El ‘South Park’ español de los libros: La Patrulla de Salvación

patrulla y south parkUn cóctel de humor ácido y libros. El asombro está asegurado. Para cotillas literarios, grandes lectores y amantes de la lectura en general. Provocador y reflexivo, se lee con una sonrisa de medio lado, con un golpe en la mesa. Es el blog ‘Patrulla de Salvación’. Entrevistamos a su directora suprema: la Sargento Margaret, que declara sus intenciones: Ella y sus amigas «estarán atentas a lo que ocurre en el mundo editorial en castellano para denunciar todo aquello que pueda hacer daño al libro». Charlamos sobre los aspectos más actuales del mundo editorial y que determinarán el nuevo curso. Y, cómo no, contamos con sus sugerencias de lecturas como escudos para la realidad.

La Sargento Maggie sostiene que es sólo una lectora que lee para matar el aburrimiento (y yo soy una sardina floreada). Uno de sus autores preferidos es William Styron. Para ella la novela imprescindible tiene título: Ana Karenina. Adora a Muñoz Molina porque escribe como los ángeles. Odia al grupo Nocilla (y un selecto grupo más). Defiende que para triunfar hay que tener disciplina (tal y como se insistía en la academia de OT). Sólo le gusta el gin, aunque para esperar que salga esta entrevista promete pasarse a la manzanilla y aclara: la infusión. “Quítame cinco años y ponme 65, anda. Y vivo en Barcelona, ciudad mucho más literaria que Madrid. Comencé a leer a los 5 años. Mis primeras lecturas fueron realizadas en los libros de Elena Fortún, aquellos de Celia, Cuchifritín y Maton-kiki. «Cariño, lo que no puedo es relatarte en 500 palabras la experiencia que fue para mí comenzar a leer. Y no porque no quiera, sino porque han pasado 70 años y simplemente no me acuerdo. Ahora me acompaña mi gata Dostoievski y mi perro salchicha Big Dick”. En la Patrulla están con ella Daphne (su mano derecha), Josephine (la más independiente) y Samantha (su mano izquierda), que son como sus hermanas (de armas). “Son más jóvenes que yo, aunque aparento lo contrario”.

Patrulla de Salvación nació en 2011 con la intención de “denunciar todo aquello que pueda hacer daño al libro y poner nuestro granito de arena para intentar restablecer el orden en el mundo editorial”. Era un viernes, y cuando iban por la tercera copa empezaron “a recordar lo bonito que era ir a comprar libros en la Barcelona de nuestra juventud; aquellas librerías donde el dueño te conocía y, sabiendo lo que te gustaba, te recomendaba este o aquel libro. Te fiabas del librero porque sabías que era un hombre culto, que conocía el paño y sólo te ofrecía lo que no te iba a defraudar”. Se inspiraron en las valientes mujeres del Ejército de Salvación que defendían las buenas costumbres. El seudónimo es un arma de supervivencia. Desde su creación se han ocupado de la quema de libros; de los embarazos de Beatriz de Moura; han reclutado a las ángeles de Charlie; se han atrevido con la tele-realidad; han contado sobre los negros y los amañamientos; le han sacado lustre a la calvicie de Jeff Bezos y un sinfín de aspectos del libro y su industria desde los libreros hasta la fábrica mágica de best-sellers y, cómo no, siempre están presentes los editores con, por ejemplo, sus doppelganger. A propósito del tema de los autores mediáticos han participado en Página 2 . Se puede apreciar en el vídeo a continuación, casi al final.

Para escritores y lectores

Empezamos poniéndonos firmes. A quien se dedica a escribir la Sargento Maggie le aconseja que se ponga en guardia, y por este orden, con:

  1. Su ego.
  2. Los críticos.
  3. Los periodistas en general.
  4. Su pereza.
  5. Los amigos y sus comentarios bien intencionados sobre su obra.

Las órdenes no son sólo para escritores. En el mundo actual, los lectores necesitan ciertas directivas claras. Para quien lee también hay territorios con fronteras peligrosas donde excavar trincheras y mantenerse alerta. Una vez más en riguroso orden son:

  1. La publicidad de las editoriales. Las portadas.
  2. Las sinopsis.
  3. Las entrevistas con los autores.
  4. Los críticos literarios.
  5. Las generaciones literarias.
  6. Los suplementos dominicales y literarios.

