Jaime Chávarri lleva al teatro nuestros 300 pensamientos diarios sobre sexo

Una imagen de 'La Ronda', obra dirigida por Jaime Chávarri en los Teatros Luchana.

Una imagen de ‘La Ronda’, obra dirigida por Jaime Chávarri en los Teatros Luchana.

Una imagen de 'La Ronda', obra dirigida por Jaime Chávarri en los Teatros Luchana.

Escena de ‘La Ronda’, obra dirigida por Jaime Chávarri en los Teatros Luchana de Madrid.

“El acto sexual es como comer o beber”. “El sexo y la psicología humana son dos cosas que van unidas”. Frases del director de teatro y cine Jaime Chávarri, a propósito de la obra que está llevando a los Teatros Luchana de Madrid, ‘La Ronda’. Diez escenas en las que diez personajes de distintas escalas sociales se van acostando. Una pieza tan escandalosa que a menudo ha sido censurada.

Y añade: “Por eso el sexo se presenta como una de las mejores herramientas de las que disponemos para indagar más a fondo en la psique humana, para entendernos mejor”.

Arthur Schnitzler ya se percató de esto a finales del siglo XIX y lo plasmó en 1897 a la perfección en su obra de teatro La Ronda. En ella, el escritor austriaco sometía a diez personajes de escalas sociales distintas al cortejo y al posterior acto sexual, con el fin de crear un reflejo de la sociedad. Ahora Chávarri la ha recuperado, reinterpretándola con cierta libertad y sin censuras. Una obra muy controvertida en su momento, que llegó a estar censurada más de 20 años, y que es rescatada en estos momentos de puritanismo en las tablas de los Teatros Luchana de Madrid.

Vuelves a las tablas con una obra muy controvertida.

Sí. Es una obra hecha con muchísimas ganas, con muchísima juventud, a la que yo todavía aporto un poco (risas), y también un texto muy poco representado, muy poco conocido, porque tuvo siempre muchos problemas. Es una de las obras malditas del teatro. Una obra muy amarga, muy dura, en la que no hay buenos ni malos. Se trata de una función sobre el cortejo, llevada desde la mecánica de los animales a los seres humanos. Cómo cada uno consigue sus objetivos a través de la utilización de sus puntos fuertes. Y un estudio de la psicología humana a través del sexo.

¿Por qué te interesaba analizar la psicología a través del sexo?

Porque me interesa el sexo. Me ha interesado toda la vida. Y la psicología humana también. Hay una famosa carta de Freud que le envió al escritor cuando leyó la obra ya que, aunque no se representó, tuvo muchísimo éxito su publicación. Freud no le conocía, pero tenían pensamientos en los que coincidían. Nunca se había hecho antes una obra exclusivamente de sexo. Al final de las escenas, lo que pasa es que los personajes se van a la cama. Y era la única en la que se trataba el tema tan directo y de manera tan explícita. Lo que más llamó la atención fue la crítica social que había detrás, ya que trató de hacer una especie de vodevil; un vodevil a lo bestia. La obra tiene 10 escenas en las que 10 personajes de distintas escalas sociales se van acostando y todos al final están conectados de alguna manera.

Pero qué crees que aporta el sexo a la hora de indagar en la psicología humana.

Yo creo que son cosas que van unidas. El sexo es como comer y beber. Alguien dijo que tenemos unos 300 pensamientos sexuales al día. Hay cosas que están en el instinto humano, como la mera supervivencia. También tiene unas connotaciones estéticas, afectivas, eróticas, poderosas… es muy difícil de separar la psicología del sexo.

Este análisis de la psique humana se aborda, como decías antes, a través de la interacción de clases en el terreno sexual. Intenta abarcar el completo de la sociedad.

Eso fue uno de los motivos de que causara tanto escándalo. Hay escenas que a día de hoy y gracias a una mirada retrospectiva, hacen que la obra tome cariz de comedia. Por ejemplo, las relaciones con la criada. En esa época, las criadas convivían en la casa y durante mucho tiempo fueron las maestras sexuales de toda una generación de pijos. Eran muy importantes. Esto a los actores les divertía mucho, ya que nunca lo habían oído, no lo habían conocido.

Al realizar esa mirada retrospectiva, ¿te has permitido alguna variación del original?

Lo que nos pasaba con el texto es que, al tratarse de un tema de época, le daba ya un tono de comedia que nos interesaba, que nos gustaba. A partir de la mitad para adelante, el texto se vuelve muy duro, pero duro en el sentido de que no sabía muchas veces de qué trataba. Por eso lo hemos reescrito, manteniendo los personajes, pero dándoles un carácter más especial. Por ejemplo, hemos incluido a una mujer que ha cambiado de sexo.

Una obra tan directa, prohibida en su tiempo… ¿Cómo crees que afectará al público en estos momentos de puritanismo?

Yo creo que el puritanismo a día de hoy es diferente: ahora es de corrección política, no es tan hipócrita. Es como reacción a algo que realmente está mal. No creo que el enfrentamiento sea contra el sexo en sí, aunque debemos denunciar que cualquier sexo sin consentimiento es violencia. Aun así, no creo que el hecho de que no haya un sí explícito…, yo creo que eso entra dentro del terreno de la seducción. Esto hay que trabajarlo. Esto vale tanto para los hombres como para las mujeres. No hablo de violación, pero el sexo es un juego y a todos nos gusta jugar en este ámbito. El único problema que veo son las falsas denuncias.

Te estás metiendo en un terreno fangoso…

No creo que sea fangoso. Para mí es muy interesante.

Antes también me comentabas que has recurrido a un elenco de actores jóvenes. ¿Qué diferencias aporta a la obra?

Yo creo que le da un aire de frescura. Yo lo asumo. A mí lo que me interesa es ver su entusiasmo, ver el duro trabajo que han realizado. Ellos se encargan de todo: la organización, el vestuario, el decorado… Eso yo no lo había hecho nunca y es muy divertido.

Tu última película fue en 2005, ¿por qué abandonaste el cine?

Llevaba mucho tiempo dando clases cuando hice mi última película. 20 años creo. Y me gustaba muchísimo. Más tarde empezó la crisis, los productores con los que yo trabajaba mueren y se empezó a hacer un cine que a mí no me interesaba. Por otro lado, tampoco me llamaban, porque estaba llegando una generación más joven que cobraba menos. Me propusieron un par de proyectos muy grandes, en la India e Israel, pero los acabé abandonando. Entonces fui consciente de que el cine que hacía mi generación no se iba a hacer más. Creo que me retiré en el mejor momento.

¿Qué diferencia ves entre el cine de tu generación y el actual?

El cine de mi generación iba a todos los festivales. Yo he ido al de Cannes con mi peor película. Y ahora no van las que se supone que son buenas. A día de hoy, el cine no se podría sustentar si no fuera por las televisiones. El problema es que el nivel ha bajado muchísimo. Por un lado es indispensable; pero por otro, por calidad…

(Y prefiere cerrar la entrevista en puntos suspensivos, aunque su cara ya lo dice todo).

La Ronda’ se representa en los Teatros Luchana de Madrid  los días 10, 11, 17 y 24 de junio, a las 18.45 h.

Jaime Chávarri en el suelo con el elenco de 'La Ronda'.

Jaime Chávarri, en el suelo, junto a las actrices y actores de ‘La Ronda’.

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