Madrid no es la misma hoy

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Fotografía: MANUEL CUÉLLAR. Imagen tomada este verano en el madrileño barrio de Latina

No es ninguna novedad. Creo que todo el mundo que me rodea conocía mi opinión sobre la candidatura madrileña a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, tras la euforia momentánea de la eliminación, me invadió un temor. Empecé a leer mensajes de familiares y amigos, de personas a las que quiero y admiro, que lamentaban la derrota, que creían en todo lo beneficioso que sería celebrar unas Olimpiadas en Madrid. Entonces dudé. ¿Qué me pasa? Si siempre empatizo con el perdedor, ¿por qué me satisface la eliminación de Madrid? ¿Acaso sufro el extraño síndrome de Schadenfreude y me alegro de la desgracia ajena? Para mi tranquilidad, ahora sé que no.

Si bien no soy un gran aficionado al deporte, estar en contra de unos Juegos Olímpicos es un proceder tan imbécil como el de estar en contra de la entrega de los Goya o de la celebración del Orgullo LGTB. De hecho, no sentí este rechazo social a la candidatura española en las anteriores convocatorias de 2005 y 2009. Quizá sea porque Madrid no es la misma hoy que hace ocho años. O tal vez fuera la misma pero entonces nos tenía sedados y ahora hemos despertado.

“Creemos que España debe invertir sus recursos económicos en materias más importantes que los Juegos Olímpicos”. No lo digo yo, lo dice un miembro del COI, Nawal El Moutawakel. Conste que no pienso que el COI sea un manantial de buenas intenciones. Opino que el día que alguien ‘tire de la manta’ del COI, el caso Matas-Urdangarín nos va a parecer un intercambio de cromos.

Sé que hay gente que considera que son dos discursos diferentes, que nada tiene que ver la lucha por nuestros derechos con la celebración de unas Olimpiadas, que hablar de invertir los millones previstos para infraestructuras en sanidad, educación o dependencia es demagogia. La manía que le estoy cogiendo a esa palabra. Para mí son cifras. Si se habían conseguido 1.500 millones para Madrid2020, ¿por qué no reinvertirlos en Madrid 2013? ¿O es que a las empresas patrocinadoras –que a cambio de su ‘colaboración’ lograban importantes beneficios fiscales- no les interesa generar empleo? ¿O es que con ese dinero no se pueden contratar más profesores o más médicos? ¿Por qué endeudarnos más por unos Juegos Olímpicos es más comprensible que hacerlo por invertir en investigación científica o en cultura? Una ciudad también se caracteriza por sus prioridades.

Por supuesto que la celebración de unas Olimpiadas son importantes para un país y para la ciudad anfitriona. Y la celebración del Orgullo y, si me apuran, hasta unas Jornadas de la Juventud. Si todo lo vemos desde el punto de vista de una persona que nos visita y se gasta su dinero en Madrid, no lo dudo. Sin embargo, no creo que Londres tenga más visitas ahora que desde que fue sede de los Juegos Olímpicos. Me cuesta creer que las grandes metrópolis tengan problemas de proyección internacional. Solo la inestabilidad social podría poner en peligro ese estatus pero viendo como reaccionamos a cada noticia del caso Bárcenas, tampoco es el caso. La revolución económica de unas Olimpiadas solo sucede en ciudades que necesitan un lugar en el panorama turístico mundial (léase el caso de Barcelona o Los Angeles). Para ciudades como Berlín, París o Madrid, ese beneficio es relativo. Si Londres no ha sido capaz de rentabilizar sus últimos juegos, ¿qué razones se manejaban para creer que Madrid sí? Que se lo pregunten hoy a Atenas, ciudad anfitriona de las Olimpiadas en 2004.

La celebración de unos Juegos Olímpicos es un negocio. Como todo en este sistema. Lo que me sorprende es que ese sea el argumento rabioso de la derecha mediática ante la eliminación de Madrid. Supongo que si nos hubiesen elegido, ese negocio estaría fenomenal porque iba a alimentar algunos bolsillos durante siete años.

Aún analizo la ingenuidad con la que somos capaces de valorar el trabajo de nuestros gestores. Acabamos de conocer toda una trama de sobres, cohecho y comisiones, estamos pagando las consecuencias de una burbuja inmobiliaria y, de repente, el espíritu olímpico nos nubla la razón. Les confieso que en este 2013 oír hablar de Madrid2020 me provocaba sospechosas asociaciones de ideas. Pensaba en nuevas burbujas relacionadas con el ladrillo, en instalaciones deportivas infrautilizadas, en deuda pública, en tráfico de influencias, en empresas que patrocinan a cambio de algo más que su logo en una valla publicitaria,… ¿Estoy paranoico?

Simplemente un dato para que comprendan mi absoluta fe en nuestros gestores. La delegación de Estambul estaba compuesta por 80 personas. La de Tokio por 100. La de Madrid trasladó a 180 personas. Sería capaz de reproducir aquí las conversaciones telefónicas de todos organizando el viaje a Buenos Aires, pagado con el dinero público de una ciudad que había logrado reducir el gasto en 1000 millones a costa de menos profesores y privatizar hospitales. No es demagogia. Es sentido común.

