#Palestina: ‘Quemad nuestra tierra y nuestros sueños. No temo la tiranía’

bandera_palestinaHay semanas en que me resulta difícil abrir esta ‘Ventana Verde’ a la conciencia ecológica que confía, optimista, en un futuro mejor, más solidario, equitativo, sostenible, amable, natural, tranquilo. Y esta es una de ellas. Imposible abrir ventanas y cerrar los ojos a la masacre que está cometiendo Israel con #Palestina. Me gusta definir la ecología como la actitud que consiste en vivir en armonía, respetando todo y a tod@s, para que podamos seguir navegando juntos. Por eso, hoy esta ‘Ventana Verde’ va dedicada a Palestina, un pueblo atrapado entre muros, sangre y fuego, pero que lleva el verde en su bandera.

Frente al crimen contra la Humanidad que está cometiendo el Gobierno de Netanyahu con su operación cínicamente denominada Margen Protector -operación apoyada, según las encuestas, por un 90% de la población israelí, lo cual extiende la responsabilidad más allá de los halcones en el poder- y que incluye el bombardeo de escuelas de Naciones Unidas con gente refugiada dentro, cada uno de nosotros, aunque se sienta impotente, desde su trinchera, debe aportar algo a la condena. Cada uno desde su sitio. Todos a una. Los periodistas, comentando y difundiendo cada minuto el genocidio, sobre el terreno; como la gran labor de Yolanda Álvarez, enviada especial de TVE a Gaza, y acusada por la embajada de Israel en Madrid, sin mostrar un atisbo de rigor ni vergüenza ni dignidad, de estar al servicio de Hamás (esta práctica intimidatoria de censura sobre los periodistas llevan décadas ejerciéndola, y Reporteros Sin Fronteras la ha denunciado el pasado fin de semana), sobre el papel, en las redes, tuiteando, retuiteando… Hasta hacer del grito un clamor planetario contra quien viola -y no es de ahora- sistemáticamente los derechos humanos y el Derecho Internacional, y ha matado ya a más de 1.800 palestinos (frente a 67 víctimas israelíes) y herido a más de 10.000. Triste y sádico verano. Dicen que es la única democracia de la zona; y eso agrava aún más el discurso, porque elegir en urnas a criminales no hace más respetable ni a quien vota ni al que recoge el voto.

A menudo, los conflictos son más sencillos de lo que parecen; sólo que el discurso dominante del poder pretende darles una apariencia de mayor complejidad para enredarnos, para evitar que nos metamos en lo que consideran sus asuntos. Pero a menudo las cosas se ven más claramente de lo que les gustaría. Está claro que el Estado de Israel cada cierto tiempo se inventa cualquier excusa para machacar al pueblo palestino, intimidarlos y alejarlos de su legítimo derecho a constituir un Estado pleno, libre, unificado, sin bloqueos (Israel somete a un sádico bloqueo a la Franja desde 2006) y con un territorio más amplio. Está claro que los cohetes de Hamás, cuya peligrosidad difunden a los cuatro vientos, poco daño pueden hacerles, cuando su padrino, EE UU, les ha montado un sofisticado escudo antimisiles, llamado Cúpula de Hierro, y les arma -también ahora mismo- hasta los dientes. Está claro que su argumento de que los terroristas usan a niños y civiles como escudos humanos en Gaza, y por eso hay más bajas, es un chiste propio de torturadores; cuando tienen recluidas a casi dos millones de personas en una franja de sólo 360 kilómetros cuadrados, ahora sin prácticamente electricidad ni agua potable, una especie de conejera que les sirve para experimentar lo más sofisticado de sus tácticas y armamento, ¿dónde quieren que se metan los niños, por ejemplo? ¿bajo tierra? Bueno, de eso ya se encargan ellos. Está claro que además usan las masacres para hacer política interna y movimientos electorales y alianzas de poder. Y está claro que ni EE UU ni el mundo occidental mueven seriamente un palmo para que la tortura a todo un pueblo termine, porque los lobbies judíos manejan demasiado dinero como para enemistarse con ellos, desde Michael Bloomberg y Michael Dell a Sheldon Adelson, que afortunadamente no desembarcó con sus casinos en España, y los hermanos Koch; todos ellos engrosan la lista de las mayores fortunas del mundo, según Forbes. Hay muchos nombres; no olvidemos, por ejemplo, al todopoderoso presidente de la Reserva Federal de EE UU de 1987 a 2006, Alan Greenspan. Y extienden su influencia desde los medios de comunicación a la industria cinematográfica de Hollywood. Y, claro, debemos entender que famosos y líderes de opinión no quieran renunciar a su estatus de glamour por defender a un pueblo bombardeado.

Y ofenden a la Historia, a la Humanidad y a sus propios antepasados, cuando recurren para intentar callar las protestas a las acusaciones panfletarias de antisemitismo. Lo que han sufrido no les da carta blanca para hacer sufrir; al contrario, deberían, como víctimas que fueron, tener más conciencia del dolor que están infligiendo, ser más sensibles a la condición de víctimas, ser ellos los primeros en dar un paso adelante para terminar con el exterminio a plazos de un pueblo, física y psicológicamente, humillándolo, malhiriéndolo. ¿Que hay terroristas? Aparte de las connotaciones de la palabra -si te respalda un Estado, eres soldado o policía en el ejercicio de tu trabajo; si no, se supone que eres un terrorista matando-, ¿cómo Israel pretende que con semejante tortura permanente no salgan más soldados del pueblo dispuestos a hacer lo que sea? Lo que debería llamarnos la atención es que no haya más, cientos de miles… Señal de que el palestino es un gran pueblo pacífico.

