Alejandro Dolina: “Vivimos en una sociedad donde la excelencia no conduce a la prosperidad”

Alejandro-Dolina

El mito radiofónico argentino traslada su programa ‘La venganza será terrible’ –un éxito de masas en Argentina- a Madrid. Estará durante una semana en la sala Galileo Galilei. Alejandro Dolina nos recibe para charlar de medios de comunicación, de política y de cultura, y muestra una visión muy realista de las cosas.

MANUEL CUÉLLAR

“Mi medio no es realmente la radio. Soy un hombre de la escritura y la música, y la radio simplemente ha sido hospitalaria conmigo. La radio es una novia que me recibe siempre bien, mientras que la literatura y la música son amantes esquivas que me requieren mucho más trabajo, son mucho más ásperas. La página en blanco y la soledad de la noche no te permiten, como en la radio, que se olviden al instante tus desaciertos. En la radio, cada 5 minutos hay un perdón y en la literatura no”. Así es Alejandro Dolina, el que está considerado uno de los magos de la radio en Argentina, su país de origen.

Dolina creó y dirige un programa de radio llamado La venganza será terrible, que se emite a medianoche en toda Argentina (Radio del Plata) y en Uruguay, y que desde su creación, hace más de 20 años, se ha mantenido como número uno en todos los rankings de audiencia sin abandonar ese puesto ni un solo día. El programa se realiza en directo y con presencia de público. La entrada es libre y gratuita. Se trata de un programa eminentemente humorístico con una sección central en la que Dolina y sus invitados charlan acerca de asuntos relacionados con el arte, la historia, los mitos, la ciencia y otras áreas de la cultura. Un poco como Les Luthiers, pero tal vez en un peldaño más alto en la pirámide del conocimiento.

El mito radiofónico recibe a El Asombrario cuando traslada por unos días su estudio de radio a Madrid, concretamente a la sala Galileo Galilei los días 4, 5, 6, 7 y 8 de septiembre (a las 21.30 horas; excepto el día 8, que será a las 20.30). Con entrada libre y gratuita y con una estrella invitada: el gran Luis Piedrahita.

Primero a la prensa se la iba a comer la radio, luego a la radio se la iba a comer la televisión y ahora dicen que todo va a ser devorado por Internet. ¿Tienen los medios de comunicación tradicionales los días contados?

Creo que lo que no tiene los días contados es la palabra. La palabra es lo que no muere. No morirá nunca. Es el lenguaje de la inteligencia. No importa en qué soporte se transmita la palabra. Da igual que sea una tableta de arcilla, un pergamino, un códice o un ordenador. Cada uno de los soportes tiene ventajas y desventajas. Se dice que quien lee en ordenadores suele dedicarse menos a los clásicos y más a los textos de autoayuda o a los artículos de escándalos. Pero soy optimista al respecto. Creo que cada vez se va a leer más y que nunca se leyó tanto como ahora.

La cuestión es el qué. Lo que se lee, se escucha y se ve, lo que más éxito tiene, suele escorarse hacia lo comercial, banal y chabacano en muchas ocasiones.

Así es. La mayoría de lo que se lee es basura y es muy difícil darle la vuelta a esta situación. Yo me haría esta pregunta. ¿Cómo se distingue lo bueno de lo malo? Si esto nos parece muy difícil de dilucidar, habría que hacerse otra pregunta: ¿Cómo se distingue lo complejo de lo elemental? Ahí sí podemos dar una respuesta. Ahí si podemos responder al relativista que no es lo mismo un artículo sobre mujeres semidesnudas que el Quijote. Lo complejo puede distinguirse de lo banal.

¿Pero puede alguien en estos momentos pensar que puede ganarse la vida con lo complejo y no con lo elemental cuando la palabra es la materia prima?

La respuesta es que no. Uno no puede ganarse la vida mejor con la complejidad que con lo elemental. Esa es la respuesta y hay que admitirla. Antes de emprender un camino de búsqueda de la excelencia, sin sacralizarlo, uno debe saber que ese camino no conduce a la prosperidad ni es rentable. Es así de lamentable.

Muy duro lanzar este mensaje.

Claro que es duro. Una vez asimilada esta verdad, que es muy cruda, uno hace una segunda elección. Para ver si está realmente convencido. Muy pocos tienen la suerte de ganarse la vida con asuntos del pensamiento. Siempre hay una porción bastante considerable de la audiencia, del público –y esto lo olvidan los grandes empresarios- deseosa de recibir estímulos complejos. Con eso, algo se puede hacer.

Y si tuvieras que delimitar el porcentaje de público que demanda lo complejo frente a lo elemental, ¿en cuánto lo situarías?

Lo calculo más con espíritu de jugador que de buen cubero. Creo que no más del 20%. Siendo, por segunda vez en la tarde, optimista.

Pero ¿crees que con un trabajo realmente bien hecho se puede atraer a parte del público hacia ‘el lado oscuro’ de lo complejo?

No siempre. No hay secreto. Ni siquiera el trabajo al 100%. Esto está referido al mercado más que a la excelencia misma. El misterio es conseguir que la excelencia se convierta en un buen negocio. El trabajo de un fontanero, si está mal hecho, al segundo se hace patente. El trabajo artístico mal hecho, a veces, resiste algunos siglos antes de que el grifo empiece a gotear.