Puedo entender las voces que reclaman que Madrid no merecía perder. ¿Y quién lo merece? ¿Estambul? Abandonar, especialmente cuando te echan, siempre es frustrante y Madrid es mucho más que sus políticos. Pero si se fijan, la candidatura estaba respaldada, fundamentalmente, por políticos. Eso sin entrar a valorar que las ayudas y las becas a los deportistas españoles se habían reducido en un 34% en una demostración de apoyo al deporte. Si Madrid hubiese ganado, la intención era olvidar ese recorte e invertir en los deportistas. Solo ese argumento ya deslegitima a la clase política que defiende la candidatura.

Frente a todo este panorama, el nivel de inglés de Ana Botella me parece una anécdota. Humillante, pero anécdota. Si yo fuera miembro del COI podría pensar que una ciudad que ha elegido a esa alcaldesa no puede albergar unos Juegos Olímpicos. Pero claro, a ver quién es el guapo que le explica al COI que a ella nadie la ha elegido.

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Comentarios

  • Ricardo

    Por Ricardo, el 10 septiembre 2013

    La optencion del #Madrid2020 como sede olimpica, era la guinda que pretendían Rajoy, Botella y toda la directiva del PP ponerle a la tarta de sus logros (según ellos) y con ello acallar los casos Gurtel, Barcenas, etc… Pero el COI puede que sea tonto, tal vez, pero no imbécil. Un país que recorta salarios, prestaciones laborales, sanidad, educación, i+D+i, pensiones, y que aún así mantiene una enorme deuda estatal, no puede gastar a la ligera otros 2.000 millones de € en adecuar instalaciones deportivas de muy difícil uso y rentabilidad posterior. Véase el caso de la Caja Mágica. Lo de Madrid, aunque nos duela, ha sido una decisión correcta. Y ahora a ver si solucionamos los miles de juicios pendientes, que se diría que hay interés en alargar por años los temas co el fin de que todo transcriba.

  • Mnur

    Por Mnur, el 11 septiembre 2013

    Creo que la supuesta euforia era más mediática que real. Ni yo ni los madrileños que me rodean en el día a día queríamos los JJ.OO y dudo mucho que seamos ninguna excepción cuando el día anterior a que se anunciara el ganador un canal de televisión buscaba entrevistados en la Plaza de la Independencia y les aleccionaba con lo que tenían que decir. Más allá de los votantes del PP, no solo no he visto ninguna euforia sino un expreso deseo de que Madrid no resultara ganadora. La candidatura de Madrid era el enésimo pelotazo de los sospechosos habituales para hacer caja a costa del erario público. Hacer caja manteniendo la ciudad como está sin el más mínimo atisbo de rediseño urbanístico. Olimpiadas sí, pero jamás gestionadas por los restos del tardofranquismo. ¿Unos JJ.OO con el sello Gallardón y la organización de Ana Botella y un sujeto que va diciendo públicamente que «Dios estaba con Madrid 2020»? ¿Pero es que estamos gilipollas? ¿Qué queremos? ¿A Norma Duval haciendo de cabaretera en la ceremonia de inauguración? Venga ya. Si una sola persona que no sea votante del PP ha sido capaz de apoyar esta candidatura es que ni con sobres ni con Gurteles se han enterado «de la misa la media». Es muy gracioso reírse de Ana Botella hablando inglés, pero que nadie olvide que esa persona no hablaba en su nombre, estaba representando y proyectando la imagen de esta ciudad ante el mundo. Si yo fuera miembro del COI jamás votaría a una candidatura que me provocase vergüenza ajena. La imagen que se ha dado de Madrid ha sido una puta vergüenza y eso sí tiene repercusiones internacionales.

  • ateo

    Por ateo, el 11 septiembre 2013

    Todos los ignorantes que pensaban que éramos únicos e incuestionables se han topado con la cruda realidad. El mundo es más complejo y diverso que el estrecho y absurdo mundo de la propaganda del PP que nos tiene secuestrados en un mundo irreal en donde la bajada del paro del !31 personas¡ es un éxito rotundo de las políticas neoliberales. http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2013/09/la-derrota-de-la-candidatura-de-madrid.html

  • nickenino

    Por nickenino, el 11 septiembre 2013

    Pan para hoy e infraestrucuras vacías e infrautilizadas para mañana. Véase el ejemplo de las expos de Sevilla y, sobre todo, Zaragoza, o la cantidad de museos tristemente vacíos que hay por toda España por falta de financiación, o la misma Caja Mágica que se utiliza una vez al año. El crecimiento debe ser de base, ayudando a formar colectivos que practiquen y fomenten el deporte, no solo a nivel profesional, y de ahí es de donde surge una verdadera y real fuerza ciudadana. Eso no se consigue recortando el apoyo institucional al Deporte.

  • Yo

    Por Yo, el 12 septiembre 2013

    Me han parecido muy brillantes algunas partes de tu discurso como : «a revolución económica de unas Olimpiadas solo sucede en ciudades que necesitan un lugar en el panorama turístico mundial (léase el caso de Barcelona o Los Angeles). Para ciudades como Berlín, París o Madrid, ese beneficio es relativo.»

    Casi nadie tiene los arrestos como para decirlo, no obstante Madrid está fuera de los circuitos turisticos habituales internacionales. Salvo para el que Madrid es su destino.

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