Superhéroes de andar por casa

SON PERSONAS ANÓNIMAS PERO SE COMPORTAN Y VISTEN COMO PERSONAJES DE CÓMIC PARA AYUDAR A LOS DEMÁS. TIENEN SU PROPIO DOCUMENTAL ESTRENADO EN SUNDANCE Y SU FOTÓGRAFO DE CABECERA. 

Van con sus mallas, sus máscaras y sus capas cuando están de servicio. Para ellos eso es obligatorio. Son los verdaderos supermanes o espidermanes y habitan fundamentalmente en Estados Unidos. Ya son más de 300 y cada día despiertan más interés. Se trata de un movimiento denominado Superhéroes de la vida real, un grupo de personas empeñado en colaborar con los más desfavorecidos y en hacer de sus barrios sitios mejores, pero eso sí, vestidos como superhéroes. Un grupo de personas que le sirvió al director de cine Michael Barnett para presentar su primera película en el festival de cine de Sundance de 2011. La cinta se titula Superheroes y se trata de un documental sobre esa nueva estirpe de personas que han hecho suya la filosofía de los cómics de toda la vida «para intentar hacer del mundo un lugar mejor».

Pero también ha sido la materia prima para un proyecto artístico del fotógrafo Peter Tangen que se ha sumergido en las vidas de estos ciudadanos de a pie para alzarlos casi a la categoría de estrellas de cine. «Al principio, Superhéroes de la vida real fue un proyecto concebido como una vía para arrojar alguna luz sobre este nuevo tipo de activismo altruista en beneficio de algunas de las organizaciones para los que éstas personas muchas veces trabajan», asegura Tangen. Pero el número de voluntarios que se presentaron para participar ha crecido de tal forma que, Tangen asegura que lo que comenzó como una exposición para una galería de arte se ha transformado en «un trabajo más ambicioso que documenta cómo la gente quiere cambiar el mundo por medio de su fuerza, su actividad y su compromiso».

Tangen nos explica cómo ha llevado a cabo su proyecto y nos presenta a cinco de los protagonistas de Superhéroes de la vida real.

Pregunta. ¿Cómo se elige a los héroes de tu serie?

Respuesta. Investigué mucho para saber quien estaba activo, cuáles eran sus misiones y dónde estaban operando. La primera vez que fotografié a un Superhéroe de la vida real fue en un viaje a Vancouver, Canadá. Allí conocí a un hombre extraordinario llamado Thanatos y después de fotografiarlo que pasé una hora hablando con él acerca de su trabajo. Me conmovió completamente por la entrega que tiene para los necesitados y su dedicación para intentar cambiar el mundo. Afortunadamente es uno de los miembros más respetados del grupo y se convirtió en un defensor de mi proyecto. Él, junto con Geist de Minnesota me aconsejó quienes eran los mejores personajes para fotografiar.

P. ¿Cómo elegió el vestuario de cada uno de ellos?

R. Nunca tuve nada que ver con su vestuario. Sus uniformes son creaciones suyas siempre. La cosa es que muchos me cuentan que hasta llegar al resultado final han pasado años y años de mejoras. Pero ellos aparecieron vestidos así para las sesiones de fotografía y con el mismo vestuario es como salen a las calles para hacer su trabajo.

P. ¿Por qué quiso embarcarse en un proyecto como este?

R. Descubrí a la comunidad de los superhéroes de la vida real y vi que muchos medios de comunicación se habían hecho eco de ellos pero no todos con el mismo respeto. Después de todo, es fácil burlarse de un adulto vestido de lycra y que te dice que su ambición es la de ‘salvar al mundo?) Pero quise ver más profundamente en su historia. Es cierto que no podrán resolver los problemas del mundo, pero también lo es que esos problemas no se resolverán hasta que la gente se de cuenta de que una persona puede marcar la diferencia. Estos activistas disfrazados creo que utilizan el simbolismo para llamar la atención sobre el hecho de que cada uno de nosotros debe asumir alguna responsabilidad dentro de nuestras comunidades y buscar la manera de poner nuestro grano de arena. Se trata simplemente de buenas acciones de marketing. Decidí usar mi capacidad profesional para ilustrar esta historia para captar la atención del público en general y por el perfil de estos ciudadanos en cuestión espero inspirar a la audiencia a buscar maneras para contribuir con nuestro propio granito de arena.

