Esa extraña fascinación por la Rumanía de Drácula y Ceauşescu

El expresidente de Rumanía Nicolae Ceaușescu.

El expresidente de Rumanía Nicolae Ceaușescu.

Rumanía siempre ha causado una extraña fascinación. Quizá se explique por la confluencia del mito de Drácula, Vlad el Empalador, presente en nuestra cultura popular, con su pasado reciente comunista, cuya estética y estragos siguen generando interés. Unido todo ello a la figura de los Ceauşescu, cuya caída pudo verse en directo en diciembre de 1989, tras años de megalomanía e ingeniería social. La entrada de Rumanía en la UE en 2007 nos ha acercado el país de los Cárpatos, pero es poco lo que conocemos más allá de impresiones mitológicas y lugares comunes. La editorial La Caja Books puede ayudarnos a arrojar luz en tantas sombras; acaba de publicar Bucarest. Polvo y sangre, con un elocuente subtítulo: ‘El horror de Ceauşescu y su resaca’.

La autora de esta crónica de la ciudad y del país es Margo Rejmer (Varsovia, 1985), una periodista polaca de la que la misma editorial publicará próximamente Barro más dulce que la miel. Voces de la Albania comunista, y a la que, a la vista de la calidad y la hondura de su Bucarest, habrá que seguir la pista de cerca.

Creemos conocer o imaginar todo lo que sucedió al otro lado del Telón de Acero, pero siguen conmocionando las historias reales y cotidianas de miseria, de vigilancia y delaciones, de hambre y de desesperanza que conocemos a través del cine o de la literatura. En el caso de Rumanía, y según nos cuenta Rejmer, “en la época más frenética de la actividad de la Securitate, por cada quince rumanos había un agente de la policía comunista, aunque tampoco faltaban delatores aficionados que denunciaban por puro placer”. Una situación similar a las que el cine nos ha mostrado con más frecuencia en la Alemania Oriental. Sobre la arbitrariedad de las detenciones y las separaciones, baste esta frase tras un reencuentro que narra en el libro: “Todo en él era diferente: cara, manos, ojos y palabras, llenas de agresividad. Lo desbordaban la ira y la pena por una juventud echada a perder. Compartían muchos reproches y pocos recuerdos. No tardaron en comprender que no tenían nada que salvar”.

La siniestra pareja

El vértice de ese sistema lo componían Nicolae y Elena Ceauşescu, al mando del país desde 1965, y durante esa década y la siguiente, exponentes ante el mundo de un socialismo con supuesto rostro humano que era capaz de condenar la invasión soviética de Praga en 1968 y de mantener buenas relaciones con Occidente. Pero la realidad era bien distinta para los rumanos, presos de un sistema de vigilancia y terror que se agravó por dos hechos que la autora cuenta en detalle.

Por un lado, la instauración al poco de asumir Ceauşescu el mando del país de un decreto que prohibía de forma severa abortar. El dictador estaba obsesionado con aumentar la población de su ansiado paraíso, y su celo derivó en abortos clandestinos y muertes. Pero, sobre todo, y según le cuenta un rumano a Rejmer, “el decreto lo cambió todo: las relaciones entre esposos, vecinos, amigos, entre padres e hijos. Las mujeres dejaron de confiar unas en otras, y, al mismo tiempo, estaban condenadas las unas a las otras, porque solas no se las podían arreglar”. El resultado es que “la sociedad no ha tenido tiempo hasta hoy de recuperarse tras aquel experimento que debía construir grandes familias felices y que resultó ser una bomba que destruyó los lazos entre las personas”.

Por otro lado, la megalomanía de Nicolae y Elena crecía a medida que viajaban por otros países comunistas, como Corea del Norte, que les inspiró la remoción completa de parte del casco histórico de Bucarest para levantar el Palacio del Pueblo, el edificio administrativo más grande de Europa, y el segundo del mundo tras el Pentágono. Una mole que se planificó e irguió cuando ya Rumanía vivía en una decadencia económica aplastante, fruto del delirio autárquico de sus mandatarios. De esa época nos han llegado las imágenes de una Bucarest nocturna solitaria e iluminada tenuemente por bombillas de baja potencia, como obligaban las autoridades para racionalizar la escasa energía.

