

A ella le gustan, pero yo no creo en los superhéroes individuales; los superhéroes que necesitamos son colectivos.

¿Cómo salir de este atolladero?

No tengo la respuesta, aunque intuyo que lo que hubo ya no va a volver. Estamos viviendo un cambio de modelo. Y tenemos la oportunidad de aprovechar este ajuste que están haciendo desde arriba, su pretendido cambio de modelo, para hacerlo nosotros también, pero de verdad, con otros valores. No es fácil, implica mucha actividad, mucha movilización, pero todo contribuye, no solo salir a la calle, sino cada uno aportando lo mejor de sí, desde el arte, desde la cultura.

Y con corazón…

Sí, trabajando siempre con corazón.

El actor Juan Diego Botto acaba de publicar el libro ‘Invisibles’ (Espasa), a partir de los monólogos de su obra de teatro ‘Un trozo invisible de este mundo’, que arrancó en octubre en Madrid y con la que estará girando por España hasta otoño para luego llevarla a Buenos Aires y volver a Madrid en 2014. «La verdad, nunca pensé que fuera a tener tanto recorrido. El estreno resultó hermoso, pero la primera semana fue muy difícil. Después, gracias al boca a boca y las buenas críticas en prensa, comenzó a subir y subir». Al mismo tiempo Botto está rodando en Barcelona ‘Ismael’, la nueva película de Marcelo Piñeyro, junto a Mario Casas, Belén Rueda y Sergi López, que se estrenará en diciembre.

Dibujo de Juan Diego Botto

¿Qué has querido contar con la obra y el libro?

Escribí la obra espoleado por dos situaciones personales. Una fue la llamada de mi tío de Buenos Aires diciéndome que se iba a celebrar el segundo megajuicio de la Escuela de Mecánica de la Armada, un centro de tortura de la dictadura, y que en ese proceso iba a estar el caso de mi padre, asesinado en ese centro, lo que fue una noticia movilizadora para mi familia; así que empecé a escribir sobre el exilio de mi madre, sobre su búsqueda de arraigo. Recuerdo su batalla, su pelea por arraigarse, su soledad, su no tener a nadie, una mujer que vino sola a España, con tres hijos, huyendo de la dictadura argentina… A la vez, me llamó un amigo que trabaja con inmigrantes para que le acompañara al funeral de una mujer que había muerto en el centro de internamiento para extranjeros de Aluche, en Madrid, una congoleña, le dieron cremas para el picor y pomadas, no le hicieron caso, tenía sida y nadie le hizo mucho caso, murió por un hongo que le había perforado el cerebro, con mucho dolor, y en el funeral estaba su madre, destrozada, abrazada al ataúd, llorando… Esa historia me impactó muchísimo. A partir de ahí todo el tema de inmigración se me desveló como algo que necesitaba vincular al tema del exilio, y ese es el origen de estos textos de la obra teatral. Porque vivir en una cultura que no es la propia, sintiéndote un constante extranjero, es difícil… Luego un editor me dijo que esos textos, al ser monólogos, se podían entender como ensayos sobre la inmigración, y que podía añadir por qué los escribí, cómo, en qué gente me basé, con qué gente hablé…

Desarraigo. Ahora desde el Gobierno se ve la salida de jóvenes en paro hacia otros países como energía de emprendedores. Pero recientemente ha habido manifestaciones bajo el lema: «No nos vamos, nos echan».

Yo recojo en el libro una frase que me decía un amigo que trabaja con inmigrantes: el primer derecho que se le conculca a un inmigrante es el derecho a no emigrar. Cuando uno se va es porque su país no le ofrece lo mínimo indispensable para vivir. No puedo estar más de acuerdo con esa frase de «no nos vamos, nos echan». Vale lo mismo para el chaval español que se tiene que marchar a Alemania a buscar trabajo que para la mujer boliviana que viene a trabajar limpiando casas. Te echan. Son declaraciones de enorme frivolidad de cargos públicos cuando dicen que los jóvenes se van por el natural espíritu emprendedor de la juventud, por el espíritu de aventura, que es positivo que se vayan y vuelvan con lo aprendido. Es negativo, porque todo lo que hemos invertido como conjunto social en educar a esa gente revertirá en otro sitio, eso es muy triste. Es talento que se va. No sabemos lo que nos estamos perdiendo. Estamos viviendo la mayor crisis económica de la democracia, ligada a una crisis institucional notable. Las vacas sagradas de la transición están ahora en la picota, incluido ese gran héroe de la transición, el Rey. Y los dos grandes partidos están por debajo del 50% de intención de voto.

Juan Diego Botto

Te voy a proponer cuatro palabras para que desarrolles un pequeño monólogo en torno a cada una de ellas… Bruselas. Ostia… Bruselas es como… como esa máxima autoridad de una novela de Kafka. Bruselas es como un sitio surrealista que nadie conoce pero que dicta la vida del pueblo, un lugar donde está el poder, pero totalmente desconectado del pueblo. Hablan de ajustes con la mayor frialdad sin pensar que esos ajustes significan que mucha gente se va a quedar sin trabajo, muchos sin casa, y que muchos se suicidarán.

Bipartidismo. Algo con lo que creo que hay que acabar. Una farsa en la que aparentan posiciones enfrentadas, pero que en lo económico coinciden al 70%.

Monarquías. Tienen sentido en los cuentos que le relato a mi hija. Pero hoy en día pensar que hay un grupo humano que tiene más derechos que los demás por pertenecer a un linaje es completamente absurdo; es anacrónico que haya un señor al que le pagamos todos con privilegios porque se apellida de una manera, no cumple ninguna función útil. Es más, ahora mismo es… bochornoso.

