La poesía árabe de vanguardia de Iman Mersal

Iman Mersal

Iman Mersal

Iman Mersal.

Hoy, ‘El Asombrario’, fiel a sus principios de indagar en el descubrimiento de otras voces, se detiene en la poeta Iman Mersal. En medio del autoritarismo del Egipto de Mubarak, surgió un movimiento vanguardista árabe. Nacía en el seno del desencanto de una generación de poetas denominada “del 90”. En ella hay que incluir a Iman Mersal, el arte por el arte, la poesía como modo de vida. Su poesía relata el viaje entre sus días en Egipto y los actuales en Occidente: un libro de instrucciones para la vida, una cura ante el olvido a la manera de un largo proceso de aprendizaje.

Por MYRIAM SEDA

En los paisajes nevados de las montañas canadienses, Iman Mersal piensa en la arena caliente del desierto. Desde que naciera en los 60 en el Delta del Nilo, esta poeta egipcia ha pasado por multitud de paisajes hasta llegar a Edmonton, Alberta, donde trabaja como profesora de Literatura árabe y estudios de Oriente Medio en su universidad.

En sus años universitarios en Mansura (Egipto), fundó y editó con algunas compañeras la revista feminista Bint al-Ard (Hija de la tierra), en la que daba a conocer los textos de jóvenes creadoras. Ha publicado cinco poemarios: Un pasillo oscuro que permite aprender a bailar (1995), Caminar cuanto sea posible (1997), Caracterizaciones (1999), Geografía Alternativa (2006) y Hasta que renuncia a la idea de hogar (2013). La mayoría de ellos han sido traducidos al inglés, francés, alemán, español, holandés y hebreo.

En medio de las desigualdades y el autoritarismo imperante en Egipto bajo el régimen de Mubarak, surge un movimiento vanguardista árabe. Nace en el seno del desencanto de una generación de poetas denominada “del 90”, en la que Mersal se incluye. Juntos, configuraron un nuevo género poético llamado qasidat al-nathr o poema en prosa. Este estilo es considerado heredero del poème en prose francés, que tuviese en su día a las Iluminaciones de Arthur Rimbaud o El spleen de París de Charles Baudelaire como algunos de sus grandes exponentes. La prosa poética aparece un siglo después en la literatura árabe para desligarse de la ostentación de su poesía tradicional. Atrás quedan las exuberantes rimas y la cuidada métrica de obras como El collar de la paloma de Ibn Hazm (Era flecha mortal y se tornó vida / Era veneno y se tornó curación), un horror vacui lírico que podría compararse con la complejidad de los detalles de la arquitectura islámica. Con la reforma, se da paso al elogio del retrato sencillo y cotidiano de las cosas, buscando lo poético y lo esencial en lo mundano. Un modelo que ha terminado por asentarse como una constante en la poesía árabe moderna.

Mersal ha repetido en numerosas ocasiones que no es una exiliada: es una inmigrante. A diferencia de algunos de los grandes referentes en la poesía árabe como el palestino Mahmud Darwish y el sirio y aspirante al Nobel de Literatura Adonis, en sus poemas no se alza una voz de protesta. Sí, nos habla del hogar y la familia y su imaginario está salpicado de un claro legado cultural, pero asegura que su escritura no nace expresamente de la nostalgia, sino de ella misma, del arte por el arte, la poesía como modo de vida.

La añoranza y la constante comparación de un sitio con el anterior, una enfermedad común entre todos los que dejan su tierra atrás, no pasaron de largo para la poeta egipcia. Cuenta que a veces se despertaba en mitad de un sueño surrealista en el que era espectadora de un trasiego de lugares, personas y lenguas. Temerosa de caer en el sentimentalismo para expresar las emociones que le provocaban su vida nueva, guardó silencio durante los cinco primeros años de su llegada al continente americano, en los que no escribió un solo verso: “No empecé a ver las cosas de otra manera hasta que volví a vivir en Egipto por un año. Me di cuenta de que simplemente nunca podría volver a casa. Empecé a escribir Geografía alternativa en cuanto regresé a Canadá”.

El poemario Geografía alternativa, publicado en español por la editorial Libros del aire , supone un punto de inflexión en su estilo. Recoge los textos más significativos del viaje que emprende entre su vida pasada en Egipto y la actual en Occidente. Sin llegar a ser una mediadora entre un lugar y otro, se observa, verso a verso, la construcción de una nueva identidad que fusiona elementos de ambas culturas. Los actos más mundanos del día a día son testigo de ello, como en el siguiente poema:

DR LEVY

Me dice que nunca olvidará a aquellos enfermos que sufren en diferentes lenguas.

Yo le digo que su tratamiento no respeta la existencia dividida en dos

Y que él nunca experimentó el infierno que supone observarse a uno mismo

Desde el tragaluz de su propia pared.

Si el Dr. Levy hubiera sido egipcio, se habría convertido en una estrella de cine.

Si yo no hubiera dejado de ser egipcia, me habría enamorado de él.

Pero él se marchó de Rusia por razones económicas, de Israel

Por razones morales y de Sudáfrica por razones sentimentales.

Parece que él también sufre en diferentes lenguas.

La poesía de Iman Mersal es una cura ante el olvido a la manera de un largo proceso de aprendizaje, como la sabia enseñanza de la madre que inculca en sus hijos el valor del perdón y la reconciliación con uno mismo: tus palabras se desploman con sus sinónimos y sus antónimos: religioso y laico, origen / y actualidad, tradición y modernidad, velos y adornos.

Carolyn Forché, traductora al inglés de la poeta, define su escritura como manual de supervivencia, y puede, definitivamente, considerarse como tal: un libro de instrucciones para la vida desde la experiencia de una mirada que, como el milenario sol egipcio, ilumina y da esplendor al paso de los días.

Terminamos con un vídeo de la autora leyendo uno de sus poemas en su propia casa; no hay nada como la experiencia directa de escuchar un poema en labios de su creadora.

PARECE QUE HEREDÉ LA MUERTE

Después de volver con pasos adultos
de enterrar a mi madre,
dejándola criar a sus gallinas en un “misterioso” lugar,
Tenía que proteger la casa del espionaje de los vecinos.
Me acostumbré a sentarme en el umbral de la puerta
a la espera de la heroína de la radionovela
que siempre ha sido perseguida.
Y en el día en que mi amiga consiguió el visado
para poner a prueba su cuerpo en otro continente-
aunque ella no olvida sus cigarrillos en mi mesa,

como de costumbre-
Adquirí la certeza de que fumar es una necesidad.
Empecé a tener un cajón privado
y un hombre secreto
que solía ser su antiguo amante.

También,
cuando los médicos no lograron encontrar un riñón
que el cuerpo de Osama no rechazase-
Osama
de riñones deshilachados
porque él reprimía su amargura con una apariencia elegante-
Tal vez empiece a usar su pulgar firmemente para hacer valer mi presencia
en las conversaciones…

Parece que heredo los muertos.
Un día
después de la muerte de todos los que amo,
Me sentaré sola en una cafetería
sin ningún sentimiento de pérdida,
porque mi cuerpo es una enorme cesta
donde todos los que se van
dejar caer las cosas
que llevan sus huellas.

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

Comentarios

  • María Encarnación Ríos Collazo.

    Por María Encarnación Ríos Collazo., el 13 mayo 2020

    Tan disfrutable el artículo. Lo encuentro fresco y luminoso, como tiene qué ser lo que nutre los días de la mujer añosa que soy. Muchas gracias.

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.