Obreros enterrados en la propia obra

Cuenta Rejmer que el ritmo de construcción era tan intenso que a los obreros que fallecían en la obra los enterraban en el mismo solar con cemento y seguían trabajando. Estremecedor es el relato sobre la sobreabundancia de perros abandonados que hay en Bucarest, cuyo origen es el realojo de las familias de los barrios de casas donde se levantó el Palacio, que fueron instaladas en pisos colmena pequeños donde no podían albergar a sus mascotas.

“Todos los rumanos somos fatalistas. La historia nos ha enseñado a sufrir. Nos ha preparado a la eventualidad de perderlo todo. Y aparte de esto, nos dividimos en idealistas y pesimistas. Los idealistas saben cómo debería ser Rumanía, pero al confrontar su visión con la realidad, viven amargados. Los pesimistas, por su parte, ni siquiera están amargados, sencillamente no albergan esperanza alguna”. Eso le explica un rumano a la autora, y tras leer este excelente libro, uno comprende por qué.

Corrupción, impunidad y pobreza

El siglo XX ha sido cruel con Rumanía, con escasas excepciones. Como, por ejemplo, la época de entreguerras, cuando Bucarest se convirtió en una ciudad modernista y a la vanguardia imitando a París. También la era de Ceauşescu tuvo sus momentos más apacibles. Cuenta la autora que entre los méritos más valorados por los rumanos del dictador estaba la sensación de abundancia y seguridad de los años sesenta y setenta. Por lo demás, el país conoció el fascismo pro-Eje durante la Segunda Guerra Mundial y la opresión comunista hasta finales de 1989. Lo que vino después estuvo lejos de las expectativas, y aun hoy, pese a formar parte de la Unión Europea, es un país con unos niveles de corrupción, impunidad y pobreza intolerables.

Quizá eso explique que, como cuenta Rejmer, “en 1999, en una encuesta a la opinión pública, se preguntó a los rumanos quién había perjudicado más al país durante el siglo XX. Quedó en primer lugar Nicolae Ceauşescu. En la misma encuesta también se les preguntó quién había beneficiado más a Rumanía. Quedó en primer lugar Nicolae Ceauşescu”. Y abundaba: “Hasta el 46% de los ciudadanos tienen un recuerdo positivo del periodo de gobierno de Ceauşescu”. “Solo el 2% asocian los tiempos pasados con la miseria. Hoy muchas personas dirán sin pensárselo dos veces que las cosas nunca han estado tan mal como ahora”. Ciertamente inquietante y preocupante para un observador europeo.

“Tengo la impresión de que Bucarest es una ciudad de personas que no quieren recordar el pasado y a las que, sin embargo, el pasado asalta a cada paso”, escribe Rejmer. “El pasado se manifiesta en las costumbres humanas y en la desconfianza aprendida, en la basura que se acumula en las calles, en los céspedes que recuerdan a ceniceros, en los torrentes secos de escupitajos y en los amasijos de excrementos de perro en las aceras”.

Bucarest es una crónica triste y demoledora por momentos, pero tan fascinante como el país y la ciudad que retrata.

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Comentarios

  • Monica

    Por Monica, el 14 junio 2019

    «Ceauşescu el mando un decreto que prohibía de forma severa abortar» – ¿En España si se podía abortar con Franco no? Galardón quería prohibir el aborto, vox quiere prohibir el aborto. Yo alucino con este reportaje sobre Ceaușescu y todas las barbaridades se cuenta en el, describiendolo como si fuera el malo de la película, pero es fácil comentar si no has vivió ahí.