P. Y en la vertiente más prosaica, ¿Qué piensa hacer con todo este trabajo?

R. Quiero publicar un libro para poder llegar a otro público. Estamos planeando una nueva exposición en la que venderemos impresiones de edición limitada de las fotos para recaudar fondos para organizaciones benéficas a las que estos superhéroes también apoyan. También estamos trabajando desarrollar la experiencia en un programa de televisión que implique a otros activistas de barrio por todo el mundo. Nuestro objetivo es difundir un mensaje de capacidad personal que haga que la gente se implique con los más necesitados, que supere su apatía con las personas que son víctimas de delincuencia. Llamar a la acción.

P. ¿Cuál de las historias de superhéroes anónimos que ha fotografiado le ha gustado más?

R. Hay innumerables historias acerca de los superhéroes que podría contar, pero prefiero contarle una experiencia personal que tuve hace unas tres semanas. Estaba en las calles de Nueva York con un superhéroe llamado Life. Estábamos ayudando a un grupo de personas sin hogar en una noche lluviosa. Nos encontramos con un hombre llamado Todd, que era nuevo en la ciudad y junto a su esposa embarazada estaba viviendo en las calles. Les dimos unos calcetines limpios, una buena cena y algunas cosas más con las que pudieran pasar una noche más confortable. Les proporcionamos información sobre albergues y clínicas a las que podían acudir por el embarazo de ella. Entonces el hombre metió la mano en la bolsa de los suministros que llevábamos y sacó una cuchilla de afeitar barata. Nos contó que tenía una entrevista de trabajo al día siguiente. Tal vez en aquella ocasión un afeitado pudo marcar la diferencia. Me di cuenta de que una simple cuchilla de afeitar podía transformarlo todo. Tal vez esa cuchilla signifique que ese hombre y su mujer, dentro de poco, puedan estar en una vivienda digna.

Master Legend

Sus intereses son diversos. Uno de ellos tiene siempre como escenario las calles de su ciudad. Entrega botellas de agua fresca a las personas sin hogar en los días calurosos y ha creado lo que él llama «unidad de ejecución de Navidad» para distribuir juguetes en los hospitales locales. Ayuda a personas mayores y también se enorgullece de su capacidad de adaptación. «Además de ser una persona que ayuda a la gente, soy un luchador», dice. «No tengo miedo a los jefes. Y también soy un manitas». Fue criado por sus padres en un ambiente en el que el Ku Klux Klan era una presencia constante. Pero Master Leyend dice que supo deshacerse de esa herencia envenenada cuando cursaba segundo grado y decidió adoptar la presencia de superhéroe para enfrentarse al matón de la clase y lograr que todos sus compañeros se librasen de él. «Me aparecí a él desde ninguna parte, vestido con una capa y una máscara que me había hecho con una camiseta vieja. Rápidamente me cambié de ropa sin que él se diera cuenta y me enfrenté a él. Desde entonces nunca sabía cuando ese tipo enmascarado le iba a asaltar desde una esquina la próxima vez». Rascando más en su personalidad, las cosas se ponen un poco más creativas. Sobre todo por el impulso de su experiencia de vida espiritual que abarca tanto el cristianismo como las tradiciones del Voodoo de Luisiana. «Nací con un velo en la cara», confiesa, «y utilizo mis poderes todo el tiempo. Pero cuando se lo explico a la gente se asustan. Yo he muerto dos veces y la segunda vez, me fue revelada una gran sabiduría. Cuando volví de la muerte lo hice con sólo la mitad de mi espíritu; la otra mitad se quedó en el mundo metafísico», revela. «Soy capaz de hacer cosas increíbles con la parte que falta. No me atemoriza lo que pueda pasarme, sólo lo que pueda pasarle a los demás. La gente quiere ver algo, y yo les doy un espectáculo».