Los anteriores son los temas más presentes en su espacio, en el que se reserva un hueco para los tan manoseados premios, menos para alguno que otro, porque son otorgados a quienes le gustan (y lo reconoce con humildad ejemplar siempre), los enredos de mercadotecnia de las editoriales o el valor de sus tres editoriales preferidas. Hay autores a los que no soporta y que se han convertido en su blanco recurrente. Tienen suerte, lo peor que le puede suceder a un autor es que Patrulla de Salvación lo ignore, en el mercado del ego literario eso tiene el valor de una bomba nuclear de silencio. Para continuar, una de esas pausas musicales que tanto me gustan y que nos sintonizará con el tono y el tema que siguen.

La autoficción

Es el género que está de moda. Nació en Francia en la década de los 70. Para ser precisos, fue en 1975, cuando el crítico y teórico de literatura Philippe Lejeune lo identificó en Le pacte autobiographique. La denominación surgió dos años más tarde gracias al autor Serge Doubrovsky, considerado el Papa de la autoficción. Amélie Nothomb y Justine Lévy son algunas de sus abanderadas desde hace tiempo. En España ha tardado bastante en arrancar. Pero está cada vez más presente en la realidad mundial. Al fin y al cabo, vivimos rodeados de selfies y los reality show inundan la actualidad. La sed del yo parece imparable. Al escritor, sobre todo novel, la Sargento Maggie recomienda “que te marches de España por un periodo de al menos tres años. A ser posible, a un país que no hable castellano. Busca un trabajo de media jornada (puede ser en un Burger King) y escribe el resto. Vive y escribe. Pero no pienses en nada más. Y –muy importante- no te dediques a la autoficción”. Y puntualiza: “La autoficción ya estaba inventada. Gabriel García Márquez mintió por activa y por pasiva a su biógrafo, el tal Martin. Y lo hizo en abundancia antes, en su inconclusa -ya para siempre- autobiografía Vivir para contarla. Por eso es ridículo querer inventar un nuevo género. La memoria engaña a uno mismo y al resto. Siempre. No hay que proponerse escribir autoficción. Si una se pone a escribir una novela de ficción, lo que lleva dentro, la persona que ella es -la autora- saldrá por todos lados. O se escriben unas memorias o se escribe novela. Lo de la autoficción es una chorrada”.

Tres libros para cambiar la piel:

-La biografía de Patrick Leigh Fermor, RBA Editores.

-La Marcha Radetzky, de Joseph Roth, Edhasa.

-Una historia de amor y oscuridad, de Amos Oz, Siruela

El imperio lector no contraataca

En un lejano futuro, cuando algún estudiante de Filología o un extraterrestre sienta curiosidad por el pasado y busque los libros más leídos al principio del siglo XXI, notará un abismo, un cambio de preferencias muy acusado con los títulos más leídos en el siglo XX. Esto tiene que ver con lo que se ha llamado “la democratización de la lectura”, uno de los eufemismos más logrados del márketing editorial. La Sargento lo achaca a “que la educación que han recibido los que hoy deberían comprar ese tipo de libros ha sido pésima”. Pero se trata de un fenómeno global, ¿qué ha pasado para que las Grey, Infernos, etc. vendan millones y otras historias ya no? ¿Sólo es una cuestión de educación? Si en el mundo moderno las historias que parecen contarnos mayoritariamente y que en el futuro hablarán de nosotros son estas y no otras, quizás podríamos aventurar las causas. La Sargento insiste: “Se reduce todo a un problema de educación. De mala educación y de la falsa cultura que trae consigo. Hemos educado a dos o tres generaciones en la idea de que el esfuerzo no tiene sentido, de que el fin justifica los medios y de que la satisfacción inmediata es lo que vale la pena buscar en relación con la cultura”.

Tres libros de los veranos adolescentes:

Toda la colección de super-héroes de la Marvel.

Las joyas de la Castafiore de Tintín.

-Los tebeos de Asterix

Patrullando la literatura

Quien toma un libro en sus manos tiene el poder de decidir sobre el futuro de esta industria en muchos más aspectos de los que imagina. No basta con ver los libros de los escaparates. No es suficiente con hojear las novedades más expuestas. En este sentido, La Patrulla siempre se encarga de mostrarnos más. Provoca un muy necesario desacuerdo saludable. Alterna los artículos de humor con otros más serios e informativos, algunos son puñetazos en las entrañas. No siempre son objetivas. No siempre reflejan el sector. Son radicalmente honestas, una cualidad que aprecio demasiado en este mundo tan políticamente adecuado y aburrido. Son libres, dicen lo que les da la gana con mucha gracia o con mucha mala leche. Nos invitan a cuestionar una realidad hiperinformada casi sin maneras de acceder al conocimiento necesario. Leemos más noticias que nunca y sólo en muy contadas ocasiones se analiza el sector del libro. La Patrulla descorre la cortina editorial (que tiene un diseño muy cercano al modelo utilizado por el Vaticano), muestran sus heridas, se ríen de casi todo, nos entretienen, nos informan y todo ello con grandes, enormes, dosis de provocación. En el mundo que todo se ve a través de una pantalla, en más de una ocasión quizás el hecho de que nos zarandeen es la única manera de hacernos llegar algo directo. Se puede estar de acuerdo algunas veces o siempre o nunca, eso es lo de menos en este caso. La Patrulla radicaliza a sus lectores, algunos las adoran como si fueran santas rescatadas del martirio del capitalismo y el márketing del libro en la lucha contra la Literatura Absoluta. Otros, simplemente las detestan. Todos acuden a sus páginas. Y los que saben reírse de verdad se divertirán en cada una de sus entregas.

