SOS Doñana y SOS Tendidos Eléctricos: dos campañas que necesitan nuestra ayuda

Flamingos

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Doñana. Foto: Diego López / WWF España.

Desde esta ‘Ventana Verde’ semanal os queremos proponer hoy la participación en dos campañas urgentes contra la desidia y ambición que nada respeta de los poderes públicos y económicos. Dos campañas urgentes: Para salvar Doñana, el espacio natural español con más proyección mundial, acorralado por proyectos que no caben en cabeza sensata, como dragar el río Guadalquivir para que entren cruceros a Sevilla. Y para salvar a los cientos de miles de aves que mueren cada año por impacto en las trampas en que se han convertido algunos tendidos eléctricos.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), una de las organizaciones con más presencia y consideración en el mundo, ha encontrado que más de 100 espacios naturales de los declarados Patrimonio Mundial por la Unesco se encuentran con graves problemas de conservación. Y de esos ha elegido tres para su movilización internacional, por su especial significado y por el peligro que corren: el arrecife de Belice, la Reserva de Selous en Tanzania y, para vergüenza de las autoridades españolas, el Parque Nacional de Doñana. Lo subraya Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España: «Doñana es uno de esos lugares top del planeta, de esos lugares icónicos para la conservación como puedan ser las Islas Galápagos; ahí hacen escala cada año 6 millones de aves migratorias. Creemos que eso, aparte de orgullo, implica una gran responsabilidad para el Gobierno central y para el autónomo, y que, sin embargo, no están a la altura de lo que necesita este espacio para su conservación. Doñana no es patrimonio ni de los pueblos que la rodean, ni de los andaluces, ni de los españoles, es Patrimonio de todos, de la Humanidad, como lo declara la Unesco. Hasta que eso no quede claro, Doñana no estará a salvo. No criticamos la gestión del parque nacional ni del parque natural, que creemos que es positiva [de hecho, en agosto, la Junta de Andalucía amplió el parque natural de Doñana en 14.400 hectáreas, con lo que el Espacio Natural Doñana alcanza una extensión total de 128.385 hectáreas]; pero Doñana es mucho más, es una pieza de un puzzle complejo del entramado de marismas y estuario de la comarca; y si no se asegura la buena gestión del entorno, de todo el conjunto, no se puede garantizar la salud del parque nacional. Para proteger el núcleo hay que hacer una gestión sostenible de todo el entorno, de toda la comarca».

En concreto, cuatro son las amenazas que preocupan enormemente a la organización conservacionista mundial, cuya historia primera, de hecho, está ligada a este paraíso entre dos mares y dos continentes, pues en los años sesenta lograron convencer a Franco para que no desecara estos maravillosos humedales y compraron casi 7.000 hectáreas del corazón de Doñana para asegurar su protección. Las amenazas: 1. El agua que llega a las marismas se ha reducido en un 80% respecto a sus niveles naturales; 1.000 pozos ilegales y 3.000 hectáreas de cultivos ilegales siguen secando el acuífero del que depende para sobrevivir. 2. El Puerto de Sevilla, con el apoyo del Ministerio de Fomento, sigue insistiendo en dragar el río Guadalquivir desde su desembocadura hasta la capital andaluza para posibilitar la entrada de barcos más grandes, con la disculpa de que así se revitalizaría la economía de la ciudad; aunque tanto el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) como la Comisión Europea (ha abierto un proceso de infracción) y el Tribunal Supremo (sentencia de 2015 para retirarlo del Plan Hidrológico del Guadalquivir por sus afecciones) han rechazado el proyecto, ellos siguen en sus trece. Del Olmo fue tajante: «De llevarse a cabo sería un golpe mortal para el parque, como lo han dicho repetidamente los informes científicos. Pondría en riesgo el turismo y la pesca del Golfo de Cádiz, y cambiaría tanto la dinámica del estuario que no se podría entender a Doñana dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad. No tiene sentido destrozarlo todo para que el puerto de Sevilla compita con el de Algeciras, el puerto de Sevilla debe seguir teniendo vida, claro, pero no a cualquier precio; es un disparate». A pesar de todo, los intereses políticos y económicos siguen proclamando que quieren comenzar con el dragado en 2018; eso sí, fondos de Europa no vendrían.

3 y 4. «A pesar de la importancia internacional de Doñana y su enorme fragilidad, las administraciones siguen autorizando proyectos que no tienen cabida en el mayor santuario natural de España, encrucijada vital para el movimiento migratorio de aves entre África y Europa. Gas Natural-Fenosa acaba de comenzar las obras para convertir el subsuelo de Doñana en un almacén permanente de gas (manipulando la declaración de impacto ambiental del proyecto). Y la Junta de Andalucía pretende reabrir la mina de Aznalcóllar (donde se produjo el desastre ecológico de 1998 al romperse la presa de la balsa de decantación de los contaminantes lodos), supuestamente con todas las garantías ambientales, aunque el caso de la cercana minera Cobre Las Cruces -condenada la pasada semana a pagar 300.000 euros por contaminar el agua- ha vuelto a poner de manifiesto el enorme riesgo de estos proyectos mineros alrededor de Doñana».

