1951, la mejor cosecha de los Oscar: de ‘Eva al desnudo’ a ‘La jungla de asfalto’

Un fotograma de La jungla de asfalto.

Un fotograma de La jungla de asfalto.

Este domingo noche / lunes madrugada, se celebra la ceremonia más esperada y seguida sobre premios cinematográficos. En ‘Viernes de Cine’ nos hemos planteado un reto: ¿cuál ha sido la mejor cosecha de las 92 ediciones de los Oscar?, ¿la que ha concentrado mayor cantidad de películas inolvidables? Yo apuesto por los Oscar de 1951, que reunió estos clasicazos: ‘Eva al desnudo’, ‘El crepúsculo de los dioses’, ‘La jungla de asfalto’, ‘Nacida ayer’, ‘Pánico en las calles’, ‘El padre de la novia’, ‘El tercer hombre’…

Millones de personas verán desfilar a sus favoritos de la gran y la no tan gran pantalla. Al menos tres españoles podremos ver en la gala, Pedro Almodóvar y Antonio Banderas (candidatos por Dolor y gloria) y a Penélope Cruz entregando el premio a la mejor película de habla no inglesa. Y ahí estará Klaus, de Sergio Pablos, como una de las favoritas entre las películas de animación.

Esta ceremonia, a la que año tras año achacan decadencia, aburrimiento o falta de originalidad, parece curada de espanto y sobrevive contra viento y marea desde hace ni más ni menos que 92 ediciones.

Críticos y periodistas son aficionados a hablar de buenas, malas o medianas cosechas cinematográficas por año de producción o por candidaturas al preciado hombrecito bañado en oro. Y es precisamente ese sentido cultivador de la palabra lo que me ha hecho pensar en cuál sería para mí la mejor cosecha cinematográfica de todas las ediciones. Y he decidido que hoy le dedicaré este artículo, esperando que al menos algunos de ustedes vuelvan a encontrarse con títulos olvidados, con algunos que se perdieron o aún les quedan por descubrir. Vamos allá.

Si me pusieran esa hipotética pistola en la cabeza para tener que elegir una ceremonia de todas las habidas hasta hoy de los premios Oscar, me vería obligado a elegir la 23 edición, celebrada en 1951 para premiar las películas producidas en 1950. Sí, no podría elegir otra, aunque ha habido alguna que se le ha acercado, pero esta es en conjunto mi favorita. Podrán entenderlo en cuanto les dé algunos nombres: Betty Davis, Joseph Leo Mankiewicz, George Sanders, Billy Wilder, George Cukor, John Huston, Judy Holliday, Spencer Tracy, William Holden, Elia Kazan, Vincente Minnelli y Carol Reed, entre otros muchos. Incluso mejor si les nombro títulos como Eva al desnudo, El crepúsculo de los dioses, La jungla de asfalto, Nacida ayer, Pánico en las calles, El padre de la novia, El tercer hombre o La cenicienta. Sí, todo este puñado y aún más de talento y arte en un solo año. ¡Qué grandes quienes intervinieron en él!

Un fotograma de ‘El crepúsculo de los dioses’.

No todos ganaron premios, aunque todos lo mereciesen, claro está; al fin y al cabo, se trata de una competición, y una competición nunca llega a ser justa del todo. Pero imaginen que están pensándose hacer un maratón de cine para el fin de semana, pues no salgan de 1950, porque ahí lo tienen todo. Miren:

Empezaremos por la ganadora del año a mejor película, ni más ni menos que Eva al desnudo (All About Eve). Si alguien puede, con razón, discutir sobre los oscar como ejemplo de calidad, en este caso no habría nada que debatir. La película de Mankiewicz sigue siendo considerada una de las más grandes jamás filmada. Arrasadoramente ingeniosa, irónica y penetrante, tanto en su forma como en su fondo, esta historia sobre la gran estrella de Broadway Margo Channing (Bette Davis), a la que le empieza a pesar la edad, y Eva Harrington (Anne Baxter), una joven aspirante a actriz que se confiesa su mayor admiradora y entra en su vida convirtiéndose primero en su secretaria y, después, en su sustituta, hace las delicias del espectador, al que absorbe la historia de personajes más maquinadora y malévola de lo que en un principio podría esperarse. La película estuvo nominada a ocho oscar y ganó seis, incluyendo mejor película y, para Mankiewicz, mejor director y mejor guión, así como mejor actor de reparto para el inmenso George Sanders. Entre sus nominaciones, las de sus grandes actrices, dos para la mejor protagonista (Bette Davis y Anne Baxter) y dos para la mejor actriz de reparto (Celeste Holm y Thelma Ritter). No se puede pedir más para la película más exquisitamente jamás realizada sobre la crueldad del mundo del espectáculo, en este caso el teatro.