En fin, para saber más de lo que está pasando en Gaza, y para compensar el maquillaje que muchos asentados medios españoles realizan por presiones e intereses de lobbies judíos, recomiendo unas cuantas cuentas de Twitter: La de uno de nuestros asombrosos colaboradores, Carlos Pérez Cruz, gran conocedor y defensor de Palestina, a quien ha dedicado interesantes artículos y entrevistas en esta revista: @clubdejazzradio; @UNRWA_spain (UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas que atiende a más de cinco millones de refugiados de Palestina, la tercera parte de los refugiados del mundo) y @raquel_unrwace (Raquel Martí, su directora ejecutiva en España) y @ChrisGunness (su portavoz en Jerusalén); @amnesty (Amnistía Internacional); el doctor palestino en Gaza @Belalmd12; @Manu_Abu_Carlos; grandes periodistas como @javierespinosa2 (Javier Espinosa), @garraldaana (Ana Garralda) y la propia @yalvareztve (Yolanda Álvarez), buenos conocedores sobre el terreno; y @palestinalibre. En general, si buscamos #gazaunderattack y #freepalestine, a pesar de muchas imágenes duras y también exageraciones y algunas manipulaciones, obtendremos una información más completa que la que ofrecen los grandes medios convencionales españoles. Para estar al tanto del punto de vista israelí, con todos sus datos, perspectivas y matizaciones, conviene, por ejemplo, seguir el diario El País.

Como hoy no puedo abrir la Ventana Verde a paisajes que aporten serenidad en este inicio del perezoso mes de agosto, que se merecería horizontes más luminosos, porque los bombardeos dejan sólo montañas polvorientas de escombros, rabia, dolor y cadáveres, vaya como homenaje de El Asombrario a Palestina este poema que recientemente me envió Gustavo Duch, director de la revista Soberanía Alimentaria (www.soberaniaalimentaria.info), con el mismo motivo: condenar a Israel.

Es un bello y valiente poema anónimo palestino, que canta a la fuerza de la naturaleza y de los pueblos con dignidad:

“Quemad nuestra tierra,

quemad nuestros sueños,

verted ácido en nuestras canciones.

Cubrid con serrín la sangre de los nuestros, asesinados.

Arrasad con vuestras bombas los valles,

borrad con vuestros editores nuestro pasado,

nuestra literatura,

nuestra metáfora.

Desnudad los bosques y la tierra, hasta que ni el insecto, ni el ave, ni la palabra encuentren rincón alguno donde refugiarse.

Ahogad con vuestra tecnología el clamor de todo lo que es libre, salvaje e indígena.

Destruid.

Destruid.

Nuestra historia y nuestro suelo.

Asolad alquerías y aldeas que nuestros mayores construyeron. Los árboles, las casas, los libros, y las leyes y toda la equidad y la armonía.

Haced eso y aún más.

No temo la tiranía.

No desespero nunca,

y es que guardo una semilla, una semilla pequeña pero viva, que voy a guardar con cuidado, y a plantar de nuevo”.

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Comentarios

  • Pakorrural

    Por Pakorrural, el 05 agosto 2014

    Me parece absolutamente apropiado dedicar esta entrada a Palestina, por las mismas razones que tan claramente has expuesto. Como bien dices, poco podemos hacer comunes individuos contra la madeja de poder que arropa al estado sionista. Pero nos queda la posibilidad de que cada uno de nosotros, los que no comprendemos cómo puede tolerarse y facilitarse esta matanza en pleno siglo XXI, en el entorno que nos pertenece, que nos escucha y en el podemos manifestarnos, recordemos lo que está ocurriendo, AHORA MISMO. Para que crezca que la ola que finalmente acabe con el estado sionista, como acabó con la Sudáfrica del apartheid.
    El sábado hice de maestro de ceremonias de una boda. Y en medio de la celebración recordé a los mártires palestinos. Afortunadamente, todos los asistentes éramos personas de bien y muchos me confirmaron luego que no había «meado fuera del tiesto».
    ¡Viva el pueblo palestino y su lucha!

  • cristina

    Por cristina, el 05 agosto 2014

    Estupendo tu artículo. Me ha gustado que dejaras claro que el noventa y tantos por cien de los israelíes. Estos días hemos visto las peores reacciones de inhumanidad y brutalidad en Israel antes de los bombardeos por tierra, mar y aire, como quemar vivo a un chaval palestino o sentarse a ver los bombardeos sobre Gaza, tomándose unas copas o bebidas que fueran. Fueron a un espectáculo. Siempre se olvida la responsabilidad del pueblo israelí. Piden más dureza y eligen a criminales racistas como gobernantes. Están enfermos y no lo saben.

  • Janina

    Por Janina, el 08 agosto 2014

    Cuando veo en el cine o en la Tv historias donde se muestran el genocidio cometido por los nazis contra los judíos no puedo evitar compararlas con lo que hacen los Israelitas con los palestinos. Tampoco dejo de preguntarme como el ser humano puede llegar a alcanzar tal grado de vileza. Luego dícen «que el hombre es un lobo para el hombre». ¡¡¡Pobre lobo!!!

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