El ‘otro’ referéndum: un ‘micro’ de solidaridad por el Sáhara

Mujeres Saharauis.

Mujeres Saharauis.

Mujeres Saharauis.

Mujeres saharauis.

Una radio que emite en medio de la arena, desde uno de los desiertos más inhóspitos. Un pueblo de refugiados que lleva más de cuatro décadas reclamando su derecho a la autodeterminación para volver a su tierra. Un grupo de jóvenes periodistas creando el proyecto ‘Un micro para el Sáhara’. Un concierto en Madrid, el 2 de octubre, con Rozalén, Aziza Brahim y Amparanoia, para apoyar este río de solidaridad con el pueblo saharaui y su reivindicación principal de la que tanto nos olvidamos. El ‘otro’ referéndum. 

Ebbaba Hameida Hafed cuenta con pasión el proyecto en el que se ha embarcado junto a otros jóvenes periodistas. Ella es saharaui, ha estudiado Periodismo en Madrid y, como la mayoría de su pueblo, no olvida el compromiso con la situación que se mantiene año tras año en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia), donde su familia, junto a 200.000 refugiados saharauis, sigue esperando que se reconozca su derecho a la autodeterminación para poder volver a su tierra, el Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos.

Ebbaba no olvida, y por eso Un micro para el Sáhara. “Es un proyecto que une a apasionados por la radio y la comunicación. Queremos llevar a cabo un intercambio profesional con los periodistas y jóvenes saharauis. Ellos nos van a enseñar lo duro que es trabajar en el lugar más inhóspito del mundo como el desierto argelino, y nosotros les acercaremos nuestra forma de hacer periodismo y les dotaremos de nuevas herramientas digitales para que ellos puedan contar por sí mismos sus propias historias”.

Que en mitad de la nada exista una Radio Nacional Saharaui es sólo otro de los milagros que ha logrado levantar entre las piedras el pueblo saharaui, dentro de su provisional “Estado en el exilio”, donde nacieron escuelas y hospitales y un modelo de organización social en el que las mujeres saharauis han tenido un papel fundamental. Pero escasean los recursos en esta situación de vida tan precaria en el desierto. “Llevaremos talleres que impartirán profesionales de aquí a profesionales de Radio y Televisión Saharaui, también haremos talleres para gente joven…, y grabaremos un documental radiofónico y audiovisual sobre su día a día en los campamentos. Por supuesto que también nos gustaría suplir las carencias técnicas que tienen llevando material”, añade Ebbaba.


Así, el grupo de periodistas españoles viajará en octubre a los campamentos de refugiados para encontrarse con colegas saharauis en un intercambio de experiencias, conocimiento y apoyo técnico y material. “Hay mucho que aprender y mucho que enseñar”, indican los organizadores. Para ello, desde Un micro para el Sáhara han realizado un crowdfunding que les permita desplazarse y llevar herramientas como grabadoras, cámaras y micrófonos. También han programado conciertos con el objetivo de recaudar fondos.

“Nosotros decimos que lo que no se escucha no existe. Así que el papel que desempeñan los medios de comunicación es crucial para que situaciones como estas no caigan en el olvido. Y en España es importante que se hable de este conflicto, ya que hay miles de refugiados en el desierto argelino con DNI español”. Con estas palabras, Ebbaba hace referencia a casi un siglo de colonización española, cuando el Sáhara fue la provincia 53 y los saharauis, efectivamente, tenían documentación española. Fue en 1958 cuando Franco declaró el territorio provincia española. La ONU reconoció en 1966 la independencia de los pueblos colonizados y varias resoluciones obligaron a España a organizar un referéndum para que la población saharaui ejerciera su derecho a la autodeterminación. Pero el rey de Marruecos, Hassan II, en plena agonía de Franco, promovió la Marcha Verde en 1975, con 350.000 civiles que se asentaron en el territorio. Las autoridades españolas se retiraron y abandonaron a los ciudadanos saharauis a cambio de acuerdos económicos secretos.

Niños, mujeres y ancianos murieron bajo las bombas del ejército marroquí en su huida hacia el desierto de La Hamada, una de las zonas mas áridas del planeta, en Argelia. Allí levantaron sus jaimas y proclamaron en 1976 la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). El Frente Polisario (movimiento de liberación nacional), apoyado por Argelia, inició una guerra con Marruecos y logró liberar un tercio del territorio del Sáhara Occidental. El resto permanece bajo la ocupación marroquí, rodeado por un muro de 2.700 kilómetros de longitud, protegido por siete millones de minas antipersona y más de 100.000 soldados marroquíes. En 1991 se firmó el alto el fuego y se fijó la fecha para un referéndum que nunca ha llegado a celebrarse, boicoteado sistemáticamente por Marruecos (país apoyado por Francia y Estados Unidos).

Las organizaciones humanitarias han denunciado las permanentes violaciones de derechos humanos que sufre la población saharaui en los territorios ocupados.

Al otro lado del muro, en los campamentos de refugiados, la RASD es un Estado en el exilio sin agua corriente ni electricidad (en los últimos años, las placas solares van extendiéndose por los campamentos).

En medio del conflicto y del desierto, en 1977 nació la Radio Nacional Saharaui, lejos de las facilidades técnicas, como cuenta Ebbaba. “La radio en los campamentos de refugiados es muy importante. Es el medio más accesible para todos, llega a cada jaima. Es el medio de comunicación más utilizado y juega un papel importante en el día a día de los saharauis. Desde la radio la gente sabe cuándo llega la ayuda humanitaria, qué eventos hay, hasta se cuentan los fallecidos. Es una radio comunitaria”. Sin medios y sin instalaciones punteras, los saharauis informan a un pueblo que sobrevive gra­cias a la ayuda internacional. “Quieren contar historias, denunciar situaciones injustas y disfrutar, al fin y al cabo, de una vocación, que en la mayoría de los casos, viene asociada a la necesidad de no dejar pasar las cosas sin hacer nada”.

Antes de viajar a los campamentos, Un micro para el Sáhara organiza el 29 de septiembre La jaima electrónica en El Matadero (Madrid) con la idea de traer un pedacito del Sáhara (té saharaui incluido). Y el 2 de octubre, un concierto en la sala Galileo Galilei de Madrid con la actuación de Rozalén, Aziza Brahim y Amparo Sánchez (Amparanoia), tres grandes artistas que también alzarán sus micros y su música por el Sáhara.

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