Este SOS por Doñana lo acaban de presentar en Madrid, pero WWF piensa darle eco mundial; lo van a llevar a todos los organismos internacionales competentes, con presentaciones en otros puntos de Europa y de EE UU, de aquí al 1 de diciembre, fecha límite para que el Estado español informe a la Unesco de qué medidas está tomando para asegurar la conservación de tan emblemático espacio. Y uno se pregunta hasta qué punto le interesa, por ejemplo, a una empresa como Gas Natural-Fenosa ser señalada y criticada en todo el mundo por poner en riesgo el corazón verde del Sur de Europa. Del Gobierno del PP en funciones, después del ridículo mundial con la presentación del ex-ministro Soria al Banco Mundial, uno se espera ya cualquier cosa.

La organización nos pide a los ciudadanos que nos movilicemos a través de la página creada al efecto, enviando un mensaje al presidente en funciones, Mariano Rajoy, para «que se cierren los pozos ilegales, se cancele definitivamente el proyecto de dragado del Guadalquivir y se paralicen los proyectos mineros y gasísticos en el entorno».

Para que no les acusen de exagerar la alarma, WWF España ha preparado un elaborado documento con tres páginas de referencias y bibliografía en torno a estas amenazas . Y para ayudar en la concienciación, está difundiendo un precioso cortometraje bajo el título Doñana, haz que vuelva a latir, con imágenes cedidas por Joaquín Gutiérrez Acha.

Si consiguieron salvar Doñana en los años 60 y con el dictador Franco, ¿no lo van a conseguir en 2016 con el PP? De todos depende un poco.

La otra gran campaña verde de este inicio de curso 2016/2017 es la emprendida por la recién creada Plataforma SOS Tendidos Eléctricos, que también se acaba de presentar en Madrid. Nueve entidades relacionadas con la conservación de la naturaleza alertan sobre el grave impacto de los tendidos eléctricos en la avifauna; se ha convertido en la principal causa de muerte para rapaces de gran valor, como el águila perdicera, cuya silueta da forma al logotipo de la Plataforma. Tienen identificados 25.000 apoyos (postes) peligrosos y 3.500 kilómetros de líneas de baja y media tensión (en este caso las líneas de alta tensión no suponen tanta amenaza; otra cosa es su enorme impacto paisajístico) que habría que corregir porque se han convertido en verdaderas trampas para las aves. Saben cómo hay que hacerlo, «soluciones hay», y echan en cara a las empresas eléctricas que, con los enormes beneficios que obtienen de todos nosotros, no sean capaces de invertir una parte de su colosal negocio para evitar convertirse en asesinas permanentes de aves. «No pedimos quitar ningún tendido, sino aplicarles las medidas correctoras para que las aves no mueran por colisión y electrocución». Desde el Ministerio de Medio Ambiente se ha calculado en unos 300 millones de euros lo que costaría solucionar el problema en todos estos puntos negros, con medidas que reducirían hasta en un 80% la mortandad de la avifauna.

Los integrantes de la Plataforma SOS Tendidos Eléctricos van desde fuertes organizaciones conservacionistas como WWF España, Ecologistas en Acción y SEO/BirdLife, a hospitales de fauna salvaje como AMUS (en Badajoz) y GREFA, a entidades más locales pero muy activas en este asunto, como SIECE (en Jaén) y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, más la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales y la veterana revista Quercus. También han creado una página para movilizarnos. Y piden a la gente que cuando estemos por el campo y encontremos aves muertas bajo un tendido, informemos, lo denunciemos (Proyecto Pon un Tendido en tu Punto de Mira), para poner en marcha las acciones legales correspondientes, porque puede ser constitutivo de delito ambiental y sentar por esa causa a los responsables de la compañía eléctrica en el banquillo.

Un ave rapaz muerta en un tendido eléctrico.

Un águila perdicera electrocutada cuelga del apoyo de un tendido eléctrico. Foto: SIECE.

De todas formas, los portavoces de la Plataforma, entre ellos José Antonio Montero, de la revista Quercus; Nicolás López, de SEO/BirdLife, y Juan Rodríguez, por parte de los agentes forestales, insistieron en que mejor que abrir procesos judiciales es presionar entre todos a las eléctricas para crear un ambiente de diálogo y que dediquen una parte de sus grandes beneficios a poner remedio a este mal. «Porque crea mucha frustración», declararon, «todos los esfuerzos humanos y económicos, con dinero público, para poner en marcha programas de recuperación y reintroducción de aves, y luego ver cómo caen en estos tendidos eléctricos, echando por tierra todo lo hecho. Es muy desesperante y un despilfarro de recursos de todos los españoles». En este sentido, pusieron un ejemplo: en los últimos 15 años se estima que en España han muerto electrocutadas, como mínimo, más de 200 águilas perdiceras y más de 120 águilas imperiales (especie icono de la fauna ibérica en alerta roja, junto con el lince y el oso pardo), «una situación insostenible que pone en jaque todos los esfuerzos por recuperar y estabilizar la población de ambas especies amenazadas». Theo Oberhuber, coordinador y portavoz de Ecologistas en Acción, concluyó: «En la última legislatura, el Ministerio de Medio Ambiente no ha estado a la altura en este problema; como en tantas otras cosas, ha mirado para otro lado; pero es injusto que sean las Administraciones Publicas las que paguen los arreglos y soluciones. Son las compañías eléctricas las que deben poner el dinero; es su negocio y es su problema; no pueden esquivarlo».

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