‘La Asamblea de las Mujeres’ no pierde vigencia tras 2.000 años de machismo

Pedro Mari Sánchez y Lolita protagonizan ‘La asamblea de las mujeres’. Foto: Jero Morales.

Pedro Mari Sánchez y Lolita protagonizan 'La asamblea de las mujeres'. Foto: Jero Morales.

Pedro Mari Sánchez y Lolita protagonizan ‘La asamblea de las mujeres’. Foto: Jero Morales.

‘La Asamblea de las Mujeres’, una de las comedias más incisivas y divertidas del autor clásico Aristófanes, vuelve a la cartelera madrileña. Llega al teatro de La Latina en un adelanto al nuevo curso, del 24 de agosto al 11 de septiembre. Escrita hace más de 2.000 años, esta obra parece no perder vigencia, menos aún con la adaptación que Juan Echanove y Bernardo Sánchez realizaron para esta versión ambientada en nuestros tiempos. Hablamos con sus dos protagonistas, Lolita y Pedro Mari Sánchez.

Su protagonista, Praxágora (Lolita), apoyada por otras ciudadanas atenienses, intentará asumir el Gobierno de la polis para cambiar entre otras cosas la vida de sus conciudadanas. A su lado tiene a su sufrido marido Blépiro (Pedro Mari Sánchez) y junto a ellos un elenco de siete actores como María Galiana, Pastora Vega, Luis Fernando Alves, Concha Delgado, Sergio Pazos, Bart Santana y Santiago Crespo, dando vida a múltiples personajes.

Estar con estos dos actores, Lolita y Pedro Mari Sánchez, siempre se hace familiar; quizá porque es difícil recordar alguna etapa de los últimos 40 años en la que no estén presentes de un modo u otro estos artistas tocando alguno de los palos que han ejercido en sus extensas carreras, teatro, cine, televisión, música…

Y es que los dos habéis empezado muy jovencitos, es decir de niños.

Lolita: Pedro empezó más joven, yo lo hice a los 16 años, fue en La Buena Vida de Jiménez Rico, con Antonio Ferrandis y María Luisa Ponte, antes incluso de grabar Amor, amor; era una niña y tenía una vocecita muy fiiiina, no hablaba casi nada, era un personaje de los de miradas, es algo que nunca olvidaré.

Pedro Mari: Yo también hice una película con Jiménez Rico y Ferrandis, Del amor y de la muerte, ya ves las casualidades o los destinos; aunque empecé un poco antes que tú, con seis años y medio en La gran familia.

L: Con Maribel (Martín), aún más pequeña.

Desde entonces has hecho casi de todo, desde Segismundo o Calígula a Stanley Kowalsky…

PM: Me faltaba éste, Blépiro, estoy feliz con él. Es un gran personaje, he tenido mucha, mucha suerte.

Y eso que es la segunda vez que lo interpretas. ¿Qué tiene esta obra que vuelve a la cartelera una temporada tras otra?

L: Actualidad. Actualidad en cuanto a los sentimientos, actualidad en cuanto a las emociones y desgraciadamente actualidad política. Lo estamos viendo día a día, no hay más que ver los telediarios; cuando no es Siria es Atenas o Venezuela y cuando no otro sitio; existen las guerras, existen los estafadores, existen los comisionistas, existen los que malversan, todo eso desgraciadamente existe.

PM: Y la mujer subyugada por el hombre desde hace miles de años…

¿Será porque la guerra es cosa de hombres?

PM: Históricamente sí, aunque hay quien decía que la guerra tenían su fundamento en el dinero o en alguna mujer.

L: Como la guerra de Troya.

PM: Pero es cierto, el hombre sigue mandando en todo, el mundo es machista. Ante la evidencia de una situación profundamente injusta y de desasosiego total, la especie humana parece no haber aprendido nada, la pregunta de si se pueden hacer las cosas de otra manera aún no tiene respuesta. La situación griega que plantea Aristófanes es la misma de hoy en día, pero no sólo la de Grecia, la de todo el Mediterráneo, y no sólo eso, la de toda Europa. Un problema de identidad, un problema de saber cómo debe estructurarse la sociedad. Volvemos a caer en lo mismo, siempre la ruina.

