Una entrevista-Twitter al conocido autor-Facebook Sergio Fanjul

El escritor y periodista Sergio C. Fanjul. Foto: Liliana Peligro.

El escritor y periodista Sergio C. Fanjul. Foto: Liliana Peligro.

El escritor y periodista Sergio C. Fanjul. Foto: Liliana Peligro.

El escritor y periodista Sergio C. Fanjul. Foto: Liliana Peligro.

El periodista y poeta Sergio C. Fanjul, colaborador de medios como ‘El Asombrario’ (serie ‘Solo ante el peligro’) y ‘El País’, autor de poemarios como ‘Pertinaz Freelance’ e ‘Inventario de Invertebrados, saca libro pintón, ‘La vida instantánea’ (Círculo de Tiza), que recoge sus ingeniosas entradas en Facebook a lo largo de 2017. Textos para Internet con un particular tono de socarrón y tecnológico costumbrismo que le ha dado fama, no sabemos si prestigio. Y le han hecho incluso más entrañable que en persona, no sabemos si ‘influencer’. Le entrevisto con un principio inamovible: Si él se ha servido de Facebook para armar un libro, que tanto mis preguntas como sus respuestas se adapten a Twitter y no rebasen ninguna los 280 caracteres.

Zuckerberg te obligó a prescindir de tu famoso pseudónimo, Txe Peligro, para firmar con tu nombre y apellido, y a pesar de eso le quieres tanto. ¿Ya no podremos volver a llamarte Txe Peligro? ¿Solo en la intimidad?

Lo de Mark me dolió, porque somos colegas, pero ya se lo he perdonado. En realidad me ha venido bien, para que los lectores conecten mi yo digital y mi yo profesional. Claro que me puedes llamar Txe, así me llaman desde niño, cuando yo me decía a mí mismo Chergio.

¿Qué es y quiénes forman el Clan Peligro? ¿Y cuáles son sus armas, metas y objetivos?

Los Peligro pertenecemos a una estirpe milenaria que se pierde en el tiempo. Ahora somos Liliana Peligro y un servidor, que recorremos el mundo recitando poemas sobre la explotación económica, el fin de la juventud o la adicción a internet. Somos cibertrovadores. ¡Contrátennos!

¿Te gusta la vida instántanea o te crea ansiedad? ¿Qué cosas buenas le encuentras? ¿Y cosas malas?

La vida instantánea, esa vida agotadora que se vive en frenesí, dentro del turbo capitalismo de seducción, la vida sopa de sobre, la vida tuiteada. Un horror, por eso yo he tratado de, al menos, sacarle un poco partido en FB mediante lo que Umbral llamaría escritura perenne.

Sergio del Molino dice en la introducción a tu libro que es “de lejos, la red más literaria”. ¿Has encontrado en Facebook tu sitio, tu zona de confort?

Ahora los malos están empeñados en que salgamos de nuestra zona de confort, qué cansinos. Yo quiero confort, como se ha querido siempre, y es cierto que en FB me siento en mi salsa y hago lo que quiero con mi pelo.

¿Qué tienen Instagram y Twitter que no te molan tanto?

Instagram es de fotos y yo en las fotos solo veo manchas de colores, sin letras no encuentro sentido. En Twitter no te puedes enrollar, y, además, es feísimo. Parece que estas programando en C++. Y hay bronca fina.

¿No estarás pensando en dejar el periodismo ni la poesía?

Fíjese usted que esto de los posts a veces es periodismo y a veces poesía, y a veces otras cosas que no tienen nombre. Pero seguiré escribiendo en El Asombrario, si es lo que le inquieta. Además, tengo una flamante columna costumbrista en El País.

Dice Del Molino en la introducción que el Madrid de Fanjul y el propio Fanjul tienen más que ver con Cansino Asens y Valle Inclán que con los instagrameros, pero que has logrado engañar a todo el mundo y hacerte con una reputación de vanguardia. ¿De acuerdo?

DelMo, tocayo y admirado escritor, tiene razón: al final, y pese a McLuhan, el contenido no cambia tanto, aunque se cuelgue la cosa en FB. Yo trato de hacer artículos decimonónicos aunque use neologismos tecnológicos.

Y Fanjul dice de las redes en la introducción: “No conviene adentrarse aquí alegremente si uno tiene un día depresivo, puteado o ansioso. Facebook es para los fuertes de espíritu, impermeables y reflectantes”. ¿Como tú?

Yo soy así, claro, aunque solo algunos días sin turbulencias. Luego hay días que soy más pequeño que un moco bien amasado y prefiero morir en un agujero purulento.

El libro me parece también un certero retrato del Madrid de ahora y Ahora Madrid, alejado de tópicos, a ras de barrios. ¿Qué cosas de Madrid te inspiran especialmente? Te digo dos que noto que repites: el barrio de Usera y el Carrefour de Lavapiés.

El Carrefour 24 horas de Lavapiés es el centro del universo conocido, algo así como el nuevo Café Gijón, en precario y low cost. Usera es uno de los barrios de Madrid que exploro, como un viajero romántico inglés, como Paseador Oficial de la Villa. El centro harta.

Y tendencias que te quiten un poco o mucho el sueño. Te digo dos que noto que repites: la gentrificación y turistificación del centro de Madrid.

