Swing, swing, swing: mujeres independientes y mujeres indomables

Ilustración de Concha Pasamar.

Ilustración de Concha Pasamar.

Ilustración de Concha Pasamar.

Ilustración de Concha Pasamar.

“Marta, a mí me gustan las mujeres independientes, pero es que tú eres indomable”. Desde entonces le he dado bastantes vueltas a la frasecilla y no acabo de decidir si debo tomármelo como un piropo o como una crítica, aunque, a decir verdad, cuanto más pienso en ello, más me gusta la idea de ser indomable.

Cuando el otro día Concha Pasamar –mi compañera en esta asombrosa aventura cincuentista– me dijo que se había metido en clases de Lindy Hop, pensé que había llegado el momento de desvelar el último secreto –de los confesables– que me quedaba por contaros. Porque… Sí… Es cierto. Yo también estoy aprendiendo a bailar swing. Vale, ya sé que hace unos meses, en una de estas columnas, me quejaba de mi superávit de extraescolares y llegaba a la conclusión de que tocaba dejar alguna, pero ¿qué queréis que os diga? A estas alturas ya os habréis dado cuenta de que soy incapaz de resistirme a probar cosas nuevas y, por mucho que el Lindy sea un baile que se popularizó durante la Gran Depresión, para mí era toda una novedad que no podía dejar pasar de largo.

Os confieso que no se me da demasiado bien, parece ser que soy demasiado rebelde para dejarme llevar. Al menos eso deduje cuando el otro día un compañero de baile –después de habernos marcado un Pennies From Heaven, de Dean Martin– me dijo: “Marta, a mí me gustan las mujeres independientes, pero es que tú eres indomable”. Desde entonces le he dado bastantes vueltas a la frasecilla y no acabo de decidir si debo tomármelo como un piropo o como una crítica, aunque, a decir verdad, cuanto más pienso en ello, más me gusta la idea de ser indomable. Hace que me sienta como una verdadera “rebelde del swing”, dispuesta a enfrentarse a los nazis, o a quien haga falta, para defender su derecho a bailar, aunque sea mal.

Sinceramente, si fuera psiquiatra recomendaría a todos mis pacientes que cambiaran sus sesiones de diván por una buena terapia swinguera. Asistir a un clandestino ­–por ejemplo, en El Retiro– es mucho más eficaz para luchar contra las penas que regodearte en tus miserias kleenex en mano. Os lo aseguro.

Cuando entras por primera vez en social –porque, en este mundo, uno no va a una discoteca, sino a social– te sientes como Michael J. Fox en Regreso al futuro I: bailando en la fiesta graduación de tus padres. En cuanto tus ojos se acostumbran a la oscuridad, te das cuenta de que lo que allí ocurre es muy diferente a lo que estás acostumbrada a ver en otros lugares: simplemente acabas de adentrarte en un microcosmos en el que todos bailan –y mucho– con todos, sin que a nadie parezca importarle la edad, el género o la pericia su compañero. En el swing es democrático hasta la forma de repartir pisotones, porque se reciben en igualdad de condiciones. Y es que, claro, correr y girar por la pista con los ojos achinados por la risa hace muy difícil controlar lo que vas a encontrar bajo tus pies.

En fin, hoy me vais a perdonar, pero tengo que despedirme bruscamente porque en un ratito empieza un clandestino, con banda en directo, y eso no me lo pierdo por nada del mundo… ¡Concha, amiga, el primer baile va a tu salud!

Deja tu comentario

¿Qué hacemos con tus datos?

En elasombrario.com le pedimos su nombre y correo electrónico (no publicamos el correo electrónico) para identificarlo entre el resto de las personas que comentan en el blog.

Comentarios

  • Avi fernandez

    Por Avi fernandez, el 15 julio 2018

    Marta, me has alegrado la mañana dominguera,,articulo delicioso, fijate q igual hasta pruebo ????

  • Marta

    Por Marta, el 15 julio 2018

    Avi, no lo dudes!!! En Santander hay también un buen movimiento swinguero

  • Manuel Galindo Esteban

    Por Manuel Galindo Esteban, el 17 julio 2018

    La mejor música de baile de la historia el SWING —————
    A los que os emocione el baile y el buen cine muy recomendable la película El Baile de Ettore Scola la historia de una sala de baile a través de diferentes épocas .
    El baile libera y alegra la vida .

  • Manuel Galindo Esteban

    Por Manuel Galindo Esteban, el 17 julio 2018

    La mejor música de baile de la historia el SWING ———–

Te pedimos tu nombre y email para poder enviarte nuestro newsletter o boletín de noticias y novedades de manera personalizada.

Solo usamos tu email para enviarte el newsletter y lo hacemos mediante MailChimp.