El poder de los cuentos. 2.500 años de sabiduría oriental

Una ilustración antigua del libro de cuentos de Calila y Dimna.

Una ilustración antigua del libro de cuentos de Calila y Dimna.

Una ilustración antigua del libro de cuentos de Calila y Dimna.

Una ilustración antigua del libro de cuentos de sabiduría oriental de Kalila y Dimna.

Vuelven a editarse ‘Los cuentos de Kalila y Dimna’ para traernos a nuestra ruidosa y apresurada actualidad la sabiduría oriental milenaria a través de los cuentos de animales de la época de Buda. Historias destinadas a abrir la mente del oyente, a revelar nuevos horizontes, nuevas formas de ver el mundo, lejos de censuras y autoritarismos. Historias que han sabido perdurar durante 2.500 años hasta llegar a nosotros.

En un mundo cada vez más ruidoso, las voces más tranquilas son a menudo las que sufren, son sofocadas -y casi silenciadas- por los gritos estridentes de quienes reclaman el derecho de decirnos qué hacer y qué pensar. Estas figuras se han expresado de muchas formas a lo largo del tiempo; en el pasado llevaban ropa de las clases religiosas, o tal vez un uniforme militar, o un traje mal ajustado y un par de gafas de sol. Hoy en día es probable que usen vaqueros rasgados y lleven un tatuaje, pero su tendencia es siempre la misma: mover un dedo en nuestra dirección y establecer los límites de lo que es y no es creencia aceptable, utilizando las armas a su disposición para hacer lo que ellos promueven, principalmente la violencia y la exclusión social.

Pero al igual que ha existido ese tipo de personas, también la humanidad ha adoptado muchas sutiles maneras para rodearlas, y ver el mundo como un lugar mucho más complejo y fascinante de lo que los censores nos harían creer. Y, paradójicamente, la voz más silenciosa a menudo ha logrado deslizarse mejor a través de las barreras, y proyectar en el tiempo un efecto más poderoso y duradero que cualquier cosa que se interpusiera en su camino.

Un ejemplo de esto es una colección de historias que han sido recientemente recontadas, traducidas y publicadas por la editorial Acantilado. Los cuentos de Kalila y Dimna nacieron hace casi 2.500 años, en la época de Buda. Nos han llegado bajo diversos nombres (el Panchatantra, los Cuentos de Bidpai…), existen en más de 200 versiones diferentes y se han traducido a más de 50 idiomas. Han ejercido una enorme influencia sobre la literatura occidental, desde Esopo y Homero en Grecia hasta Ramón Llull, Cervantes, Don Juan Manuel y el Arcipreste de Hita en España, y casi todo el folclore europeo. Es posible que el primer libro de ficción en prosa en español fuera la traducción del árabe de estos cuentos realizada por Alfonso X antes de convertirse en rey, alrededor de 1251 (Calila y Dimna). De hecho, se dice que el recorrido de estos cuentos por el mundo es incluso más amplio que el de la Biblia. Sin embargo, ¿quién ha oído hablar de ellos hoy día en Occidente?

Los relatos contenidos en esta nueva versión del clásico antiguo, recitado por Ramsay Wood, se originan con Buda y las historias de animales que él contó a sus discípulos como parte de su instrucción. Estos fueron anotados en pali alrededor de 250 a.C., luego traducidos al sánscrito. Desde la India llegaron a la antigua Persia de los zoroastrianos a través de una traducción al pahlavi. Más tarde se convirtieron al árabe, y de allí al español, a partir del cual llegaron a muchas otras lenguas europeas, incluida Gran Bretaña en el siglo XVI.

El cuento animal es tan antiguo como la humanidad misma. Muchas pinturas rupestres se centran en los animales y su relación con los seres humanos, a menudo en escenas de caza; y podemos imaginar fácilmente a los primeros cuenta-cuentos narrando historias sobre las grandes bestias que fueron sus presas y su principal medio de supervivencia. Los relatos de Buda, conocidos como Jakatas, convirtieron el cuento de animales en un instrumento para enseñar, y este aspecto instructivo -además de las historias en sí- es lo que nos ha llegado en las diversas formas que la colección ha tomado a lo largo de los siglos.

Sin embargo, nada que ver con la enseñanza autoritaria que las diversas encarnaciones de los sacerdotes han impuesto a las poblaciones para mantener un control social. Más bien estas historias están destinadas a abrir la mente del oyente, a revelar nuevos horizontes, nuevas formas de ver el mundo. Es más, disfrazados de meros cuentos de animales, durante más de dos milenios han conseguido sortear a los censores, que no han percibido sus significados, y han ejercido su influencia de forma aparentemente inocua, hasta el punto de convertirse en parte invisible pero esencial del tejido de nuestra propia cultura.

Ahora, en su introducción a la nueva colección de Ramsay Wood, la premio Nobel Doris Lessing señala que hace sólo cien años la familiaridad con las historias de Kalila y Dimna era obligatoria para cualquiera que se considerara una persona culta. Sin embargo, en la actualidad se encuentran casi olvidadas. Que sobrevivieran durante tanto tiempo es en parte debido a la existencia de historias y parábolas en todas las culturas que las han adoptado, desde hindúes a zoroastrianos, a musulmanes, cristianos y judíos.

Hoy estamos rodeados de historias; nos bombardean con ellas, desde las noticias de la televisión, las telenovelas, el cine, la radio y los dramas personales, que tanto espacio ocupan en los medios sociales. Sin embargo, la gran mayoría de ellas son de baja calidad: nos excitan, nos aterrorizan, nos transmiten ansiedad, pero rara vez -a menos que nosotros mismos hagamos ese trabajo- instruyen, porque carecen de un ingrediente secreto, la sabiduría. Las historias de Kalila y Dimna, sin embargo, poseen esa fuerza rara, pero siempre necesaria. Las voces que nos rodean son cada vez más fuertes, pero no pueden ahogar aquello que tiene auténtico valor. Esperemos que toda una nueva generación pueda sentirse atraída por la infinita fuente de enseñanza tranquila que representan Kalila y Dimna.

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