Juan Pablo Baene: la vida absurda en ‘piloto automático’
El artista Juan Pablo Baene.
El artista Juan Pablo Baene.
Nacido en Colombia y residente en Nueva York, Juan Pablo Baene recuerda con cariño los 12 años vividos en Barcelona. A partir de ahora, Madrid pasa a formar parte también de su mochila vital. Las paredes de La Fiambrera han acogido por primera vez una exposición individual del artista colombiano. Su obra, ‘Nihil Desperandum’, es una trama marcada por lo absurdo de nuestras vidas. «Somos como robots. Todos los días realizamos mil cosas en piloto automático, sin pensar; cosas programadas o que nos han programado para hacer».
Es la primera vez que expones de forma individual en España…
Me encanta este país. Es un honor haber sido invitado por La Fiambrera. Ahora, desde Nueva York, siento un vínculo muy grande con España. He vivido en Barcelona 12 años. Nihil Desperandum es mi primera exposición en Madrid. Y estoy convencido de que no será la última. De verdad me hace muy feliz.
En ‘Nihil Desperandum’ hay muchos guiños (imágenes tomadas por nativos americanos en la conquista de América, robots, estampas japonesas, cocina…). ¿Por qué esa mezcla?
Nihil Desperandum es una trama con un montón de imágenes y experiencias que me han fascinado y acompañado por mucho tiempo. Las separaciones son construcciones mentales; en la realidad todo está conectado. Algunas de las experiencias que han sido parte de la historia de nuestros antepasados y siguen tan vigentes como hoy en día. En el presente tenemos una relectura distinta de ellas. Estas cositas han construido poco a poco la realidad de la exposición. Nihil Desperandum incluye imágenes, esperanzas, memorias, preocupaciones, vivencias, sueños, deseos y experiencias que han llegado, se han ido y han vuelto durante mi vida.
¿Por qué ese gusto por representar lo que denominas “la cotidianidad de lo absurdo”?
Lo absurdo es parte de mi obra y de mi vida. Nihil Desperandum son robots que quieren destruir el mundo. Pero no hay prisa. Están allí viviendo, dejando que pasen sus vidas, haciendo de todo menos lo que para en realidad están programados. Creo que podría ser la existencia de cualquiera.
¿Crees que hay muchos momentos absurdos en la existencia de los seres humanos?
Somos absurdos por naturaleza. Cuando una cosa es habitual se vuelve parte de la vida. Todos los días realizamos mil cosas en piloto automático, sin pensar. Hacemos cosas programadas o que nos han programado para hacer. Piensa en lo que haces todas las mañanas: primero te levantas, después el camino hasta tu trabajo, durante tu trabajo y después hasta tu casa… Igual. Muy probablemente te darás cuenta de que la vida es la misma ecuación con un par de variables. Si te cambian la ecuación o si la variable viene encriptada, nos estresamos. Absurdo, ¿no? La historia se repite, en distinto contexto, pero sigue siendo lo mismo cada vez.
Los robots que protagonizan ‘Nihil Desperandum’ quieren destruir el mundo y, mientras tanto, se hacen ‘selfies’ y se van de copas. Por lo que me estás contando, veo que los robots son una caricatura de nosotros…
Los robots nos narran situaciones y características cotidianas. Algo así como que aprendemos de la ficción, pero ésta se basa en la realidad.
En tu obra aparece mucho la belleza, pero también la fealdad. ¿Son igual de inspiradoras?
Sí. Es imposible hablar de vida sin hablar de muerte. Una cosa hace que la otra exista. Con lo cual son simbióticas. La fealdad y la belleza, lo mismo; dependen del punto de vista. Yo me quedo con la fealdad, con la belleza y con todo lo contrario.
La exposición de La Fiambrera la has llamado ‘Nihil Desperandum’, ¿por qué nunca se debe perder la esperanza?
Sólo existe un presente y sencillamente hay que vivirlo, por absurdo que sea.
También juegas mucho con la ironía y la metáfora. Hay que tomarse la vida con humor, ¿no?
Una de las pocas cosas que nos hace distintos de los animales es el humor.
Obra de Juan Pablo Baene.
Obra de Juan Pablo Baene.
Obra de Juan Pablo Baene.
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