Laurent Cantet: «Los cubanos están optimistas, porque lo necesitan»

El director de cine Laurent Cantet durante el pasado Festival de Cine de San Sebastián.

El director de cine Laurent Cantet durante el pasado Festival de Cine de San Sebastián.

El director de cine Laurent Cantet durante el pasado Festival de Cine de San Sebastián.

El francés Laurent Cantet estrena este fin de semana en España su sexto trabajo, ‘Regreso a Ítaca’, rodado en La Habana y en español. Coescrita junto al cubano Leonardo Padura (y basada en su novela ‘La historia de mi vida’), la película transcurre en una azotea de La Habana en la que se reúnen cinco viejos amigos. Es ante todo una historia de amistad, aunque con un poso amargo de sueños perdidos, de desencantos, decepciones y miedos.

En su filmografía, Cantet ha colaborado con escritores como Frédéric Bégaudeau, adaptando su novela La clase (Entre les murs en francés), película que fue Palma de Oro en Cannes en 2008; o en su anterior trabajo, Foxfire, basada en la novela Puro Fuego: Confesiones de una banda de chicas, de Joyce Carol Oates. Ahora ha elegido a Leonardo Padura para construir un guión y unos diálogos en la Cuba actual de cinco amigos que vivieron la revolución.

Regreso a Ítaca, de la que ya hablamos en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián, recuerda de alguna manera Las Invasiones Bárbaras (2003), del director canadiense Denys Arcand. Aunque aquella era una decepción occidental de un grupo de amigos dos décadas después. Un reencuentro tras el paso del tiempo. Y con cierta nostalgia y un anhelo de las ilusiones no cumplidas. Pero Cantet reconoce que le inspiró más La Terraza (1980), de Ettore Scola.

“Lo interesante de la literatura es que toma más tiempo. Cuando escribes un guión tienes la impresión de que vas directamente hacia un objetivo. La literatura ofrece la posibilidad de dar tiempo para ver la vida de la gente, mirar sus contradicciones y sus dudas. Partir de un libro es también el reencuentro de un espacio. Me gusta que los guiones sean flotantes. No saber exactamente hacia dónde vamos, qué nos está contando, en qué va a desembocar”, aseguraba Cantet cuando presentó Foxfire. Y ese espíritu flotante está presente en Regreso a Ítaca, con sus sorpresas y sus giros imprevisibles.

Amable y gran conversador, Cantet cuenta con una mirada crítica lúcida, con un compromiso ideológico, con la vida y con el ser humano. Su cine social refleja conflictos vitales y muestra la lucha de la gente en la vida y esa capacidad para seguir pese a las adversidades. Ya está escribiendo su próxima película, en la que regresará a Francia, al francés y con un guión propio.

¿Por qué Cuba?

Es un país que conozco, tengo muchos amigos de allí y que viven allí. Me interesa porque es un enigma. Su realidad parece una cosa y luego es otra. Además, hay una densidad histórica muy fuerte, es como entrar en un libro de Historia. Al mismo tiempo, está bastante alejado de la mitología, por lo que se puede confrontar la mitología con la realidad.

El título de la película viene de la mitología griega, de esa Ítaca como lugar soñado, ¿no?

Al principio, el título no me gustaba porque lo encontraba excesivamente literario y yo quería ir a lo universal. Pero Leonardo Padura me convenció para mantener esa imagen entre realidad y deseo.

Ya has trabajado con otros escritores como Frédéric Bégaudeau. ¿Por qué elegiste a Padura?

Hacía tiempo que quería trabajar con él. Le conocí rodando el cortometraje de 15 minutos 7 días en La Habana, porque colaboró en el guión. Y le comenté que quería trabajar sobre la idea de los exiliados. He conocido mucho de Cuba gracias a los libros de Padura. Así que decidimos desarrollar esta historia juntos: elaborando ambos los personajes, las situaciones y las grandes líneas de la narración.

¿Cómo ha sido el casting? ¿Qué buscabais?

Me sirvió de mucho que mi ayudante de dirección sea franco cubana. Y conoce el mundo audiovisual. La elección no ha sido muy original, porque son los actores más conocidos en Cuba, Jorge Perugorría, Isabel Santos, Fernando Hechevarría, junto a Néstor Jiménez y Pedro Julio Díaz Ferrán… Pero quería captar a esa generación que creció y se formó con la revolución. Hicimos lecturas a la italiana ya en Cuba con Padura y los actores. Y ellos se reconocieron mucho en los personajes, en los diálogos y en los roles.

¿‘Regreso a Ítaca’ es sobre todo una película sobre la amistad y el desencanto?

Es una historia cubana, de la amistad, de encontrar y contar con el grupo, de las fuerza de las relaciones, de los límites sobre todo lo que se puede decir entre amigos, de la confianza, de la resistencia de la amistad. Por ejemplo, es muy significativa la soledad de los cinco amigos reunidos en el último plano, en la azotea. Y cómo no ponemos en duda que, pese a todo lo que ha pasado, van a seguir siendo amigos. Refleja la urgencia de hablarse entre amigos. El colectivo y lo colectivo, que está todavía muy presente en Cuba. De hecho, los cubanos han sobrevivido gracias a ello, gracias a la solidaridad entre ellos, a una gestión conjunta de la crisis. Poder contar con esa red es un logro.

¿Cómo fue el rodaje con los actores?

