El aroma del tiempo, Byung-Chul Han
Byung-Chul Han
POR JAVIER MORENO
Javier Moreno reseña El aroma del tiempo: Un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse, de Byung-Chul Han, publicado por la editorial Herder (Barcelona, 2015).
Byung-Chul Han es uno de esos filósofos que, a base de enfocar su pensamiento sobre cuestiones acuciantes de la actualidad, ha conseguido convertirse en una referencia indiscutible del pensamiento contemporáneo, añadiéndose a figuras tan relevantes como Zizek, Zygmunt Bauman, Michel Onfray o Jean Baudrillard, responsables entre otros tantos de la renovada vitalidad del género ensayístico. El erotismo en los tiempos del porno, la relevancia del discurso psicológico a la hora de hacer política o el mito de la transparencia son los temas que sostienen tres de sus libros más relevantes: La agonía de Eros, Psicopolítica y La sociedad de la transparencia, respectivamente.
En esta ocasión Byung-Chul Han centra su atención en ese tema crucial que es el tiempo, cómo vivimos el tiempo en nuestro mundo actual, cuáles pueden ser las causas de esa vivencia, sin omitir alguna propuesta para rectificar el rumbo desquiciante y falto de sentido de nuestro momento histórico. La tesis fundamental del filósofo de origen coreano es que la falta de tensión narrativa provoca una atomización del tiempo. Este pasa de ser un continuo –más o menos– lineal a convertirse en una sucesión puntual de instantes sin relación los unos con los otros. Byung-Chul Han hace buena la tesis de Lyotard acerca del fin de los grandes relatos en la posmodernidad. De hecho la idea más potente y la que articula buena parte del libro es la de que la ausencia de tensión narrativa propia de nuestra condición posmoderna (distante tanto del pensamiento mítico antiguo, anclado en el pasado, como del discurso emancipador de la modernidad que deposita su peso en el futuro) es la causa de esa falta de gravedad que provoca finalmente que los instantes temporales floten ingrávidos, resistentes a la duración. Byung-Chul Han asume la aceleración del tiempo de la que habla Baudrillard pero cree haber encontrado en esa falta de gravedad la causa última de la tesis del filósofo y sociólogo francés, de ese exceso de velocidad que impone lo mediático y que propicia la velocidad de escape del sentido. Byung-Chul Han no solo hilvana su discurso con referencias sociológicas o filosóficas (Baudrillard, Bauman y, sobre todo, Heidegger) sino que habla de Proust (ese maestro en el dominio del tiempo) y dedica un hermosísimo capítulo (tan hermoso como para motivar el título de este libro) a glosar los antiguos relojes chinos de incienso donde las horas seguían su decurso asociadas a diversos aromas. Pero Byung-Chul Han no es un filósofo que se dedique tan solo a hacer un diagnóstico al espíritu enfermo de nuestra sociedad sino que propone remedios para su mal. Puesto que de tensión narrativa estábamos hablando, Proust cobra una importancia decisiva, convertido casi en símbolo de cómo la escritura es capaz de trazar itinerarios insólitos entre cosas y acontecimientos aparentemente desconectados (todo en Proust comienza con el aroma y el sabor de una magdalena). La literatura como vía de curación de nuestro mal del tiempo, pero también, como no podía ser de otro modo viniendo de alguien que supone de algún modo un híbrido de la cultura oriental y occidental, la contemplación, esa contemplación que nos hace conocer la interdependencia de los seres, el reconocimiento de que no existen verdaderos átomos sino que todo está (o puede estarlo) interconectado partiendo de que nada de lo que existe guarda en sí su propia consistencia.
Es posible que en estos tiempos de penuria solo nos queden las pequeñas cosas, sí, pero esas pequeñas cosas tal vez guarden entre sí una oculta afinidad. Ahí, quizás, resida el secreto del verdadero aroma del tiempo.
Javier Moreno (Murcia, 1972) es licenciado en Matemáticas y Teoría de la Literatura. Escritor y poeta, es autor de las novelas Buscando Batería (Bartleby, 1999), La Hermogeníada (Aladeriva, 2006), Click (Candaya, 2008), Alma (Lengua de Trapo, 2011) y 2020 (Lengua de Trapo, 2013), así como del libro de relatos Atractores extraños (InEditor, 2010) y el poemario Acabado en diamante (La Garúa, 2009). Ha ejercido la crítica literaria en Deriva, Revista de letras o Quimera.