  • Costi

    Por Costi, el 14 junio 2019

    Buenas tardes
    Señor Maldonado, no se crea todo lo que pone en esas novelas/biografías que escriben hoy en día cada vez más pseudo-escritores.
    Indaga un poquito más para este tipo de artículos.

  • Catalin

    Por Catalin, el 15 junio 2019

    Yo sí que he vivido esta época.Tenia 16 años cuando la » Revolución» acabó con la vida del matrimonio Ceaușescu.Era tan malo como lo describe algunos? Yo les aseguro que no.La gente vivía tranquila.Casi todo el mundo tenía su trabajo y nadie tenía la desesperación de conseguir más y más dinero como por ejemplo hoy dia.Cuando una pareja se casaban solicitaban un piso y el estado le concedían un piso con un alquiler muuuuy económico.Podrian vivir toda la vida sin que un fondo buitre les quiten su casa.Los alimentos principales:pan ,aceite,azúcar se podrían comprar en base a una cartilla mensual.Y no podrías comprar una gran cantidad.Pero yo me acuerdo que con lo que tenías derecho de compra era más que suficiente y todo era muy barato.Hoy día puedes comprar lo que te da la gana pero no hay dinero y los precios están por las nubes.No existía televisión por cable y nada por estilo.Solo televisión estatal con 3 horas de programación .Eso sí que era malo.No podrías salir del país sin un permiso especial….otra cosa mala…No tenías posibilidad de comprarte un coche por alto precio y por falta de financiación….malo….o talvez no…menos contaminación.En conclusión señores,nada es como pintan el régimen comunista.Lo único que les digo es que se vivia mejor que hoy día con diferencia….

  • Ale

    Por Ale, el 15 junio 2019

    pues Si , superficial , un montón de chorradas , cómo lo negativo y escandaloso vende más no sois capaces de relatar cosas positivas y constructivas …

  • Brigida Gualde Estelle

    Por Brigida Gualde Estelle, el 15 junio 2019

    Monica, me parece que el autor de este escrito ha elegido la severa prohibicion del aborto y sus presuntas consecuencias sociales porque piensa que es importante. Puede que sea porque le parece relevante en estos tiempos en que muchos politicos estan tratando de privar una vez mas a las mujeres de su derecho al aborto.
    Ademas, Antonio Maldonado no habla del libro de un libro de Margo Rejmer, cuyo titulo y subtitulo, evidentemente, no fueron elegidos por el si no por la autora de el libro. Y el parrafo referente a la encuesta de 1999 comentado en el libro, da una version mucho mas balanceada que la de «el malo de la pelicula», no te parece?

  • Dorin

    Por Dorin, el 15 junio 2019

    Estas usted muy confundido senor Maldonado.
    Es muy facil hacer comentarios por escrito sin comprobar si son verdaderos.
    En Rumania si hay gente pobre igual que en Espana, pero creo que usted no tienes ni la menor ideea de como se ha vivido en Ro teniendo cuenta de su edad.

  • Mihai

    Por Mihai, el 16 junio 2019

    Hola,jajajaj los capitalistas no quería a Ceausescu,por que??? Pues el »dictador’quieria hacer FMI en Rumania,y este pais con gran historia en Diciembre 1989 no tenia deuda con nadie,por estos hechos Ceausescu no era Bienvenido en Europa de vest!!!Los rumanos son muy trabajadores y muy inventivos.Ellos han descubierto la insulina y anualmente 4millones de persona estan mas cerca por que los rumanos han hecho los motores de aviones con reactores,los americanos tiene un deporte muy bonito basseball,que los rumanitos lo inventaron se llaman «oina»!!! VLAD Tepes Dracula todos los Rumanos te saludan!!!

  • AScom

    Por AScom, el 18 junio 2019

    todo la pura verdad, los que comentais por aqui no tienes ni puta idea.Tienes que leer toda la historia de Ceausescu hasta su ultimo dia,lo que hablais aqui solo haces un resumen de los últimos años de Ceausescu.Tienes que ir mucho mas atras para ver las atrocidades de este dictador.

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