Pere Portabella: “Los europeos nos hemos cubierto de vergüenza”

El director de cine Pere Portabella.

El productor cinematográfico Pere Portabella.

El productor cinematográfico Pere Portabella.

“Siempre ha hecho cine para impugnar radicalmente, para denunciar la censura de las dictaduras, la instrumentalización ideológica de las subvenciones. Es el capital el que condiciona el cine”. Pere Portabella, 92 años, un aspecto y una vitalidad sorprendentes, una de las voces clave de la historia de nuestro cine, recibió el pasado fin de semana el Giraldillo de Oro en el 16 Festival de Cine de Sevilla.  

Aprovechó el acto de entrega del galardón para leer una carta de Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium Cultural hoy en prisión condenado por sedición. Y finalizó su intervención sentenciando: “Detrás del cuestionamiento de un referéndum hay un paternalismo insoportable, sencillamente el de que la gente no está preparada”.

Productor de Carlos Saura, Buñuel, Marco Ferreri…, director de películas magníficas que persiguen algunos de los más prestigiosos centros de arte del mundo, la actividad cinematográfica de Portabella es imposible, indisociable, incomprensible separada de su esencia política. Tuvo unos años dedicado a la política en Cataluña, fue miembro de la Asamblea de Cataluña en el 71, senador por el PSUC (se presentó como independiente), de donde pasó a Iniciativa per Catalunya Verds. Sigue sin flaquear en primera línea de compromiso.

En poco más de un año usted produjo ‘Los golfos’ de Carlos Saura, ‘Viridiana’ de Buñuel y ‘El cochecito’ de Marco Ferreri, ¿cómo sucedió aquello?

Yo estaba con los dadaístas y con las nuevas generaciones y conocía a Antonio Saura, que me habló de su hermano Carlos Saura y de un proyecto que quería hacer en las periferias de Madrid. El guion no me interesó, pero sí hacer cine fuera de las grandes ciudades. Con Los golfos fui a Cannes y allí me encontré con Buñuel. Decidimos que yo presentaría un guion suyo para que hiciera una película en España.

Viridiana.

Sí. Rodamos las secuencias más fuertes de Viridiana y no se las enseñamos a la censura, porque lo que yo pretendía era descubrir a la gente lo que era la censura. Con la película fuimos a Cannes y tuvimos un éxito brutal, ganamos la Palma de Oro. Pero el Vaticano se escandalizó y se quejó de que un país que tenía un concordato con ellos hiciera estas películas. El ministro de Asuntos Exteriores contestó que esa película nunca se había rodado en España.

Luis Dominguín pasó por la frontera las mezclas con el sonido entre los capotes de toreo y llegó con el coche a los mejores estudios de París. Alatriste se llevó el material a México y hoy es una película mexicana. Fue un éxito para mí porque lo que yo quería era la impugnación y el rechazo de todo esto.

¿Y ‘El cochecito’?

Me vino a ver un día Azcona porque quería hacer El cochecito. Marco Ferreri sobrevivía entonces vendiendo sanitarios y otras cosas. Con la película ganamos el premio FIPRESCI. Al final en la historia el personaje asesinaba a toda la familia, era un escándalo. Y con él llegaron los recortes, me quitaron la subvención de esta película y de Los golfos.

En Sevilla leyó usted una carta de felicitación de Cuixart. ¿Cuál es su postura ante lo que está pasando en Cataluña?

Es impresentable lo que pasa en Cataluña. Pero, además, también lo de la Unión Europea, eso es una catástrofe, un fracaso de todos los Estados. Se fundó sobre economía y política, la palabra ‘cultura’ desapareció y desaparecieron con ello todos los europeos y la diversidad. El Brexit, Italia, Austria, Nicaragua, el Norte de África… todo es una catástrofe.

¿Una UE incapaz de solucionar el problema de la inmigración?

Así es, incapaz. Con eso, los europeos nos hemos cubierto de vergüenza. Antes éramos el único modelo que había y ahora hemos convertido el Mediterráneo en un cementerio. Eso nos tiene que cubrir de vergüenza.

Veterano luchador antifranquista, siempre ha dicho que hacía cine contra las dictaduras…

Sigo contestando al sistema. Hago un arte que fusiona todas las artes y que tiene un lenguaje que no se entiende en el mercado. Hoy hay muchos menos espectadores, la mayoría son usuarios. Pero yo no compito. Doy mis películas a quien las mira. La vanidad no cabe aquí, aunque hay mucho paleto en mi entorno. La vanidad es un monstruo, es horrible.

¿Dónde está el cine de verdad hoy?

En la periferia, ahí es donde está la explosión de verdad. Fuera del control

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