Quizás habría que ridiculizarlo todo como hace Aristófanes para llegar a algo claro.

L: Quizá sea una forma de crear conciencia. Quizá crearla a través de la burla como hace Aristófanes con la obsesión de Praxágora por quedarse con la asamblea. Lo que desea Praxágora es sobre todo mejorar la vida de las mujeres, y que con ello llegue la desaparición de los robos, de las estafas, en definitiva que haya paz, pero no todo el mundo piensa como ella. Para eso necesita entrar en La Asamblea y para lograrlo tiene que travestirse de hombre.

PM: De otra manera no la habrían dejado entrar. Porque el autor trata la historia desde una perspectiva muy machista poniendo en evidencia las propuestas de Praxágora.

L: O Aristófanes era machista o nos tenía una envidia enorme a las mujeres.

PM: Se corresponde con su pensamiento conservador.

L: Sí, cuando no era una rebelión sexual, era una rebelión política. A mí me hubiera gustado hablar con él y preguntarle ‘a ver, Aristófanes, ¿tú qué coño tienes en realidad contra nosotras? ¿No eres un poco misógino?’.

Me pregunto cómo se afronta esta vuelta con ‘La Asamblea de las Mujeres’ tras su paso el año pasado por el festival de Mérida. ¿Se hace como si fuese un segundo estreno, o una continuación?

L: Para mí es como si fuese el primero, sobre todo porque Mérida es Mérida y Madrid es Madrid, y para mí cada sitio y cada teatro es un primer estreno, algo nuevo, fue un primer estreno en Avilés, en Cartagena, en Medellín… Allí donde estemos, siempre es un primer estreno. Por eso yo siempre me pongo de los nervios; cuando ya llevemos diez días y esté un poquito más tranquila, pues entonces nos iremos a Zaragoza y será un estreno otra vez.

PM: Primer estreno siempre, y en un teatro como La Latina con tanta historia, pues más aún. Estamos ilusionados, mucho.

L: Y Con muchas ganas. Es que además nos lo pasamos muy bien.

¿Tiene algo distinto, ha habido cambios desde el año pasado en la versión de Juan Echanove y Bernardo Sánchez, ha crecido de alguna manera?

PM: Ha madurado. Ha madurado, pero no ha cambiado el montaje. O sea el montaje es el mismo, el discurso es el mismo y no se han adaptado nuevas formas porque la actualidad a la que se refiere esta versión no es una actualidad tan efímera, es decir, si Europa hubiera resuelto sus problemas de identidad, si España, Grecia, etc hubieran encontrado un camino…

L: Es actual, está claro, pero incluso si no estuviera de tanta actualidad, sigue siendo teatro del bueno, un buenísimo montaje, muy buenos actores acompañándonos y la gente se sigue divirtiendo, sigue pasándoselo muy bien, seguimos llenando los teatros y, como dice Praxágora en la obra, «para qué cambiar lo que ya funciona».

¿Y personalmente, como Lolita o Pedro Mari un año después?

PM: Hemos reposado al personaje. Desde que terminamos hasta hace un mes que lo retomamos, ha ganado; pienso que cuando descansas un personaje, vuelve con más capas, es el mismo personaje, pero lo siento mejor. Hago lo mismo, pero lo hago mejor, o eso creo.

L: Claro, vas encontrando matices, ya lo tienes más seguro, juegas más con él. Es al fin y al cabo la magia que tiene el teatro, el directo de cada día te da la suerte de encontrarle mucho más a un personaje. Lo disfrutas.

PM: Es un proceso vivo. Respira nuevo.

Lolita en un momento de 'La asamblea de las mujeres' en Mérida.

Lolita en un momento de ‘La asamblea de las mujeres’ en Mérida. Foto: Jero Morales.

¿Supongo que el público también ayuda a eso?