Sigamos el maratón de la mano del maestro entre maestros Billy Wilder, con la excepcional El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard), una película sobre la construcción de películas con figuras reales de Hollywood como Cecil B. DeMille, Hedda Hopper y Buster Keaton rodeando a Norma Desmond (Gloria Swanson), una estrella retirada del cine mudo que, aburrida, vive en la sombra de su pasado, como un fantasma del antes dorado Hollywood y que desea volver a brillar, por lo que contrata como gigoló a un pobre guionista deseoso de vivir una vida mejor. Una película con uno de los arranques más brillantes en la historia cinematográfica.

Continuemos el maratón de películas nominadas a los Oscar de 1951. Vayamos de gánsteres, juego y traiciones de la mano de Mr John Huston con La jungla de asfalto (The Asphalt Jungle). Un clásico de crimen enrevesado y traicionero en una ciudad llena de polvo, en algún lugar del Medio Oeste de Estados Unidos, en la que un criminal recién liberado de la prisión trama un plan para llevar a cabo un robo de joyas de un millón de dólares, a cuya camarilla atrae a un rico y frío abogado y a un trío de forajidos. Llena de talento, esta película nos asombrará por sus giros de guión y sus magníficas actuaciones de talentos como Sterling Hayden y una sensual Marilyn Monroe en su papel revelación. Una historia en la que Huston cruza los entresijos del cruel y duro mundo de la mafia con la fragilidad y la compasión de, y por, el ser humano.

Seguimos con una película que bien podría rodarse hoy, pero se nos adelantó otro de los padres del cinematógrafo y de Hollywood, Elia Kazan: nico en las calles (Panic in the Streets). Una cinta sobre una plaga nacida en el extranjero que llega a las costas de Estados Unidos y amenaza la vida de cualquiera que entre en contacto con ella. ¿Les suena? Una interpretación extraordinariamente elegante y cuidadosa sobre el Contagio de un tiempo gobernado por lobos y alzado por borregos, ¿les suena incluso más? Por si acaso, véanla y disfruten, además de su mensaje, de las actuaciones de Richard Widmark y Jack Palance, más aterrador que nunca.

Y para terminar este pequeño maratón les recomiendo no perderse la gran obra de Carol Reed, El tercer hombre (The Third Man). Sí, esa que comienza con la cítara de Anton Karas para contarnos una historia que fue escrita con ese algo especial. Un clásico del cine negro. Al final, se reconoció que había sido un trabajo casi perfecto, lo que ahora llamamos un clásico. El título entró rápidamente en el Olimpo y adquirió nuevos significados a medida que las carreras de Greene como agente de inteligencia en tiempos de guerra y Kim Philby como traidor de la guerra fría se unieron. La historia es la de un antihéroe malvado y carismático que finge su propia muerte y hace de las alcantarillas de Viena su escondite, su casa. Rodada con una deslumbrante fotografía en blanco y negro de Robert Krasker en una posguerra nada resplandeciente. No cuento más, que hay que verla y no permite ni el más mínimo spoiler.

Espero que les parezca atractiva esta sugerencia maratoniana, pero que sepan que tienen mucho más sin salir de los Oscar a películas de 1950: El padre de la novia, Las minas del rey Salomón, Nacida ayer (de la que ya les he hablado con entusiasmo en esta sección ), El halcón y la flecha, La Cenicienta, Sin Remisión, Sansón y Dalila, Cyrano de Bergerac, El invisible Harvey, Flecha rota, Arroz amargo, Bill qué grande eres, Hombres, Un rayo de luz o la deliciosa La costilla de Adán. Hay donde elegir. Una cosecha realmente monumental.

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