PLAYOFF: el escándalo de una madre jugando al fútbol en vez de cuidar de sus hijos

Una escena de la obra Playoff de La Joven Compañía. Foto: David Ruano.

Una escena de la obra Playoff de La Joven Compañía. Foto: David Ruano.

Una escena de la obra Playoff de La Joven Compañía. Foto: David Ruano.

Una escena de la obra Playoff de La Joven Compañía. Foto: David Ruano.

La obra ‘PLAYOFF’ de La Joven Compañía es un gol por la escuadra al machismo en toda regla. Y a muchos les pilla fuera de juego. Hemos hablado con su autora, Marta Buchaca, que ha puesto sobre las tablas a siete mujeres en el terreno donde más machismo se respira en España: el fútbol.

Que el feminismo es un movimiento que ha llegado para corregir la situación actual es algo innegable. Muestra de ello es que cada vez tiene más fuerza y va cobrando mayor peso en las diferentes esferas de nuestra sociedad: desde el ámbito político hasta el social, el económico o, por supuesto, el artístico. Un ejemplo muy clarificador para este último apartado es la obra de teatro PLAYOFF, que acaba de lanzar La Joven Compañía, con firma de Marta Buchaca y dirección de José Luis Arellano.

Así, con este elenco tan “transgresor en este deporte”, busca romper los estereotipos y reivindicar las dolencias del patriarcado a través de ejemplos muy comunes: una madre que no nace con el carnet de madre por ser mujer, una marimacho con corazón o una chica ambiciosa que es estigmatizada por pelear por lo que quiere, entre otras. En definitiva, una obra cargada de tragedia, pero edulcorada con humor e ironía, que se representa este mes en el Teatro Conde Duque de Madrid.

¿Qué es ‘PLAYOFF’?

PLAYOFF es una tragicomedia con siete mujeres en el escenario que ha acabado siendo reivindicativa, porque al poner a siete mujeres fuertes y que tienen las cosas claras en escena, ya sólo con este hecho, es una reivindicación. Pero también es una obra de siete mujeres que juegan al fútbol, es decir, en un mundo en apariencia masculino. Y hablan de qué diferencias hay entre los hombres y las mujeres en el fútbol, en el deporte y, al final, en la sociedad en general.

Dices que el elenco formado únicamente por siete mujeres ha convertido a la obra automáticamente en algo reivindicativo. ¿Creías que esto iba a ser transgresor desde un primer momento?

Me ha sorprendido un poco. La verdad es que la reivindicación y la transgresión vienen de colocarlas en un mundo masculino. Si pusieras a siete mujeres en una clase de preparto, no habría ninguna transgresión. Pero el hecho de ponerlas jugando al fútbol sí que convierte automáticamente a la obra en algo reivindicativo. Además nos estamos dando cuenta de que llama mucho la atención, ya que atrae a mucha gente porque es un tema del que se habla muy poco en el teatro. Creo que estamos en un momento donde la mujer está más visible que nunca, donde la reivindicación de los derechos de la mujer están en boca de todo el mundo por los diferentes movimientos feministas. Yo tengo la sensación de que se trata de una bola de nieve que se va haciendo cada vez más grande, más imparable.

¿Tenías ganas de hacer una obra con estas características?

Tenía muchas ganas de escribir una obra para La Joven Compañía. Hace muchos años que hice una lectura de Plastilina, cuando empezaban. Esta compañía es un proyecto que a mí me entusiasma. Yo estoy obsesionada con crear nuevo público y veo que ellos se encargan de hacer un teatro más atractivo para amantes del teatro en potencia. Con PLAYOFF, yo creo que muchos escolares que la han visto se engancharán al teatro, que pueden tener ganas de volver. Aparte de las chicas, que son maravillosas, también me apetecía mucho escribir para La Joven.

Al explicar qué es PLAYOFF, comentabas que se trata de un terreno muy concreto: un partido de fútbol, un vestuario… No se trata de un deporte elegido al azar.

Se trata de un partido en el que las chicas se están jugando si van a poder ir al Campeonato de España. Con lo que las situamos en un momento muy importante en el que además cada una estará en un momento vital de su vida, lo que hará que explote todo. Respecto a que haya elegido el fútbol como deporte no ha sido para nada un acto inocente: en este país es el deporte más machista seguro. En el baloncesto, por ejemplo, hay más equipos femeninos y no está tan mal visto. Yo tengo amigas a las que sus padres no les dejaban jugar al fútbol cuando eran pequeñas y, a día de hoy, creo que sigue existiendo esta idea de que los niños juegan al fútbol y las niñas con muñecas.

Después de haber realizado la obra, ¿has llegado a alguna conclusión de por qué el deporte femenino y en concreto el fútbol están tan denostados?

