El ‘cabaret’ marroquí que convierte a los hombres en divas

Una actuación de Kabareh Cheikhats.

Una actuación del grupo marroquí Kabareh Cheikhats.

El grupo marroquí Kabareh Cheikhats homenajea a artistas tradicionales de su país recuperando canciones y bailes que interpretan vestidos de mujer. Una reivindicación de aquellas mujeres que fueron estigmatizadas en una sociedad que no toleraba que ‘ellas’, las ‘cheikhas’, fueran líderes en su tierra. Por primera vez en España. Mañana, domingo, gratis en Madrid, como cierre del festival Noches del Ramadán.

“Siendo niño siempre soñé con convertirme en una cheikhaí. Pero no el tipo de cheikas que mostraban en los shows de televisión los sábados por la noche. Mi sueño era convertirme en una cheikha real, como lo fue Kharboucha”. Para los 10 jóvenes que componen el grupo Kabareh Cheikhats, el deseo de emular a las grandes cantantes femeninas del pasado de su país no se ha quedado en interpretar sus canciones y recuperar antiguos instrumentos musicales: ellos también se visten como ellas, con sus melenas sueltas, aunque con barba, con sus trajes, sus maquillajes. Aseguran que es “una celebración a la vida”.

Este año, el festival Noches de Ramadán , organizado por el Ayuntamiento de Madrid, acaba su ciclo musical mañana domingo, 9 de junio, precisamente con la primera visita a España de un espectáculo con el que triunfan en Casablanca y que llenará el Círculo de Bellas Artes de baile y canciones tradicionales del otro lado del Estrecho con una puesta en escena sorprendente.

El director de esa experiencia artística, Ghassan El Hakim, desde hace tres años es quien marca el camino en el empeño de sus compañeros por recuperar a mujeres que fueron estigmatizadas en una sociedad que no toleraba que ellas, las cheikhas, fueran líderes en su tierra, porque allí hicieron posible que la tradición oral de las canciones populares marroquíes se mantuviera viva a lo largo del tiempo.

Kabaren Cheikhats emula a personajes como la mencionada cheikha Kharboucha, que nació en Abda (Marruecos) en el siglo XIX y que escribía poemas en los que alentaba a su pueblo bereber a rebelarse contra la dominación del centralista Caid Issa Ibn Omar y contra la colonización francesa. Kharboucha se convirtió en leyenda, como también lo sería un siglo más tarde la cantante judía-marroquí Zorha El-Fassiya, nacida a comienzos del siglo XX. Zorha fue la primera mujer en su país que tuvo grabadas canciones y lo hizo con distintas variedades locales del aïta: aïta bidawiya (Casablanca), aïta mekasiya (Meknés) o aïta de Moulay Brahim, cantos del mundo rural que en su idioma significa llamada, grito o lamento. Esas producciones, de allá por 1920, han sido recuperadas por este grupo de jóvenes seguidores, empeñados en que ese pasado cultural no se pierda.

Además, en el caso de Kabareh Cheikhats han escogido el camino iniciado por el cantante y cómico de Casablanca Bouchaïb Bidawi, conocido como la drag queen marroquí, porque él también se vestía en femenino en sus espectáculos. “En un momento en el que en los colegios sólo se escucha rap en inglés o francés, nosotros hemos hecho un trabajo de documentación, escuchando y volviendo a escuchar canciones tradicionales, grabadas hace un siglo, hasta conseguir cantarlas como lo harían las auténticas cheikhas”, explica Mehdi Boulmaki , unas de las voces del grupo.

En esa labor de exploración del patrimonio escénico marroquí, trabajan con la Asociación Jouk Attamthil al Bidaoui, que realiza tanto tareas de archivo e investigación como de interpretación, pero lo hacen tiñendo su trabajo con una ambigüedad sexual que, pese a los antecedentes de Bidawi, no deja de llamar la atención, dada la rigidez al respecto que permanece en la cultura magrebí.

En escena, cada uno de los diez artistas de este cabaret encarna a una cheikha distinta, con una imagen en la que lo femenino y lo masculino se fusionan en un repertorio musical que, a la vez, se convierte en un homenaje a “mujeres que nos han criado y a las que cantan en las bodas sin que nadie hable de ellas”, en palabras de El Hakim. Es, por tanto, un tributo, a través de estas divas, a todas las figuras femeninas que no tienen el protagonismo que les corresponde. El espectáculo, gratuito, comenzará a las 21 horas en el Círculo de Bellas Artes, que este año se ha unido al Festival Noches de Ramadán. En julio, el día 12, el grupo actuará en el mayor festival de cultura árabe contemporánea que se celebra en Londres, el Shubbak.

Será ésta la última cita musical de 10 intensos días en los que ha sido posible conocer las vanguardias culturales e intelectuales de una cultura vecina a la que la sociedad española no está acostumbrada a mirar y que ha traído a la ciudad a figuras de prestigio internacional, como Femi Kuti o colaboraciones como la del concierto Siria en Mi, en el que pudo disfrutarse de la música de Mahmoud Fares, Wafir S. Gibril, El Guille y Jorge Pardo en el entorno de la Casa Árabe. Como recuerda su director artístico, Rubén Caravaca, “siempre con el objetivo de promover el conocimiento y la convivencia en una ciudad tan multicultural como es Madrid”.

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