Tres libros para olvidar la realidad:

Seda, de Alessandro Baricco, Anagrama.

Contra Paraíso, de Manuel Vicent, Alfaguara.

La decisión de Sofía, de Willima Styron, La otra orilla.

La salvación

Si los autores se han de marchar y las editoriales más notables publican mayoritariamente a escritores de otras culturas, la literatura en castellano ha muerto. Habrá que prepararse para el funeral. “La literatura en castellano ha muerto, es cierto. Al funeral acudiré de riguroso luto, como es natural. Los anglosajones y los franceses tienen una literatura de bastante más calidad que la nuestra. Y no hay niños que quieran ser editores”. Pero, al final, hasta La Sargento tiene un lugarcito para la esperanza: “El libro digital, una vez resueltas todas las pegas, trabas y chorradas que se dicen sobre él, es la esperanza. Pero siempre con un editor, nunca autoeditado. Hay espacio para la honestidad. Para eso siempre habrá espacio. Si ahora mismo un grupo de amigos, con seriedad, transparencia y ganas de pasar un buen rato, montasen una editorial y apostasen por buenos y jóvenes autores, seguro que –sin necesidad de utilizar los codos- se harían con un hueco. El público no es tonto y si ven un proyecto como ese (pero de verdad) seguro que lo van a apreciar”.

Si algo tienen los cómicos de verdad, como bufones de reyes que son (y lo afirmo categóricamente como una alabanza), es la enorme capacidad de mostrarnos la realidad desde otras perspectivas y señalar aspectos de la verdad que no suelen nombrarse. Que nadie se engañe: no hay persona más seria que un cómico. Reír es tomarse unas pequeñas vacaciones de la realidad y ellos son muy conscientes de esta necesidad. Si nos podemos reír de la cultura, también podemos deconstruirla, analizarla, mejorarla y a nosotros con ella, refrescarnos y fortalecernos desde sus puntos más débiles. ¿Podemos? Dentro del arte del humorismo hay varias corrientes entre las que encontramos la más ácida y arriesgada del Gran Wyoming o de South Park. En esta última tradición se instala Patrulla de Salvación. A su frente está la Sargento Margaret, la hermana española desconocida de Joan Rivers y de Eric Cartman y Kyle Broflovski. En España, como en tantos otros ámbitos, las mujeres que hacen humor no se conocen mucho… o nada. Y en un ámbito tan cargado de secretismos como el editorial, aún menos. Humor y amor es un cóctel de gin servido con maestría por La Sargento Margaret y cada una de las componentes de Patrulla de Salvación.

En las entrevistas, La Sargento se pone seria y muy seria. Por eso es imprescindible complementar esta faceta con la que se encuentra en su espacio en Patrulla de Salvación empezando por La encuesta higiénica.

Felices lecturas, toneladas de vacaciones de risas, ríos de salud y ráfagas de amor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Comentarios

  • Nely García

    Por Nely García, el 06 octubre 2014

    ¿Cómo se puede saber lo que hace daño al libro?, En mi humilde opinión pienso que un equipo de salvación, se convierte en una corriente impositiva, todo lo contrario a la definición creativa a saber: ser uno mismo en todo momento, poder romper los moldes establecidos, o no, disfrutar plasmando sus percepciones como base esencial, luchar por lo que se cree aun conociendo las dificultades, y por último, cantar muy dulcemente.

  • Nely García

    Por Nely García, el 06 octubre 2014

    Divertida en efecto la parodia sobre nuestros gobernantes y los premios literarios. Solo se me ocurre un final feliz: que una ola de vapor se introduzca en todos los parlamentos europeos, con los gobiernos al completo, arrastrando a los tradicionales y que solo quedaran en ellos, nuevas sabias capaces de explorar otros campos.

    • Sardiflor

      Por Sardiflor, el 06 octubre 2014

      😉 Gracias por ponrle ganas de dialogar e investigar, Nelly. La resolución se la tendrás que comunicar a ellas para que les llegue tu propuesta.
      Muchos besos, reguapa!

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