Las ‘ecomeninas’ se convierten en símbolos del reciclaje

De arriba abajo y de izquierda a derecha las ecomeninas de Nuria Fergó, Joaquín -jugador del Betis-, Agatha Ruiz de la Prada, Azul, dos de Vicky Martín Berrocal, Rosa León y Rafael Amargo.

De arriba abajo y de izquierda a derecha las ‘ecomeninas’ de Nuria Fergó, Joaquín -jugador del Betis-, Agatha Ruiz de la Prada, Azzato, dos de Vicky Martín Berrocal, Rosa López y Rafael Amargo.

Se escaparon de la obra maestra de Velázquez. El pasado año, 84 meninas animaron las calles de Madrid en una iniciativa promovida por el Ayuntamiento de la capital. Ahora, 20 de esas famosas figuras se han convertido en símbolos del reciclaje de vidrio: son las ‘ecomeninas’ que Ecovidrio está llevando por las ocho capitales andaluzas hasta finales de noviembre.

La iniciativa, ideada por el artista venezolano-español afincado en Madrid Antonio Azzato y apoyada por Ecovidrio, en colaboración con la Junta de Andalucía y la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), echó a andar el 5 de junio, día Mundial del Medioambiente, en Sevilla. De allí siguió a Huelva. Hasta finales de julio las ecomeninas están en Cádiz. En agosto irán a Málaga. En septiembre a Córdoba. En octubre a Jaén y Granada. Y por último, en noviembre, a Almería. En torno a dos semanas en cada ciudad.

Como se hizo en Madrid, las figuras –de 1,80 metros de alto (más una base de 15 centímetros) por 1,50 de ancho, fabricadas en fibra de vidrio– estarán customizadas por nombres famosos estrechamente vinculados a Andalucía, desde firmas ligadas al diseño como Agatha Ruiz de la Prada, Vicky Martín Berrocal y Victorio & Lucchino, a las cantantes Rosa López y Nuria Fergó, el futbolista Joaquín y el cocinero Ángel León.

Si en el caso de Madrid la propuesta que se planteó a los encargados de intervenir las meninas fue: ¿qué es para ti Madrid?, ahora el reto ha sido que a través de las figuras trasladen qué significa para ellos el reciclaje.

Nos lo explica Azzato: “Se trata de sacar el arte de los museos a la calle, que ha sido siempre mi empeño con este proyecto, y en la versión de las ecomeninas también concienciar sobre la importancia del reciclaje, algo que en Andalucía aún se mueve en porcentajes bajos y queda mucho por trabajar”.

Azzato nos comenta también que, tras su recorrido por Andalucía, las ecomeninas serán subastadas y el importe recaudado será destinado a fines benéficos, a alguna ONG o fundación que decida el patrocinador, Ecovidrio. En el caso de Madrid, el principal destino de los fondos fue la Fundación Aladina, que trabaja con niños y niñas con cáncer.

Azzato quiere subrayar el mensaje verde que nos trasladan estas meninas: “No somos conscientes de hacia dónde vamos por este camino. El reciclaje es algo que deberíamos llevar tatuado en la frente y en el corazón todos los seres humanos. El reciclaje está al alcance de todos nosotros y significa mucho, por sí mismo y porque nos abre la mente, es una especie de llave para entender los retos que nos plantea el cuidado del planeta, para hacernos más responsables de cómo es nuestro día a día, ser más conscientes por ejemplo del drama de la invasión de basura en mares y costas, e intentar hacerlo más sostenible”.

Como señala Ecovidrio, “cada una de las ecomeninas encierra un mensaje infinito, que en algunos casos está diseñado con materiales como la fibra de vidrio o el calcín (vidrio reciclado). Conectan el significado de su obra con el círculo infinito del reciclaje de envases de vidrio con el que se consigue, gracias al compromiso de los ciudadanos, que los envases vuelvan a la vida”.

Los proyectos de llenar las calles de grandes ciudades con figuras se hicieron famosos con las vacas en Nueva York, la Cow Parade del año 2000, que luego siguió por 79 ciudades de todo el mundo, desde Londres, Tokio y Bruselas, a Buenos Aires, París, Milán, Estambul y Hong Kong. Pronto se apuntaron los osos –los Buddy Bears– de Berlín, en 2001. Otros ejemplos serían las exhibiciones callejeras de la palabra LOVE del estadounidense Robert Indiana, fallecido hace un año, que ha recorrido ciudades de todo el mundo con ese mensaje tan sencillo como rotundo, y las señoras gorditas del artista colombiano Botero.

Ahora, visto el éxito que cosechan meninas y ecomeninas, y cómo decenas de miles de personas interactúan con ellas, el próximo otoño las meninas volverán a las calles de Madrid –entre 80 y 90 figuras-, como símbolo, junto a la osa y el madroño, de la ciudad.

Después, Azzato quiere llevarlas –y confiesa que ya están muy adelantadas las conversaciones- a México y Estados Unidos. Las meninas saben ganarse al público; de hecho, hasta lograron que se cambiara el nombre oficial de este cuadro de 1656, el más famoso lienzo del Museo del Prado: llevaba por título oficial La familia de Felipe IV y en el siglo XIX se cambió a Las meninas.

Ahora, 350 años después, se han convertido en mujeres de su tiempo, han salido de la Corte para recorrer las calles del sur y lanzar el imprescindible mensaje de que todos tenemos que reciclar.

‘Ecomenina’ diseñada por Victorio y Lucchino.

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