Luchar contra estas lacras es la gran batalla del momento, de ella depende que las ciudades sobrevivan tal y como las conocemos o sean destruidas. Me consta que el Ayuntamiento tiene buenas intenciones, espero que las lleven a cabo con firmeza. Les recordarán por eso.

Y rasgos que te definan. Te digo dos que noto que repites: asturiano y ‘freelance’. Sigue la lista.

Asturiano y freelance son dos de las cosas que más me definen. También guerrillero y paseador, juntaletras intrépido, amante de los peluches, detective, cantante folk, tertuliano radiofónico, cronófobo y poeta.

Otro rasgo que te ennoblece: tu talante desprejuiciado para hablar de todo, socarrón, incluido tú (ejemplo: “que también da gustirrinín, como cuando te introduces cualquier cosa por el recto”). Dinos prejuicios que te sacan de tus casillas.

Los de aquellos que censuran la vida, la cabeza, la cama de los demás, sin que eso que las personas hacen le afecte de ninguna manera. ¿Qué demonios les importa que la gente viva a su manera?

¿Dónde te encuentras más a gusto para escribir: en un ‘coworking’, en un bar hipster de esos decorados como la casa de la abuela o en un grasabar? Razones.

Practico la escritura todo terreno. El coworking ocasional es eficaz para sacar picos de curro. El bar hipster a veces es inevitable por su buena conexión, a pesar de su pijura y carestía. Las historias de verdad se ven en el grasabar, pero el grasabar peligra de extinción.

Recomiéndanos un menú del día, otro tema recurrente.

Del menú del día me estoy quitando, que tiene dureza calórica y estomacal. Pero si quieres uno recio, vete al Madroño. Para algo exótico y anarquista, el Achuri. Ambos en Lavapiés.

Los Peligro han estrenado el otoño con varias semanas en Nueva York. Tienes 280 caracteres para describir a la gente ‘cool’ de allí frente a la de Madrid y a la de Oviedo o Gijón, de tu Asturias natal.

Los hipsters españoles se parecen más al Bob Esponja de la Puerta del Sol que a los de Williamsburg. Aquí copiamos lo moderno, pero convirtiéndolo en paleto. Es asombrosa nuestra cutrez y nuestras ganas de monetizar.

En tus textos, lo mismo te refieres a Dámaso Alonso que a Belén Esteban, a Tarkovski, Kant y Voltaire que a Las Grecas. En estos tiempos de tanta incertidumbre, postverdad y ‘fake news’, ¿alguien que te sirva de referente?

No sé… ¿Terry Eagleton? ¿David Harvey? ¿Esteban Hernández? Noam Chomsky ya está muy mayor; al parecer se ha ido al desierto como los eremitas.

Y alguien a quien detestes especialmente.

A los que ponen negocios hipsters porque sí, a los que ponen AirBnB como hoteles o empresas, a pesar del prójimo, para convertir la ciudad en su negocio particular. A los avariciosos.

Una cuenta de Facebook que nos recomiendes.

Hay una nueva y buena: Dos Fotos.

Por cierto, ¿algo que no te guste de Facebook?

Pues las mierdas de todas las redes sociales: el enganche, los temas eternos, los insultadores profesionales, la bronca, el ver lo peor de lo peor de personas que pensabas que ni siquiera existían. El fascismo y la estupidez.

Tus post con más ‘likes’ recogidos en el libro se refieren a temas de estricta actualidad: Juana Rivas, el atentado en Barcelona, la Manada. ¿Es imposible sustraerse al ‘main-stream’ de la opinión y buscar alternativas de pensamiento?

Yo trato de no seguir la agenda, aunque a veces se me ha pedido violentamente que me posicione en algún asunto en particular. Yo prefiero tener mis propios temas, aunque a veces coinciden con lo mainstream. Tiene que haber más diversidad; si no, nos aburrimos.

¿Dices siempre lo que piensas o escribes a veces pensando en los ‘likes’, en los seguidores y en crear una imagen de marca? No seguir corrientes o intentar matizar opiniones masivas en redes es complicado y contraproducente para cuidar nuestro perfil.

Supongo que eso que llamas imagen de marca se consigue precisamente hablando de lo que a uno le apetece: Lavapiés, la ciencia, el Carrefour, los barrios, Oviedo, Liliana Peligro, mi miedo al paso del tiempo, mis viajes, mi vieja.

Buena parte de tus textos giran en torno a tu condición precaria de freelance y autónomo. ¿Tanto te gustaría tener un jefe o jefa, una nómina y un horario? Pide el trabajo de tus sueños, ¿cómo sería?

Igual, pero mucho mejor pagado.

De 2017 a 2018, ¿han cambiado tus principales puntos de enfoque y atención?

El cambio es constante, me temo. Dicen que cambiar es difícil, pero más difícil es no hacerlo.

Para terminar, elige dos entradas del libro que te gusten especialmente y resuman bien lo que es ‘La vida instantánea’.

Están bien la de los señores-que-bajan-al-bar y alguna de mis odas a Liliana Peligro. 

Pregunta extra: ¿en realidad no te habría gustado ser astronauta o bailarín?

Ser astronauta me daría muchísimo miedo. ¡Bailarín ya soy!

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