Penélope Cruz vuelve a los Goya: una historia de cuando tenía 20 años

La actriz Penélope Cruz fotografiada por Victoria Iglesias.

La actriz Penélope Cruz fotografiada por Victoria Iglesias en 1997, cuando rodaba ‘La niña de tus ojos’, de Fernando Trueba.

Esta noche se celebra la gala de los Goya 2019 en Sevilla. Penélope Cruz es una de las nominadas a mejor actriz protagonista por ‘Todos lo saben’, junto a Susi Sánchez, Nawja Nimri y Lola Dueñas. La reportera gráfica Victoria Iglesias recuerda cómo fue aquel primer encuentro, cuando la actriz, adolescente, se presentó en la Redacción de una revista para un casting como modelo de una sesión de joyas, y cómo fue el rodaje de ‘La niña de tus ojos’, cuando Pe contaba 23 años. “Al principio, cuando la vemos, a mi jefe no le parece gran cosa; pero cuando empezamos a pasar las páginas de su libro de fotos comprobamos que la transformación es espléndida. Realmente es bella, y simpática, de ojos negros y brillantes”.

Madrid se trabaja por arriba si aprietas los pasos en el asfalto; y por debajo si abres los pulmones y respiras el aire embutido en las líneas del suburbano que atrapan el ruido, la multitud y las luces blancas amarillentas. Madrid no te tira si te agarras bien a las barras mientras el vagón avanza con su traqueteo, pero te tienes que sujetar como lo hacemos los recién llegados, estupefactos, en los viejos compartimentos para no ser escupidos en la frenada chirriante; como la cafetera usada que deja escapar un tumulto de cabezas cuando llega el punto de ebullición y reparte ese aroma a óxido y humanidad, recién levantada, que se despereza.

La primavera hace el Metro más amable (me digo cuando me faltan apenas unas paradas para llegar a mi destino de la línea roja), más cómodo; aunque después del invierno nada es tranquilo en la época en la que salen de su larva las mariposas y aletean en tu vientre sin previo aviso. Llevo poco tiempo viviendo en Madrid y a veces me siento como una liebre, inquieta, libre; pero… que ha perdido el instinto y no reconoce su guarida. Y quién sabe lo que te va a suceder cuando apenas tienes los 20 y una camisa blanca recién estrenada; y una colonia que huele a hierbas de la campiña francesa, una barra de labios de color carmín, una falda corta celeste, una Nikon en la mochila…, un recién estrenado trabajo.

Sí, en realidad este es el punto al que quería llegar desde la primera palabra de este texto.

Pero yo no soy la protagonista, es ella:

A mi lado unas chicas hablan sin parar (puede que fueran tres). Una es muy rubia ( y aparentemente se cree la ganadora) y la otra morena de pelo largo, delgada, menuda… y rasgos estilizados; menos llamativa, pero más sofisticada. Esta lleva una carpeta bajo el brazo y sigue la conversación alegre de las amigas que entre risas y aspavientos se despiden de ella cuando llegamos a Príncipe de Vergara, casualmente también mi parada.

Ya en la superficie la vuelvo a encontrar en la salida viendo que se dispone a coger mi mismo camino. Desde la calle Alcalá se desvía hacia Antonio Acuña como yo. Y dejando la esquina del VIPs a la izquierda cruzamos a la altura del semáforo hacia los números pares de O’Donnell. Va unos pasos por delante con vaqueros, camisa suelta y zapatillas. Se mira fugazmente en el escaparate de un concesionario de coches, donde sé que hay un espejo en una de las columnas… Y es que también yo suelo mirarme en ese mismo punto justo antes de llegar a mi destino: el portal número 12. Es el Grupo Z donde ahora mismo la chica está entrando.

La dejo atrás, en el hall, donde ella tiene que identificarse mientras yo voy directa a mi revista.

Subo a la sexta planta: “Buenos días, buenos días…”.

La moqueta verde y los fluorescentes blancos, ocultos tras los reflectores de rejilla en el techo, me empiezan a parecer acogedores. Huele ya a tabaco mezclado con perfume, y a café de la máquina… (oí ruido de las monedas al salir del ascensor).

Romero, el dire, lleva un vasito pequeño de plástico humeante camino del despacho. En la esquina, a la derecha, Teresa se limpia las gafas. Múgica cruza la Redacción con un lápiz en la mano que lleva a su boca, y me saluda. Todavía, al fondo, en mi sitio, no está encendida la mesa de luces. Vico llega detrás de mí, en ese momento, y coloca su chaqueta en el perchero. Dos fotógrafos entran… Todos, o casi todos, estamos en nuestro sitio, más o menos, a las 10 de la mañana, cuando ya se escucha alguna máquina de escribir.

Cinco minutos después ella aparece por la puerta, de nuevo ante mi sorpresa, ya que en el edificio hay cinco plantas más de publicaciones y revistas. Pero nosotros hoy tenemos que elegir una modelo para una sesión de joyas, me dice Vico.

Al principio, cuando la vemos, a mi jefe no le parece gran cosa; pero cuando empezamos a pasar las páginas de su libro de fotos vemos que la trasformación es espléndida. Realmente es bella, y simpática, de ojos negros y brillantes. Se puede decir que en muy poco tiempo, pero revisando una y otra vez su book, la elegimos. La sesión en el estudio se hará mañana. Deja el contacto de la agencia de modelos y se marcha.

Ella es Penélope Cruz, pero no lo sabe, ni yo tampoco, de momento. A ver si me entienden…

Un año después le hice mis primeras fotos. Pero fue en 1997 cuando viajé a Praga para la cabecera de Paris Match en España, para fotografiarla nuevamente durante el rodaje de Fernando Trueba: La niña de tus ojos. La película se estrenó en noviembre de 1998 y por ella Penélope obtuvo su primer Goya como actriz protagonista.

En un parón del rodaje… Neus Asensi, Loles León, Penélope, Antonio Resines y Jorge Sanz esperan sentados, cansados y muy aburridos alrededor de una gran mesa blanca que simula el comedor de los estudios de la UFA en Berlín. Sobre todo es Resines el que parece más serio e incluso enfadado. Loles y Penélope reposan su cara en la palma de la mano con los ojos perdidos. En un momento, Cruz se anima y estira su brazo para coger un sobre que hay en el otro lado de la mesa… Lo abre y después hace como que saca una tarjeta que con voz nasal, aniñada y aguda lee en alto: “… y el Goya al mejor actor protagonista es para… ¡¡¡Antonio Resines!!!”. Este mira entonces de forma socarrona y el ambiente se despereza. Cinco minutos después se reanuda el rodaje.

Hoy ella vuelve a ser nominada como mejor actriz protagonista en los Goya 2019 con la película del director iraní Asghar Farhadi: Todos lo saben. Lo que no sabemos es si el sobre llevará por dentro escrito el nombre de Penélope Cruz, y se levantará el patio de butacas.

Asghar Farhadi, director de 'Todos lo saben', película por la que está nominada Penélope Cruz. Foto: Victoria Iglesias.

Asghar Farhadi, director de ‘Todos lo saben’, película por la que está nominada Penélope Cruz. Foto: Victoria Iglesias.

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Comentarios

  • Luis

    Por Luis, el 04 febrero 2019

    Además de buenísimas fotos escribes muy bien!!

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