Thanatos

El Vengador Oscuro, actúa por las noches en Vancouver (Canadá). Concretamente en la peor zona de Hastings donde se sumerge en lo que él define como una «batalla campal por el bien contra el mal». Allí no hay turistas ni curiosos. Donde le gusta trabajar a Thanatos es el sitio de la ciudad donde habitan los desposeídos, los desilusionados y los desesperados. Un lugar en el que la vida tiene pocas esperanzas más allá de la de conseguir la próxima dosis. Allí es donde Thanatos hace sus rondas. Entrega sus «paquetes» de hojas de plástico para proteger contra el frío y la lluvia; frascos de mantequilla de cacahuete o mermelada o tal vez una lata de carne que se pueda abrir con la mano. Trata, al menos, de cubrir las necesidades humanas más básicas. «Siempre he sido una persona que interviene y hace algo cuando hay que hacerlo», dice «observé que esta gente no tenía nada mejor para vivir y supe que algo tenía que suceder. Algo tenía que cambiar». A cambio, sus «amigos» adictos, traficantes, prostitutas y proxenetas; los fugitivos y los sin techo hablan con él sobre sus vidas con franqueza. Él les pregunta por sus circunstancias, sus necesidades, y le responden. «No son estúpidos», dice, «tienen bien pensadas posibles soluciones para los problemas de la gente de la calle. Yo no los  juzgo, solamente trato de ayudar». «He tomado la personalidad de la muerte porque un oficial de policía me dijo que todas las personas que viven en la calle no tenían nada mejor que esperar que la muerte» explica, «Así que si ese es el caso, tal vez la muerte debía empezar a tomar partido por estas personas». Es aquí donde reside la difusa línea que separa su personalidad como hombre y la vida real de superhéroe: «Me parece que mi rostro normal es la máscara mientras que Thanatos se ha convertido cada vez más en lo que realmente soy».

NYX

Su radio de actuación se extiende entre Nueva York y zonas del norte del estado de Nueva Jersey. Viste de negro con ajustados leggings y una máscara roja que le sirve de distintivo. Dice que le gusta la noche porque de esa forma puede tener un anonimato mucho más altruista. «Cuando llega la mañana ya no queda ningún rastro de mi». Nyx entró en el movimiento de los superhéroes reales cuando tenía 16 años y pasó por llamarse Hellcat, la Felinity o Sphynx antes de adoptar su actual nombre de guerra. Descubrió a la comunidad de los superhéroes en 2006 en Internet lo que le llevó a reunirse con ellos en Nueva York donde comenzó a actuar en 2007. Dice que las lecciones más importantes de su vida las ha aprendido de su madre. «Cada vez que trato de encontrar las mejores partes de mi, siempre la encuentro a ella. Quiero vivir la vida que ella nunca tuvo. Vivo para honrar su nombre», afirma. «Hay una enorme cantidad de personas sin techo viviendo en las calles de Nueva Jersey y no puedo vivir sin hacer algo por ellos. Uno tiene el poder de vivir su vida de una manera positiva para sí mismo, pero también de una manera que ayude a los demás», asegura.

Citizen Prime

Ha creado unas jornadas educativas para chavales de todo el estado de Arizona llamado Kid Heroes y su prioridad es transmitir a los chavales la filosofía de los superhéroes, una moral que adquirió durante su juventud devorando cómics. Trabaja codo con codo con su mujer, directora de teatro amateur en institutos, que tiene experiencia en trabajo con chavales que viven en situaciones de riesgo. Así, Citizen Prime, participa en las obras de teatro inculcando a los jóvenes la mejor forma de actuar dentro de situaciones comprometidas. Por eso cree que su traje de superhéroe es muy importante. «Es una de las grandes armas con las que cuento para ganarme el respeto de los chavales», afirma. «Pero también es necesario adquirir el compromiso de comportarte como un superhéroe si quieres que los demás te vean como un superhéroe»

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