PM: ¡Claro! El público te modifica también, del mismo modo que tú modificas al público. La respiración, que es lo que cambia todo en la vida, hace que una orquesta suene de una manera si es dirigida por un director o por otro; es la respiración la que provoca que un silencio sea más largo o más corto.

L: El teatro es lo que tiene, y a mí al menos la adrenalina se me sube haciendo teatro, porque para mí todos los días son diferentes.

¿Sentís ahora algún tipo de miedo o responsabilidad tras haber batido récords de asistencia el año pasado en Mérida?

L: ¡Que va! Al contrario, alegría, mucha alegría.

PM: Eso es, además no podemos estar pensando en eso de que «hay que estar a la altura», sería una angustia terrible, yo intento estar a la altura de lo que soy yo humildemente cuando me pongo ante el público. Tengo que dar lo mejor de mí, por respeto a lo que yo hago, por estima a mí mismo, no puedo cargarme con la responsabilidad de éxitos anteriores. Eso es una suerte, sí, pero nada más.

L: Venimos con la ilusión, por supuesto, pero no con ninguna responsabilidad, únicamente la de poner todos lo mejor de nuestra parte para que sea un éxito. Es decir la responsabilidad profesional.

PM: Y vocacional, sobre todo vocacional, con todas las implicaciones que tiene un oficio como éste, que sin amor no es nada. Sin dedicación disciplina y trabajo tampoco, pero sin entrega y talento en la medida que podamos tener esto no existe. Ese es el compromiso realmente, luego, ¡ojalá aquí ocurra lo mismo!

L: En eso lo tienen peor los empresarios, que realmente son quienes se juegan el dinero y mucho más. Todos siempre necesitamos de alguna manera que el trabajo funcione.

¿Qué os gustaría que el público se llevara de este montaje?

L: Mira, que se llevase un buen sabor de boca, que tomara conciencia de algunas cosas que se dicen y que realmente escucharlas y tenerlas en cuenta sería muy bueno para todos nosotros, para todos los ciudadanos del mundo. Y sobre todo que vengan a pasárselo bien, que ya que pagan una entrada, que no es barata hoy en día con esto de los IVAs etc, etc, disfruten mucho. Que vengan con la mente limpia y el corazón abierto, que se lo van a pasar muy bien con nueve actores entregándose para ello.

PM: Eso, y que pillen bien una parte esencial del montaje como es «la chirigota» con la que acaba el espectáculo, un gran abrazo lleno de alegría y de juerga a todos nuestros defectos y a dejar atrás todas nuestras mezquindades.

L: Reírnos de nosotros mismos e intentar que al día siguiente hagamos las cosas mejor.

Un momento de 'La Asamblea de las mujeres'. Foto: Jero Morales.

Un momento de ‘La Asamblea de las mujeres’. Foto: Jero Morales.

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Comentarios

  • Auri

    Por Auri, el 22 agosto 2016

    Me encanta este tipo de entrevistas, además está hecha con buen gusto distendida, se nota. Lolita y Pedro Marí están estupendos en la obra.

  • Gatorro

    Por Gatorro, el 22 agosto 2016

    2000 años de machismo, la guerra es cosa de hombres. Hillary, que ha destruido tantos paises, también es un hombre? Cuanta tontería.

    • Albert

      Por Albert, el 23 agosto 2016

      Gatorro, la guerra es cosa de hombres….vivimos en un patriarcado y el problema es que hay personajes como tu con poca visión de las cosas. Así nos va…Hillary es mujer mandando en un patriarcado…su comportamiento sociopolítico no puede ser de matriarcado, nunca…..Qué pena, si estudiásemos más

  • Albert

    Por Albert, el 23 agosto 2016

    Gatorro, la guerra es cosa de hombres….vivimos en un patriarcado y el problema es que hay personajes como tu con poca visión de las cosas. Así nos va…Hillary es mujer mandando en un patriarcado…su comportamiento sociopolítico no puede ser de matriarcado, nunca…..Qué pena, si estudiásemos más

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