Abejas en peligro: un seguro de vida para la naturaleza y la España vaciada

Foto: Pixabay.

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Ayer se celebró el Día Mundial de las Abejas. Hay tantas celebraciones que a veces se nos acumulan, pero desde ‘El Asombrario’ no queríamos dejar pasar la oportunidad de reivindicarlas como garantes de vida en la naturaleza y en los pueblos. Cuatro graves amenazas acechan este tesoro nacional que debemos cuidar: desde la importación de miel china con etiquetados tramposos al desbarajuste del calendario de floraciones por el cambio climático.

La apicultura es uno de los empleos que mejor aúna la conservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático y el mantenimiento de población rural frente a la España vaciada. La miel clara de romero, la miel ámbar de tomillo y la miel oscura de brezo son ejemplos de productos del medio rural que ayudan a mantener los ecosistemas y la biodiversidad. Del trabajo de polinización de las abejas dependen 250.000 especies de plantas.

España es el país de la Unión Europea con más colmenas: 2.961, el 17% del total (17.577), seguido de Rumanía (1.849), Polonia (1.633) e Italia (1.494). Sin embargo, por número de apicultores, España ocupa el octavo lugar con 23.816, mientras que Dinamarca es el primero con 116.000 apicultores. La media es de 108 colmenas por apicultor en España.

La apicultura es una actividad del medio rural, cerca de los campos de romero y brezos, y ayuda a fijar la población rural. En el caso de Ciudad Real, las campañas para polinizar se van incrementando año tras año. “El año pasado me pidieron 150 colmenas para polinizar en fincas de frutales y este año me han pedido 300, porque hacen falta polinizadores y se consigue que la producción de frutas se incremente en un 70%”, señala Eva Mikel.

Frente a esta riqueza, cuatro amenazas están diezmando las colmenas de abejas (Apis mellifera) y poniendo en riesgo la supervivencia de un sector: el ácaro varroa destructor, la introducción de mieles y siropes extranjeros, el cambio climático con la alteración del calendario de floraciones y la especie invasora avispa asiática. Vamos con ellos.

Un ácaro muy destructor

Las abejas tienen un enemigo que está poniéndolas en grave peligro. Se trata de la varroa destructor, un ácaro muy persistente que está mermando la producción de las colmenas mieleras. “Se está pasando de tener una producción de 40 kilos por colmena a 20 kilos, y eso no da rentabilidad suficiente al apicultor, y supone un abandono de la apicultura y la falta de relevo generacional”, explica Eva Miquel, de la Fundación Amigos de las Abejas y miembro de la Plataforma Etiquetado Claro.

El ácaro varroa pone un huevo de macho y cuatro de hembras dentro de las celdillas donde la abeja realiza la transformación de larva a obrera. Los apicultores aplican un tratamiento antiácaros en otoño antes de que empiecen a producir la miel. Pero la varroa es muy persistente y se está haciendo resistente a los tratamientos naturales y químicos que se aplican. Los acaricidas naturales que se emplean son, entre otros, el orégano o el fórmico de las hormigas.

Mieles de China sin etiquetado claro

Otra de las amenazas para los apicultores es la venta de mieles procedentes del extranjero sin un etiquetado claro. “El etiquetado no es transparente y el consumidor no sabe lo que está consumiendo. Con las etiquetas actuales, puede haber un 1% de miel producida en España, y un 99% de fuera de la Unión Europea, y ese porcentaje no viene reflejado en la etiqueta”, expone Eva Miquel.

Con un etiquetado claro de la procedencia de la miel, el consumidor también podrá apoyar la miel producida en España. Los apicultores reclaman que por norma las etiquetas digan exactamente cuál es la procedencia de la miel. A través de una proposición no de ley, han pedido al Gobierno que se realicen unas analíticas para que así se sepa qué mieles vienen mezcladas con sirope de arroz, de procedencia asiática, y que se venden en los supermercados sin especificar.

China es el primer productor mundial de miel, con 543 toneladas (29% del total), seguida de la UE con 230 toneladas (12% del total), según datos de la FAO. Más de 207.000 toneladas de miel se importaron en la UE en 2018, de las cuales 80.000 toneladas procedían de China, más de 40.000 de Ucrania, 25.000 de Argentina y más de 20.000 se importaron en la Unión Europea desde México.

La miel china es la más barata del mercado y sólo se paga 1,3 euros el kilo importado, frente a los 2,34 euros/kilo de la argentina, y los 2,82 euros por kilo de la mexicana.

Las abejas ayudan a conservar la biodiversidad y asentar población en el medio rural, así que a la hora de comprar miel, hay que fijarse bien en la etiqueta, y que no nos cuelen sirope.

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Cambio climático y calendario de floraciones

El cambio climático también está afectando a las abejas, ya que las floraciones sufren alteraciones. Con temperaturas elevadas anormales, los árboles se abren antes a la floración, que después con una helada se pierde, y las abejas se quedan sin néctar.

Hemos de recordar que la abeja es una especie bandera del cambio climático y un medidor de las afecciones, ya que la abeja de la miel es capaz de polinizar el 90% de las plantas de la Península Ibérica.

La cuarta de las graves amenazas que sufren las abejas mieleras es una especie invasora: la avispa asiática. Entró por contenedores desde Francia y por Galicia, y con el clima atlántico ha conseguido instalarse, porque la humedad les beneficia. Construyen nidos de medio metro de diámetro con grandes poblaciones tanto en alto, como en el suelo. La única forma de acabar con ellos es con explosivos o veneno para matar a toda la colmena y que no consigan formar nuevas colmenas.

La avispa asiática ya ha conseguido colonizar toda la costa atlántica española y está expandiéndose por El Bierzo (León), lo que supone un riesgo para las colmenas de abeja mielera. La avispa asiática ataca a todos los frutos, no sólo a las abejas, también a los árboles frutales, vides… Ataca a las colmenas y provoca tal miedo en las abejas que se resisten a salir, y al no recoger néctar, polen y agua, al final mueren de inanición.

Los apicultores piden una normativa común para toda España que regule cómo acabar con la avispa asiática y determine quién debe utilizar los explosivos o las medidas para acabar con las enormes colmenas que construyen. “Tendría que haber un protocolo nacional”, reclaman finalmente.

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Comentarios

  • Antonio Arenal

    Por Antonio Arenal, el 21 mayo 2020

    Hola, aprovechando que estamos en tiempo de pandemia, voy a citar la que más ha afectado a las abejas, y que los grupos ecologistas han hecho campañas para parar semejante apicidio.
    Este pesticida insecticida se llama Imidocloprid, la Bayer lo comercializaba con el nombre de confidor, otras casas lo tenían con otro nombre comercial, pero con el mismo principio activo. Éste es, con mucho, el principal problema al que se enfrentaban los apicultores. Es un pesticida que vino a suplir el hueco que dejó el Lindane. El ministerio de agricultura francés admitió que las abejas, más bien colmenas, que morían en el pirineo, era a causa de este pesticida, transmitido a las abejas a través de la orina del ganado, a donde iban las abejas a libar sales minerales. El gobierno francés indemnizó a los apicultores. El Imidocloprid está prohibido en parques públicos, y en éstos momentos desconozco si por fin la UE lo ha prohibido. No entiendo cómo este gravísimo problema no se cita en el artículo.
    Salud.

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