Todo muy fluido. Aportaron ideas, se sintieron a gusto en sus papeles. Mi intención era dar la palabra a los personajes y que contasen sus historias complejas. Que se mirasen a la cara, que dijeran mucho casi sin elementos. Porque las caras transmiten mucho, más que los gestos, y los cubanos son muy exagerados en sus movimientos cuando hablan, a la hora de teatralizar y gesticular. Quise rodar sólo en la azotea, pero la falta de tiempo y la lluvia me obligaron a grabar en dos escenarios más (las escaleras y el comedor de la casa de la familia de Aldo). Quería concentrarme en la historia y en los personajes. Y captar la presencia de la ciudad en la azotea: con sus ruidos, su alma, sus habitantes y el horizonte.

Hay diversos momentos en el que varios de los amigos dicen que todos somos putas en este mundo, que todos nos prostituimos y renunciamos a hacer lo que queremos. ¿Qué piensas de esa afirmación tan rotunda?

Lo ilustra perfectamente el personaje de Aldo cuando dice “nos han robado la vida”, pero hablando desde una responsabilidad personal. “Nos han metido miedo y lo hemos aceptado”. El cubano, en general, se considera víctima del sistema, más que actor de su propia vida. Así que cuelga la responsabilidad en algo ajeno no en sí mismo. Esa idea conecta con muchos hechos históricos sucedidos en Europa, y con la actual crisis. Además, los cubanos tienen vértigo al mundo que cambia.

El hijo de Aldo en la película (de unos 17-18 años) refleja una nueva generación desencantada, con menos formación que sus padres y sin un arraigo ideológico, ¿no?

Son jóvenes que tienen ganas de irse a otra parte. Sólo han conocido la crisis y la privación económica. Su huida no es un exilio político. Es ir hacia un mundo sin escasez, con oportunidades.

Fotograma de la película 'Regreso a Ítaca' de Laurent Cantet.

Fotograma de la película ‘Regreso a Ítaca’ de Laurent Cantet.

¿Consideras que ‘Regreso a Ítaca’ refleja la diversidad de la sociedad cubana o está más enfocada en un tipo de ciudadanos con una formación y un recorrido concreto?

Sí, de alguna manera refleja clases pobres como la familia de Aldo. Con formación, pero clase pobre. Los médicos cobran 25 dólares al mes, conocí uno que tenía que trabajar de taxista por la noche para llegar a fin de mes. La idea era mostrar personajes que tuviesen un vínculo entre la política y la creación. Se ve por ejemplo en el personaje de Rafa, artista plástico, contestatario, que se ahogó en su alcoholismo y se escuda en su cinismo. O Amadeo, escritor frustrado, superviviente y profesor en España que tras un largo exilio de más de 15 años siente la necesidad de las raíces para retomar su pasión. La clase media está a punto de aparecer ahora en Cuba. Empieza a circular más dinero, se están abriendo más negocios (tiendas, cafés, bares, restaurantes, sobre todo en hostelería), y algunos son muy exclusivos. Así que las desigualdades sociales son cada vez más visibles.

¿Cómo ve las negociaciones entre EEUU y Cuba y el posible final del bloqueo?

Los cubanos están optimistas, porque lo necesitan. Pero desconfían a la hora de abrir todas las puertas. Esperan conservar ciertos elementos adquiridos, como la educación, la cultura y lo colectivo, este último es uno de los pilares de la sociedad cubana.

‘Foxfire’, su anterior película, la rodó en EE UU y en inglés; ‘Regreso a Ítaca’ en Cuba y en español. ¿Rodar en otro país y en otra lengua no le resulta un gran obstáculo lingüístico y cultural?

Supone un reto. Estimula mi curiosidad y potencia mi capacidad de sumergirme en el país donde voy a rodar. Además, siempre son lugares sobre los que me he documentado y de los que conozco la historia. En este caso aprendí español y también me aprendí de memoria el guión. A la hora de dirigir a los actores me he dejado llevar por el ritmo, la intuición y los gestos. El texto ya estaba bien trabajado entre Padura y yo. Y hemos conseguido que funcionase un equilibrio entre el carácter cubano tan arrollador y lo comedido, para que no fuese tan teatral y exagerado.

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Comentarios

  • calavera2000

    Por calavera2000, el 19 abril 2015

    Vaya mensaje anti gobierno cubano, aunque claro… es lo que vende. Lo contrario difícilmente se publicaría.
    Dice :*» historia de amistad aunque con un poso amargo de sueños perdidos, decepciones y miedos»… Supongo que algo así es lo que han sentido las decenas de miles de deshauciados españoles, aunque ellos no tienen terraza ninguna para reunirse con viejos amigos.
    *» Cantet cuenta con una.mirada critica lucida, con un compromiso ideológico, con la vida y con el ser humano»*… Eso se dice de todos los que refuerzan el sistema capitalista. Si hablara bien de Cuba se le insultaria y se lellamaria «siervo de dictadores» y cosas por el estilo.
    *» Aldo dice -nos han.robado la vida. Nos han.metido miedo y lo hemos aceptado-«*. Pregunto: ¿miedo a que… a manifestarse… a perder el trabajo… a perder la vivienda… a ver a sus hijos trabajando hasta los 30 por 400€/mes?. Eso ya lo tenemos aquí.
    Y por último, dice *»son jóvenes que tienen ganas de irse a otra parte. Solo han conocido la crisis y la privación económica. Quieren ir a un mundo sin escasez, con oportunidades»*. Supongo que como los titulados españoles que emigran a Europa a trabajar de camareros. ¿Sabes que les paso a los 30 cubanos disidentes acogidos por España?. Tenían alojamiento y una pensión ,todo pagado por el estado español. Se quejaron de que la pensión era escasa… que el alojamiento tenia lavabo comunitario… y al final fueron expulsados de la vivienda y golpeados por la.policía por protestar. Muchos dijeron que, de haberlo sabido SE QUEDABAN EN CUBA. Así son las oportunidades del maravilloso sistema capitalista.

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