Peris Romano, nunca a nadie le dio tanto de sí un miércoles

Foto: © Roberto Villalón

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Este madrileño de 35 años, que tiene algo del cantante Robbie Williams en la mandíbula y en su cuerpo empaquetado, es un hombre por ahora pegado a un miércoles. Coautor de la película ‘8 citas’, Peris Romano ha estado detrás de teleseries como ‘La sopa boba’, ‘Impares’ y ‘Yo soy Bea’; ahora ha logrado conectar con el público con su primera obra de teatro, que lleva ya más de 100 representaciones, ‘Los miércoles no existen’. Un plato cocinado a fuego muy lento, porque comenzó a prepararlo con 21 años.

– No sé si ha sido buena idea, Peris, quedar un miércoles, que no existe.

– Nada, me ha parecido perfecto. Cada vez pongo más citas en miércoles.

– ¿Qué haces un miércoles cualquiera? Por ejemplo, hoy, ¿qué planes tienes?

– Pues mira, últimamente, cuidar de mi hija, que tiene diez meses y todavía no va a la guardería; así que me quedo trabajando en casa.

– ¿Y los fines de semana, qué haces?

– Aquí enfrente, en el Lara (hemos quedado para la entrevista en la Librería Italiana, justo enfrente del teatro, en la Corredera Baja de San Pablo).

– La obra está teniendo mucho recorrido…

– Sí, hemos cumplido un año desde el estreno en El Sol de York y 100 funciones.

– ¿Por qué crees que conecta tan bien con la gente?

– Se identifican con las historias y los personajes. Sirve de espejo en el que muchos se ven reflejados.

– La mezcla de drama y comedia funciona bien, ¿no?

– Yo siempre quiero hacer drama; lo que pasa es que ahora vas a cualquier productora y te dicen: no, no, drama no queremos, queremos comedia; porque con la que está cayendo, la gente no quiere ir al cine o al teatro a deprimirse o a sufrir, prefieren un poco de alivio respecto a la vida cotidiana. La comedia se me da bien, y creo que contiene mucho de verdad; es lo que pasa en esta función, que te estás riendo, te estás riendo, y en el último momento se te congela la sonrisa. Fíjate que tengo amigos guionistas a los que les pasé el texto, y me decían: no lo hagas, no va a funcionar, no le va a gustar a la gente eso de que se estén riendo y que luego les metas el hachazo. Pero yo estaba convencido de que sí iba a triunfar, y el público me ha dado la razón.

– Tiene también otros dos ingredientes que, a mi modo de entender, últimamente encajan bien, a ver tú lo que piensas: montar un reparto de actores/actrices conocidos por haber hecho televisión, y componer un puzzle de historias cruzadas.

– Sí, por un lado está el reclamo comercial de ver a gente que estás acostumbrado a ver en la pequeña pantalla, y en teatro la barrera se quita y los tienes a pocos centímetros; eso resulta muy atractivo. Además, pasamos una época tan mala que la gente está acostumbrada a montajes de dos o tres actores, todo forzado a ser más pequeñito; y nosotros, con este elenco tan amplio, son seis actores multiplicados por dos, doble reparto, hemos conseguido ofrecer algo distinto y huir de esa sensación de precariedad, y eso el público lo nota y lo valora. Por otro lado, la estructura de historias cruzadas es muy agradecida; de hecho, esto nació como guion de cine; pero, en estos momentos, ir de productora en productora buscando financiación…, uf, preferí hacerlo en teatro.

– ¿Por qué esa originalidad y complicación del doble reparto?

– Pensé montar dos repartos para estar en dos pequeñas salas haciendo la función simultáneamente. En una, con un carácter más comercial; y en otra, con un tono más indie.

Los miércoles no existen plantea los conflictos de identidad de personajes que están entre los 30 y los 40. ¿Tú estás ahí?

– Tengo 35.

– ¿Y pasas por ese conflicto de identidad?

– Bueno, he de decir que esta es una historia que comencé a escribir con 21 años, que surgió a raíz de una novieta que tuve con 19.

– ¿Has estado 10 años cocinando la historia?

– Más, un poco más; y además, poquito a poco todos los años cambiaba algo, añadía algo, completaba algo. He trabajado mucho en tele, y he podido  aprovechar muchas historias que para las series se quedaban al margen para seguir trabajando o matizando Los miércoles.

– Los cocidos hechos a fuego lento saben mejor, más rico.

– Yo creo que esa es otra parte del éxito de Los miércoles. Que ha ido madurando. De hecho, de lo que estrenamos en El Sol hace un año a ahora ha cambiado mucho; sobre todo porque tienes un feedback inmediato del público. Vas viendo qué funciona y qué no, qué te reclaman, es un work in progress permanente que permite que la función siga creciendo, y que te permite descartar cosas que creías que funcionaban y resulta que no funcionan, y tirar por el camino que el público prefiere.

– Trata también de esas pequeñas decisiones cotidianas que te cambian la vida. Y yo he leído en tu biografía que estudiaste Historia y Geografía y que también has sido periodista deportivo. Seguramente tomaste alguna pequeña decisión, que dio un volantazo a tu trayectoria profesional…

– Lo dejé todo por amor y me fui a vivir a Bilbao. Lo dejé todo; bueno, no lo dejé todo, seguí estudiando por la UNED. Estuve casi un año en Bilbao, salió fatal la historia, pero allí tomé la decisión de que era esto lo que quería hacer. Escribir guiones.

– ¿Y lo de periodista deportivo?

