Leonardo Sbaraglia: «La inhumanidad de los políticos no puede estar legitimada»

El actor Leonardo Sbaraglia, uno de los protagonistas de las seis historias de la película ‘Relatos Salvajes’. Foto: Roberto Villalón.

El actor Leonardo Sbaraglia, uno de los protagonistas de las seis historias de la película 'Relatos Salvajes'. Foto: Roberto Villalón.

El actor Leonardo Sbaraglia, uno de los protagonistas de las seis historias de la película ‘Relatos Salvajes’. Foto: Roberto Villalón.

«¿Qué hay más violento que permitir que una persona no tenga qué llevarse a la boca?». Así de directo, como corresponde a un ciudadano preocupado por la política, se muestra en esta entrevista el actor argentino Leonardo Sbaraglia, uno de los protagonistas de ‘Relatos Salvajes’, la película escrita y dirigida por el argentino Damián Szifrón, que cuenta con la producción de Pedro y Agustín Almodóvar a través de El Deseo y que se ha convertido en uno de los éxitos del otoño.

Relatos Salvajes es una cinta que hace honor a su nombre. Tras asistir a sus seis episodios, uno sale del cine con una sensación entre la euforia y la tranquilidad, pues varias de las brutalidades que a uno se le ocurriría hacer en esta selva de tarjetas black, dinero sustraído en cursos de formación para parados, rescates de bancos, sedes políticas reformadas con dinero negro, despidos masivos, desempleados que no paran de crecer, sueldos que no paran de bajar, operaciones púnicas, indultos en directo y en diferido, y ese largo etcétera que no cabría (físicamente) en esta entrevista, desfilan por la pantalla con brío, humor negro y mucho buen hacer.

La publicación Hollywood Reporter lo resumió perfectamente: «Es una respuesta maliciosamente directa a una cultura de inevitable corrupción, desigualdad social y económica e injusticia».

La película de Szifrón fue una de las mejores que se pudieron ver en el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián -donde se alzó con el Premio del Público a la mejor película europea-, y sin ninguna intención de destrozar los argumentos que se desgranan en la película sí podemos decir que está llena, en parte, de denuncia social y de mucha política. Así que El Asombrario aprovecha la presencia en Madrid del actor argentino para mantener con él exactamente eso, una charla eminentemente política que supura de una película que no deberían perderse.

Llega esta película a las pantallas españolas en un momento brutal de escalada de destape de casos de corrupción política que coincide con una crisis económica interminable que padece la ciudadanía. ¿Crees que el caso español es extrapolable a lo ocurrido en Argentina?

Este sistema económico en el que estamos inmersos se maneja por especulaciones, por guiños, por noticias que pueden crear cierta psicosis colectiva que llevan a que los mercados suban o bajen. En Argentina lo que ocurrió en 2001 es que hubo un grupo de gente, de sectores capitalistas extranjeros y nacionales, que hicieron grandes negocios para bajar el precio de un país y poder comprarlo más barato. El sistema económico en general capitalista funciona en esos términos. Es lo que pasa ahora con los fondos buitre. En los últimos cuatro o cinco años le ha tocado a países como Grecia y España. Un sociólogo podría decir que se trata de reestructuraciones capitalistas.

¿Por qué crees que no ha habido un estallido social en España o en Argentina derivado de las decisiones políticas y de los desmanes de quienes ostentan el poder?

En Argentina de alguna manera lo hubo. En 2001 los políticos no podían caminar por la calle. Los insultaban, los escracheaban, la gente les tenía un nivel de odio tremendo. Tanto allí como aquí creo que lo que hay que hacer es juzgar a la gente que ha estafado a millones de personas. Eso es lo que hay que hacer. Me pregunto por qué en España se neutralizó el movimiento 15M.

En España hubo escraches pero se paralizaron con la amenaza de castigos muy severos. Pero el 15M finalmente ha llegado al Parlamento Europeo con Podemos. Podemos es una consecuencia del 15M. ¿Tú estarías a favor de una resistencia activa pero no violenta contra la impunidad de los políticos?

Absolutamente. En Argentina fue la asociación Hijos (formada por hijos de desaparecidos) los que comenzaron una política de escraches contra presuntos criminales de la dictadura que no habían sido juzgados. También las asociaciones de madres y abuelas de desaparecidos. Se sabía dónde vivía la gente que había estado implicada en la dictadura y se los denunciaba públicamente para que no siguieran viviendo en la impunidad y con la frente alta. Creo que fue un movimiento valioso e importante. Era la forma de participar activamente en una lucha que persigue algo que hay que empezar a denunciar sin tapujos: La inhumanidad de los políticos no puede estar legitimada. Hay una frase de un sociólogo que yo quiero mucho que se llama Juan Carlos Marín que dice: “Desobedecer toda orden de inhumanidad”. Eso es algo que cualquier ser humano puede y debe hacer.

¿Crees que hay mucha inhumanidad en el mundo en general?

Vivimos desgraciadamente en un mundo en el que la inhumanidad está, por ejemplo, legitimada de padres a hijos. Me refiero a que hay muchos padres que tratan muy mal a sus hijos consciente o inconscientemente. Los tratan con desprecio y sin afecto. Descargando los propios aguijones que arrastran de su vida y como si no pudieran desobedecer esas órdenes implícitas que heredaron de sus propios padres. Es un tema que me interesa mucho. De hecho, tengo un espectáculo que se titula El territorio del poder que trata sobre esto.

¿Y en España en particular?

Me parece que en un país como España, en el que hubo una dictadura de 40 años, fíjate la cantidad de aguijones que puede haber. La cantidad de cosas que existen y que están pendientes. Sobre todo en una sociedad en la que todavía ni siquiera se han podido juzgar los crímenes del franquismo.

