Reinaldo Laddaga: “La extrema derecha aprovecha la victimización del varón blanco»

El escritor Reinaldo Laddaga.

El escritor Reinaldo Laddaga.

El avance de la extrema derecha ha sido un poco como el cuento del lobo. Podías intuir que cierta actividad había, aunque era más fácil obviarlo. Ahora, con una América con regímenes que hacen tambalear los soportes de la democracia y una Europa donde esta ideología toma peso, es sencillo apuntar: ¡Te lo dije! En España, el ascenso de Vox en las recientes elecciones ha venido sobre todo de la mano de los hombres menores de 30 años. El escritor Reinaldo Laddaga (Rosario, Argentina, 1963) plasma esta realidad en un libro que usa ficción y realidad a partes iguales: ‘Los hombres de Rusia’ (Jekyll & Jill).

 ¿Qué es ‘Los hombres de Rusia’?

Es una narración que se presenta como un texto encontrado. Este texto es escrito por el que suponemos es un militante de la extrema derecha norteamericana. El texto consiste en las memorias de un adolescente que recibe sus inicios en la educación sexual de manos de un miembro femenino de un grupo de identidad algo oscura que se hace llamar Los hombres de Rusia. Estos trafican con mujeres y drogas y desembocan en un zoológico abandonado y medio inundado que está dirigido por los padres de este adolescente. En el camino se reconstruyen ciertas genealogías de la extrema derecha a partir de la madre del muchacho y del líder de Los hombres de Rusia. Genealogías que van desde Italia hasta EE UU, haciendo un retrato más bien espectral de una tradición a medias cierta y a medias fantaseada.

¿Por qué usar esta dualidad?

El libro demandó un trabajo de investigación. Yo solía ser hasta hace poco un académico. De hecho, el texto se presenta como una suerte de saga a la antigua. Una narración hecha para conservar la memoria de una cierta tradición, una suerte de enciclopedia narrativa. En la trama del libro se engarzan grandes cantidades de información fáctica; hechos de personajes, de autores, de teorías… Sobre esta información fáctica, se montan una serie de alucinaciones que remiten a un mundo de fantasía.

¿Por qué te interesaba crear este juego?

Yo no sé si utilizaría la palabra interés. El trabajo de escritura de este libro, más que el de otros, me demandó una suerte de suspensión de la percepción entre la realidad y la ficción. El procedimiento fue desde el principio retener informaciones y usarlas como plataformas para dejarme llevar, sin pensar demasiado adónde iba.

Este juego lo haces extraliterariamente, pero también dentro de la propia obra. Todo el conjunto del libro va en la misma línea.

El libro juega con algunos de los procedimientos de la tradición: el documento encontrado; pero sobre todo la novela de formación, del fin de la infancia. Se produce un redescubrimiento de la sexualidad, sobre el trasfondo de una fantasmagoría política.

Esta fantasmagoría política es a lo que te referías antes con la extrema derecha y su desarrollo. ¿Por qué hablar de ella? ¿Es necesario en estos momentos?

Porque es crucial hoy por hoy. Con la elección de Trump en EE UU descubrimos corrientes subterráneas que no estaban o que no queríamos ver y que cobraron una potencia amenazante. Algo que ha movido la escritura del libro es una sensación de oscuro miedo.

¿Cuánto de soterrada estaba esa extrema derecha?

Quienes vivimos en las grandes ciudades no sabíamos de la dimensión de fenómenos que son propios, en EE UU, del mundo rural y los pueblos pequeños. Por eso la geografía del libro es la de la Florida rural. Hemos descubierto un país que no conocíamos y que no es tanto un país tradicional, sino en profunda crisis.

Unos movimientos que se alimentan de las épocas de crisis.

Exacto. Lo que a mí me pareció significativo, y creo que aparece reflejado en el libro, es cómo esta crisis, del trabajo, de los mundos sociales asociados a la economía industrial, ha desencadenado una crisis de masculinidad; una dimensión sexual de la crisis que me parece crucial. Sin esta crisis, al menos en EE UU, no se entiende el fenómeno. Por eso en la novela quería cruzar estas dimensiones. Y, por ello, la novela está centrada en la iniciación sexual.

¿Puedes desarrollar más esta idea?

La principal fuerza de los trabajos en la industria eran los hombres: hombres que encontraban en su pertenencia al mundo del trabajo una fuente de respeto a sí mismos que a día de hoy ya no pueden. Las mujeres salen a trabajar y, por lo tanto, los hombres dejan de ser los dueños de casa y pasan a trabajar en empleos de servicios que en muchos casos ven feminizados: cocina, limpieza… De modo que hay una dimensión de pérdida de potencia sexual asociada con el tipo de crisis de esos mundos sociales.

Todo ello multiplicado por el elogio de la mujer en los medios y que ellos leen como corrección política. El caso particular de EE UU es que los varones blancos, por lo menos de cierta clase social, que han sido y siguen siendo privilegiados, sin embargo, están sufriendo una experiencia de victimización de la que la extrema derecha es su representación.

¿Funciona el libro como una especie de aviso para navegantes?

Yo he tratado en el libro de no ser didáctico. Mi posición en el libro es la de construir un mundo fantasmagórico, pero también complejo. Me preocupa la caricaturización de los votantes de la extrema derecha que se produce desde el lado progresista. El caso más claro es el de Hillary Clinton cuando tachó a Trump de ignorante. No es un libro fácil de leer y no sé si es una brújula que nos ayuda en la navegación. No es un libro pedagógico. Es un acto de expresión de una experiencia personal, de una experiencia de época que se expresa en colecciones de datos y de libros.

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

Comentarios

  • Mariluz

    Por Mariluz, el 20 noviembre 2019

    El miedo. Todos lo sentimos. Tenemos razones pero, sobre todo, suposiciones. Por esas sufrimos más. Cuanto más insistís en la caricatura del que teméis , VOX, menos capacidad de respuesta efectiva tenéis. Es necesario que existan desde Podemos a Vox. Todos. Sí. Y que se preocupen cada uno de su autocrítica. La crítica al otro es de eficacia limitada. Puntual. La autocrítica es mucho más poderosa. La autocrítica no es victimismo, apariencia oportunista, desunión ni revancha, por cierto. La autocrítica es el camino para la mejora. Cualquier partido al mejorar consigue que los ciudadanos a los que representa mejoren. Dependemos los unos de los otros. Pero no lo sabemos interpretar. La crítica sin autocrítica es estéril en el mejor de los casos, en el peor, ya lo leéis cada día. Fabriqueta de odio y violencia.

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.