¿Qué opinas de la cultura de lo gratis en Internet?

Internet se encamina hacia la gratuidad, de hecho ha llegado ya a la gratuidad. Desaparecidos los libros –cuando se llega a que puedes leer las novelas sin comprarlas-, ¿qué hacemos los que escribimos novelas? La respuesta es otra vez desalentadora. Nada. Creo que está seriamente comprometida la profesión del escritor profesional, entre muchas otras, a partir de estos nuevos soportes. Los autores de canciones obtuvieron distintos amparos legales para cobrar los derechos de autor. Todo eso se ha borrado para hacer desaparecer del mundo prácticamente la industria del disco. Y la industria del libro será la siguiente en desaparecer.

¿Se van a acabar los escritores?

Si los jóvenes que se proponen escribir no aspiran a convertirse en millonarios, mejor para ellos. Cada día que pasa es más difícil. Cada día será más difícil la mera subsistencia de alguien que quiera dedicarse a la carrera de escritor. Tendrá que vivir de otra cosa. ¿Aparecerán los estados nacionales para ver qué se puede hacer con Internet? No parece fácil, no desde un punto de vista político.

Su programa es fundamentalmente humorístico. ¿Cómo ve usted el sainete político que lamentablemente se está viviendo en España?

Solo puedo hablar desde una posición ya tomada. Y haciendo todas las salvedades de alguien que no conoce tan bien la situación española como los que la tienen que soportar y padecer diariamente. Yo no soy liberal. No me gusta el neoliberalismo. No me gusta la libertad de mercado. Me parece que contribuye a que las injusticias se agudicen. No creo que la libertad de mercado nos conduzca automáticamente a una creación de recursos tal que cause el famoso derrame que beneficiará a los pobres. No creo en eso. Y sí creo en la intervención del Estado nacional. No creo en eso de ‘dejemos que hablen los mercados y que Dios elija a los suyos’… Creo en la intervención. En no dejar al mercado que actúe solo. Hay que meter mano para ayudar a los que menos tienen. Veo el proceso español como un calco de otros procesos neoliberales que han conducido a la ruina a muchos pueblos, entre otros al mío.

¿Ves similitudes entre el caso argentino y el español?

No es lo mismo una crisis generada por el neoliberalismo en Argentina y en España. No, no es igual. Son dos países de distinto poder. El neoliberalismo, por ejemplo, no ha dejado trenes en Argentina, más bien se ha llevado los que había. Comparo este Madrid con aquel Buenos Aires de 2001 y es algo bien distinto. Y no es que la crisis sea más o menos profunda. El efecto es distinto. España está más preparada para absorber esta clase de golpes. El golpe se asimila mucho mejor.

¿Cómo era ese Buenos Aires de 2001?

La crisis se olía en cada rincón. Aquí también se ve, pero… Negocios que cerraban en cada manzana, los teatros desiertos, ningún camión por las carreteras…. Aquí todo esto no es tan visible. Pero no deja de ser terrible para el que lo padece. Sobre todo para el drama de los millones de parados que hay en España.

La venganza será terrible. Días 4, 5, 6, 7 y 8 de septiembre (a las 21.30 horas, excepto el día 8, que será a las 20.30). Sala Galileo Galilei, Madrid. Entrada libre y gratuita. 

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Comentarios

  • José Vázquez

    Por José Vázquez, el 04 septiembre 2013

    Dado el nivel de misterio musical de las palabras de un argentino, lo único que me gustaría saber es cómo hace Dolina para destacar ante tanta competencia y aguantar años con un programa cuya base es la palabra.

    • Adrián Blanco

      Por Adrián Blanco, el 04 septiembre 2013

      Le recomiendo que escuche el programa. Lo tiene disponible en podcasts. Un saludo y que lo disfrute.

    • Diana María

      Por Diana María, el 05 septiembre 2013

      Una posible respuesta sería, que la gente no solo consume lo muy promocionado, ni lo que los medios poderesos desean que consuma, como seguidora de Dolina considero que si dás calidad artística, nivel cultural, música, ironía y te asocias con otros haciéndo destacar tambien sus talentos, eso es muy valorado por el público. Dolina ha hecho mucho bien a varias generaciones, creo que es el mayor motivado a la lectura y el conocimiento que hay en Argentina.

      • Ariel

        Por Ariel, el 05 septiembre 2013

        Excelente lo suyo. Alejandro siempre destaca lo importante del estudio y de las instituciones para tal fin. «Un hombre puede aprender mucho estudiando por si mismo, pero aprenderá mucho mas si posee una estructura que le ordene el material». Dolina. Un genio!

  • Ricardo

    Por Ricardo, el 04 septiembre 2013

    Me parece que Alejandro Dolina tiene una mente preclara.
    Si todos los librepensadores fuesen como el otro gallo nos cantaría.
    Me quito el sombrero ante el: Chapeau!

  • grándola

    Por grándola, el 06 septiembre 2013

    Dolina eres una maravilla, que nos dures. Salud

  • Marto

    Por Marto, el 14 noviembre 2013

    Dolina es genial.

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