– Hice reportajes con cámara para Estudio Estadio. Como freelance, por un contacto que me salió por Internet, cuando comenzaba todo esto de las redes.

– ¿De ahí viene que seas muy futbolero?

– No, no, qué va… No eran reportajes de fútbol, para nada; eran cosas raras como maratón alpino en Burgos, y cosas así.

– Eres conocido por escribir y dirigir teleseries como La sopa boba y Yo soy Bea. ¿Cómo diste el salto a guionista de televisión con esa experiencia universitaria, bilbaína, deportiva…?

– La productora Boca Boca me fichó en 2001 por un guion que se llamaba Los miércoles no existen, que era la primera versión…

– ¿No me digas? ¡Ay, los miércoles te persiguen…!

– Sí; estuvieron trabajando conmigo para convertirlo en película, porque querían que también la dirigiera yo; me financiaron un corto y se dedicaron a formarme. Así que me pasaron por distintos rodajes para que aprendiera. Empecé en Planta Cuarta, de Antonio Mercero; allí conocí a Albert Espinosa, un maestro de los entresijos del lenguaje del cine. Luego estuve de mirón en Al salir de clase y El Comisario. Pero la película nunca se hizo, porque entró el Grupo Correo, compró Boca a Boca y todo cambió.

– Realmente es una historia con mucho recorrido; veo que Los miércoles dan mucho de sí… Bueno, te vino bien para formarte, ¿no? Un cursillo acelerado entre grandes profesionales.

– Y porque fue el primer hostión para saber cómo funciona esto; porque, claro, yo me crecí, tenía 21 años, me pagaban una pasta, me fui a vivir solo, amueblé el piso, me compré un coche, y a los nueve meses me dijeron: no, no vamos a hacer la película. Ahí me di cuenta de cómo funcionaba este mundillo. Y tuve suerte, porque hay gente que se pega de bruces con la realidad de más mayor; yo a partir de ahí supe ir con pies de plomo.

– De todos esos trabajos como guionista y director de televisión, ¿qué te trae mejores recuerdos?

– Entre todo, a quien más agradecido estoy, a pesar de que sé que despierta opiniones muy críticas, es a José Luis Moreno, porque fue el primero que apostó por mí y me dio una oportunidad para dirigir una serie a nivel nacional, La sopa boba. Él solo había visto un corto mío; pero, no sé, vio algo… Hicimos 115 capítulos. Yo era uno de los directores. Otro era Miguel del Arco, guionista y director. José Luis tiene dos lados; y uno de ellos es muy humano, ese en que apuesta por alguien. De la experiencia Moreno aprendí mucho, pero ya, espero seguir creciendo, porque ahí él lo controla a fin de cuentas todo. Aprendí, eso sí, qué hacer y qué no hacer.

– ¿Y, tras Ocho citas, te has olvidado del cine?

– Ahora estamos a punto de hacer Los miércoles.

– Ah, ¿pero al final se va a hacer en peli?

– Eso espero. Aunque lo había pensado para el cine, yo esto lo llevé al teatro para llamar la atención y, en vez de enviar el guion, enseñárselo a los productores ya con un montaje. Y varios se interesaron.

– Además, sabes y saben que ha pasado el chequeo del público.

– Claro. Recibí una oferta en septiembre de Constantino Frade, de esas que no puedes rechazar. Ahora se está moviendo en televisión, para ver la financiación. Y esto, ¿pues qué voy a decirte?, no sabes si saldrá o no, pero hay una intención clara de la productora de sacarlo adelante conmigo como director. Es un viaje curioso. Escribí el guion pensando en una peli, luego lo teatralicé y ahora lo tengo que desteatralizar para que vuelva al cine. Son dos horas de función, pero no me dejan hacer dos horas de película.

– En la obra se habla mucho de amores, desamores, celos, infidelidades. Tengo yo la sensación de que cada vez es más complicado dar estabilidad a una pareja en esta sociedad con tantos estímulos y tantas posibilidades de buscar, de hacerte la ilusión de que quizá te estás perdiendo algo, de encontrar a alguien mejor…

– No sé, yo llevo 13 años con mi chica. Y creo que ahora está más de moda tener pareja que cambiar continuamente. Aunque es verdad que todo el mundo quiere ser feliz, y se ha perdido el miedo a romper rutinas para buscar lo que uno quiere. De eso habla también la función.

– Bueno, también es verdad que con una historia de parejas estables la función sería mucho más aburrida…

Los miércoles trata de esa gente que cambia sus ideas preestablecidas a los 30. De eso habla, de segundas oportunidades. Y del efecto dominó. Y de cómo, incluso años después de haber tomado una pequeña decisión, te acaba pasando factura.

– Entonces, ahora por fin la película…

– Y nueva función.

– Pero no será una nueva versión de Los miércoles…

– (Risas). No, no, es otra. No es texto mío, sino de Sergio Barrejón, guionista muy conocido de televisión (Amar es para siempre). Yo espero que para septiembre podamos estar en teatro y espero cerrar ya la puerta de Los miércoles con esta peli, y empezar a crecer en otra dirección.

– Pasar ya a los jueves, ¿no?

– O los lunes, que también tienen su historia.

– Los lunes al sol, Never on Tuesday, Los jueves, milagro, Viernes 13, Fiebre del sábado noche, Bloody sunday… Menos mal que hemos quedado un miércoles, que veo que te cunden, Peris. Feliz fin de semana.

‘Los miércoles no existen’ se representa en el Teatro Lara de Madrid los fines de semana en horario nocturno. www.teatrolara.com

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