La película ‘Relatos Salvajes’ hace honor a su nombre. Toca temas muy duros, pero siempre con un humor y una visión muy interesantes.

La película respira por cómo es la cabeza de Szifrón, que es un tipo culto y sensible al mundo que lo rodea. Siempre ha habido mucha crítica en todo lo que ha hecho. Una crítica protegida por el humor. Siempre ha tenido mucho humor e ironía, pero diciendo cosas muy interesantes. Relatos salvajes no es una película especulativa que quiera conseguir la aprobación del público porque estamos hablando de algo que hay que hablar. No, es mucho más honesto que todo eso. Realmente lo que se dice en ella es lo que Szifrón cree y piensa, y él posee esos contenidos que le interesa transmitir como director.

¿No existe el riesgo de que en algún momento la película pueda ser malinterpretada por parte de la sociedad?

Hace poco hubo una gran polémica en Argentina porque Szifrón fue a un programa de televisión muy importante y en un momento dado le hicieron una pregunta en cuanto a la inseguridad, la violencia y la desigualdad. Él respondió que el estado de la pobreza es un estado de violencia. Transmitió que había que empezar por arreglar eso antes de ponerse a pensar en los problemas de seguridad entendidos en el sentido más estricto del término. Eso fue muy malinterpretado por la derecha y lo criticaron mucho. Pero así es él. ¿Qué hay más violento que permitir que una persona no tenga qué llevarse a la boca?

El actor Leonardo Sbaraglia. Foto: Roberto Villalón.

El actor Leonardo Sbaraglia. Foto: Roberto Villalón.

Si a eso le añadimos la impunidad de los que cometen expolio de los recursos de los ciudadanos y la sociedad desde una situación de poder, el cóctel puede ser… explosivo.

Un tema que toca la película subrepticiamente es que en realidad los que van a la cárcel son los pobres, los ricos no. La corrupción es así. Cuando hablamos de la pobreza como un estado de violencia, también tenemos que pensar en esto. La violencia continúa cuando además el Estado te encierra. En muchos casos el sistema en el que vivimos es un sistema que te aniquila, que te va encerrando, que te va dejando sin recursos. ¿Qué más violencia que esa? Y para parar una violencia hay que utilizar al menos la resistencia. Es un tema muy delicado de tratar, desde luego. Muchas veces no se entienden los contextos históricos o las condiciones en las que los estados de violencia fueron generados. En cualquier caso siempre hay que enfrentarse a la violencia de la forma más inteligente posible.

Hablando de enfrentarse al sistema de la forma más inteligente posible, Pedro Almodóvar, productor de la película, declaró durante la promoción que no votaría ni al PP ni al PSOE. Tal vez hablaba de una tercera vía. ¿Crees que lo más inteligente en este momento en España es subirse a esa tercera vía?

Creo que sí. Para mí el caso de los Kirchner es bastante representativo. Es un gobierno muy claro de centro izquierda que obtuvo el poder en Argentina. Pablo Iglesias y Podemos creo que tendrán que ser muy inteligentes y muy estratégicos para poder llegar a buen puerto. Y tendrán que tener en cuenta el principio de realidad de lo que es el sistema político, que es bien complejo y bastante atroz al mismo tiempo. Pero ojalá puedan llegar y cambie algo. Desde luego pueden causar mucho daño a los que están instalados en el poder y marcar un punto de partida para una regeneración política real en España.

Hay otra frase muy directa en la película: “El mundo está gobernado por hijos de puta”. ¿Se puede generalizar tanto?

Pues mira, yo ahora estoy muy orgulloso de los gobernantes que tenemos en Argentina. Pero yo y mucha gente pensamos que ahora los gobernantes de Argentina con Cristina Kirchner a la cabeza son de lo mejor que hemos tenido.

Pues en España hay un gran sector de analistas políticos que lo miran con mucho recelo.

Hace cinco años, cuando yo vivía aquí, la gente me preguntaba: ¿Pero qué está pasando en Argentina, qué nivel de crispación? Y era al contrario. Creo que estábamos viviendo el mejor momento de los últimos 50 años. Tanto a nivel económico como ideológico. Por supuesto, también hay muchas cosas discutibles en este modelo, pero en general está siendo una buena época para el país. Hay un modelo neoliberal que quiere ser impuesto casi a toda costa, pero también existe otro modelo que está siendo posible en Latinoamérica. Ese otro modelo ha podido construir muchas cosas en los últimos 20 años. Existe un movimiento latinoamericano que es muy criticado en Europa, probablemente porque todas las noticias que llegan son de corresponsales que están en el otro bando.

Eres un actor comprometido y que se moja. Esto en España suele pasar factura. ¿Crees que el discurso político desde la cultura es necesario? ¿Crees que se consigue algo realmente? 

Claro que sí. Es importante decir lo que uno piensa. Hace poco hubo una discusión con un productor de cine que dijo que los actores argentinos se estaban depreciando con tanta opinión política. Pero uno tiene que defender lo que uno piensa y registrar las cosas que a uno le gustan o que no le gustan, sean políticas o no. Y eso yo lo he hecho toda mi vida.

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Comentarios

  • Nely García

    Por Nely García, el 05 noviembre 2014

    Una sociedad avanzada no puede tolerar «la inhumanidad, ni los abusos de los políticos».

  • Emma

    Por Emma, el 05 noviembre 2014

    A LS le van a dar por todos los lados con esa defensa de la presidenta de Argentina y los Kirschner. Ha sido muy valiente diciendo lo que piensa. Y felicidades por la pelicula

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