Escraches. El primero del que yo tengo conocimiento sucedió en Buenos Aires, protagonizado por una asociación, Hijos, con la intención de… En Argentina en aquellos momentos todavía estaban vigentes las leyes de impunidad, aún no se podía juzgar penalmente a los responsables de la dictadura, aunque supieras quiénes eran los torturadores. Así que Hijos dijo: vale, por la vía penal no podemos, pero sí les vamos a denunciar por la vergüenza social, yendo a su casa a decir que en el 5º C vive un señor que fue torturador, y vamos a repartir folletos a su kiosquero y a su panadero para que sepan que el del 5º C fue un torturador. Condena social. Que todo el mundo sepa que ese tipo es responsable. Lo que pretende la Plataforma de Afectados por la Hipoteca creo que no es distinto. Porque la gente no es desahuciada por un mal que cae del cielo, como una tormenta o un huracán, sino por unas leyes que lo permiten, leyes hechas por seres humanos que están en el Congreso de Diputados y que permiten que eso suceda, y que tienen capacidad de evitarlo. Ir a su casa y señalarlos es decir a la sociedad que ese señor tiene capacidad de evitarlo. Cuando leí hace unos días las declaraciones de Felipe González refiriéndose a los pobres niños que lloran, pensé que se refería a los niños cuyos padres pierden la casa, niños que se quedan sin nada, que ven que la policía echa violentamente a sus papás de su casa, pero cuando seguí leyendo y vi que se refería a los hijos de los políticos y a los escraches me dije: hay gente que está totalmente desconectada de la realidad, y que solo se conecta cuando su gremio, su grupo, está afectado. Hay una actitud gremialista en los políticos respecto a los escraches que está siendo francamente vergonzosa.

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Comentarios

  • joan benavent

    Por joan benavent, el 12 abril 2013

    Juan Diego es, por herencias de dolor y consciencia, un avanzado de las causas sociales y los derechos ciudadanos. Su coherencia artística va de la mano con valores y principios que acompañan su paso por la vida. Criollo de origen y español por trayectoria, proyecta un ejemplo de universalidad y compromiso humano en cualquier época.

  • Alexia

    Por Alexia, el 12 abril 2013

    Más claro, imposible. Gracias Juan Diego.

  • Kimitake

    Por Kimitake, el 12 abril 2013

    Lo del caciquil felipe gonzalez no tiene nombre y en su figura se resume la miseria de todo el PSOE, ese patético club de socialdemocratas de postín conchabados con el gran capital y sin el menor ápice de sensibilidad social (hay que ser zafio, necio y canalla para, mientras se fuma un habano, lamentarse de las imaginarias lágrimas del hijo ultraprotegido de un político escracheado e ignorar durante AÑOS las lágrimas reales de miles de niños desauciados, humillados y arrojados a la calle como ratas). Los españoles ciertamente lo tenéis crudo: por un lado tenéis a la falange del pp y upd, y por otro a la incompetencia acomodaticia y medradora del psoe, servil lacayo de los poderes constituidos liderado por una mojama intelectual y política como el tal rubalcaba, personaje de folletín negro que se aferra al poder y a su miseria política como una lapa a la roca. Y el pueblo, la mitad abotargado ante la televisión, mamando basura y estupefacientes mientras le roban la cartera cuatro chorizos. La única esperanza que queda es esa espléndida minoría de los que se levantan y protestan, de los que salen a la calle y se plantan frente a las casas de los ladrones y sus compinches. De ellos será el futuro o el futuro no será.

  • jorge

    Por jorge, el 12 abril 2013

    debo de ser facha porque no estoy a favor de los escraches

    • Jorge Vestringebeitia

      Por Jorge Vestringebeitia, el 13 abril 2013

      Pues miratelo, hay conciencias que son una mierda…
      Mira Felipe González…

    • Galahat

      Por Galahat, el 15 abril 2013

      ¿Y de las cláusulas abusivas?

  • luie.e

    Por luie.e, el 12 abril 2013

    a Felipe Gonzalez,ooa los politicos,a los periodistas y a todas las personas que estan en contra de los escraches,no violentos,solo les deseo una mala pesadilla en la cual sufriesen un terrible desalojo de esos tan violentos que vemos ha diario,creo que pensarian distinto,por favor recapaciten.

  • Galahat

    Por Galahat, el 15 abril 2013

    Que durante unas horas peguen pegatinas en tu casa y hagan ruido debe ser durísimo comparado con quedarse desempleado, no encontrar trabajo o encontrarlo con unos salarios de miseria, no poder pagar la hipoteca y verte en la calle. Pero eso es algo que las sacrosantas élites extractivas españolas, las de generaciones a y las de nuevo cuño, nunca van a tener que sufrir porque se han asegurado perfectamente de conservar su inmenso estado de bienestar. No en vano dinamitaron en unos siglos toda una fortuna imperial y han colocado a este «antiguo imperio» entre los países del culo de Europa. Bravo. Pero su gran mérito consiste en haber sido capaces de mantener a un nutrido grupo de palmeros sin necesidad de dictadura a pesar de su ineptitud, nepotismo, corrupción, enriquecimiento ilícito y desfachatez. Y no me refiero a sus mercenarios a sueldo, que esos viven relativamente bien, hablo de esos millones de ciudadanos que, aun no formando parte de la élite privilegiada, todavía no se han enterado que hay una línea muy fina entre el tener y no tener y que basta sufrir un ERE para cruzar esa línea y formar parte de ese gran ejército de reserva que son los seis millones de desempleados españoles. Y, si consiguen salir de esa, entraran a formar parte del incomparable mundo de la precariedad laboral.

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