Los personajes ‘desorientados’ de Négar Djavadi
La escritora Négar Djavadi.
La escritora Négar Djavadi.
Kimiâ es la hija que quiere ser madre, la mujer que ama a otra mujer cuando Oriente ya no pesa y el padre es el muerto que sostiene el mundo, la prófuga que se deja inseminar por un seropositivo. Y ‘Desoriental’ (Malpaso) es un libro hermoso, un cántico vital, un viaje emocional y emotivo; la historia de un padre y una madre, la historia de un país, los jirones de piel humana que las patrias enarbolan como banderas.
«La memoria selecciona, elimina, exagera, glorifica, denigra» y yo añadiría que se convierte casi en una cuestión genética en boca de Négar Djavadi, escritora nacida en Irán y residente en París. En la negación de una individualidad que la alejaría de la herida.
Desoriental es un libro hermoso, un cántico vital, un viaje emocional y emotivo con ese perfil que sólo consiguen las rutas en las que el exiliado se deja la carne y el alma.
Cada palabra que lo forma está hecha de belleza y de dolor. De poesía útil, de falsas metáforas cuyo núcleo contiene una verdad que se escapa entre los dedos de quien leo como sólo sabe escapar quien no pertenece ni a la vida ni a la muerte.
Desoriental es un tour de force con la memoria, el pasado aplastando el presente y el futuro usando al presente como sparring. Desoriental es un juego infernal exento de melancolía. Una carrera de fondo en la que el alma va alimentando continentes. La historia de un padre y una madre, la historia de un país, los jirones de piel humana que las patrias enarbolan como banderas. Es una aventura frenética de honestidad, de amor, de fábula y de esos estigmas que imponen los fanáticos y que señalan para siempre a quien es elegido para portarlos. Es la crónica de una niña, de una mujer y de una futura madre alrededor de un padre muerto. Es el testamento de Kimiâ y de sus hermanas, es un pozo de verdades y cicatrices, es el viento de Oriente descabalgando cuerpos de su destino inicial. Es la historia de amor de Sard y Sara. La devoción de la mujer por el hombre libre, por el hombre cuyas normas se escapan de la construcción del gineceo al que le abocan sus raíces, por el intelectual que prueba fortuna fuera de su árbol genealógico.
Desoriental es un panegírico a favor de la libertad y de sus consecuencias, es la cuna de mil descubrimientos, la superficie sobre la que se derrama lo que hace útiles a los seres humanos. Es una huida, pero es también dejar el sudor sobre las sombras. Es una biografía en la que las verdades se imponen a los sueños, donde nadie es lo que parece, donde nadie escapa a pesar del movimiento continuo de los personajes que sobreviven dentro de sus páginas.
A través de sus capítulos, Kimiâ se descubre y se expone, y cae en la desobediencia y se exhibe como paria en un lugar en el que salirse de la norma tiene un precio muy alto.
Kimiâ es la hija que quiere ser madre, la mujer que ama a otra mujer cuando Oriente ya no pesa y el padre es el muerto que sostiene el mundo, la prófuga que se deja inseminar por un seropositivo. Kimiâ es el sinónimo de la palabra riesgo. Kimiâ es un alucinación hecha de pequeños añicos, un mosaico reconstruido. Una de las caras más fértiles de la libertad. Es la que cuenta lo que importa, la que no se limpia la tierra de los zapatos para que la memoria no se dé por vencida.
Desoriental es un juego peligroso que nos deja sin aliento y nos toca la carne como sólo sabe tocarla una mentira. El bosque que no puede ser nombrado hasta que la memoria de alguien no roza contra la corteza de sus árboles y hace útil a la sangre, la constatación de lo que pesa la memoria de los muertos. IMPRESCINDIBLE.
‘Desoriental’. Négar Djavadi. Malpaso Ediciones. 330 páginas.
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