He llegado a la conclusión de que el problema de desigualdad viene desde el inicio, desde que somos pequeños. Ahora que soy madre estoy muy sorprendida con el tema de los roles de género; de que el niño tenga que llevar pantalones y la niña falda, el niño jugar con coches y la niña con cocinitas… En una sociedad moderna, en un entorno de izquierdas, me encuentro con compañeros o familiares que me dicen que cómo le voy a regalar una cocina a mi hijo. Esto, por lo que veo, al extrapolarlo al fútbol, es exagerado. Por eso requiere un cambio desde que nacemos. Y es una responsabilidad nuestra muy bestia. Realmente los niños ya están con un género muy marcado. Hay que hacer mucho trabajo desde la base.

En la obra los problemas a los que hacen frente las protagonistas son vicisitudes muy normales, muy del día a día. En ella nos encontramos desde una madre que no sabe muy bien cómo actuar hasta una chica ambiciosa, actitud que parece que está mal vista.

Yo creo que la ambición es el gran tema de la obra. La ambición es una cualidad que se da por supuesta en el hombre y es castrada en la mujer. A mí hay una frase que me encanta que dice: “La igualdad tendrá lugar cuando haya una mujer mediocre en un puesto alto”. Las mujeres que están ahora mismo en cargos importantes es porque son ambiciosas, porque son buenísimas, porque tienen talento… Esto es una cosa que en el hombre no pasa. Hay muchos hombres mediocres en puestos importantes. Y esto es porque la mujer se rinde antes. Es un tema que aparece claramente en la obra.

Con esta serie de personajes, tan estereotipados socialmente, ¿intentas romper falsos mitos respecto a la mujer?

Totalmente. Parece que por ser mujer tienes que ser madre 100%. Si tienes un hijo, lo normal en una sociedad avanzada es que las tareas sean repartidas con tu pareja. Algo que no debería ser tan raro. En cambio, la suegra le recrimina que juegue al fútbol en vez de estar con sus hijos. Todo esto se tiene que romper, se tiene que empezar de cero. Tenemos muchos roles enganchados de los que no nos damos ni cuenta en esta sociedad patriarcal y yo creo que quedan años para desarraigarlos. Porque a día de hoy y por desgracia, los jóvenes tienen todavía esa misma idea.

Aparte de todo esto, todas ellas tienen un lado heroico.

Claro. Es una obra de luchadoras. Ellas lo tienen muy claro: el problema lo tiene la sociedad.

Es curiosa la forma bajo la que diste vida a estos personajes.

A mí me encargaron la obra. Entonces decidimos que yo viniese a hacer un taller a Madrid con ellas y trabajando con ellas, viendo qué me daba cada una y preguntándoles qué papel les apetecía representar, saqué el argumento de la obra. Eso me permitió también crearles personajes a su medida, que creo que ha sido el lujo de este proyecto y que creo que se nota en escena. Las actrices están encantadas porque les he escrito su papel a medida. Y yo estoy encantada porque escribir los papeles para las actrices que van a hacer la obra es un lujazo.

¿Por qué hacerlo así?

Es una manera de trabajar que a mí me encanta. Yo cuando escribo obras ya sé quiénes van a ser los protagonistas: escribo pensando en un actor en concreto. Si ya sé el elenco, pruebo cosas y así consigo que la obra esté más viva.

Con todo esto que has ido explicando sobre la obra, ¿se puede decir que se trata de una obra muy política?

Yo no diría una obra política. Yo diría que es una obra que reivindica, que habla de cosas que nos importan. Más bien teatro social, aunque no me gustan mucho las etiquetas. Diría que es una tragicomedia con mujeres protagonistas y que evidencia la situación de la mujer en el siglo XXI. Todo esto que hemos estado hablando de la diferencia de roles, de lo que la mujer tiene que ser y, si no lo es, se la etiqueta en algo negativo. Si no es femenina es marimacho, si no es dócil tiene mala leche, si no es una madre perfecta es mala madre… Es esa cosa de roles que creo que deberíamos extirpar de la sociedad. Unos roles que también juegan de manera negativa del lado de los hombres: si no les gusta el fútbol les estigmatizan, si no son ambiciosos o prefieren quedarse en casa cuidando de los niños, más de lo mismo. Es un problema de género en general.

Una obra, entonces, que funciona tanto del lado masculino como del femenino…

Totalmente. De hecho es muy divertido porque cuando termina la obra, las jóvenes se ponen todas de pie y empiezan a aplaudir y luego les siguen los hombres. Esto tiene un mensaje claro: no sólo habla de las mujeres, habla de todos.

ha puesto sobre las tablas a siete mujeres en el terreno donde más machismo se respira en España: el fútbol.

‘PLAYOFF’ se representa en el teatro Conde Duque de Madrid los días 17, 19, 20, 21, 22, 23 y 24 de febrero. Y el 14, 15, 16 y 17 de marzo en el Real Coliseo Carlos III, en San Lorenzo del Escorial (Madrid).

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